Estimado Emiliano:
Como sabrás te sigo casi todos los días. Quedan pocos espacios periodísticos donde la información, los reportajes y las opiniones mantienen un nivel profesional aceptable, correcto y, muchas veces, óptimo.
La mesa de miércoles pasado, “Coordinación académica de la fontera Uruguay-Brasil”, me pareció un logro formidable, un aporte original y riquísimo por su contenido y por su característica bilingüe!!! Mis felicitaciones.
Por otra parte, el reportaje que le hiciste al director de Cambio Climático del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, arquitecto Ignacio Lorenzo el 20 de noviembre pasado, me causó, una vez más, un rechazo intelectual profundo y algo de asombro. Rechazo porque soy de los que sostienen la hipótesis de que el CO2 nada tiene que ver con el calentamiento global o, como le dicen ahora, el “Cambio climático”; y asombro porque en todos los medios predomina la difusión de la teoría antropogénica del calentamiento global y pocas, muy pocas veces, se trata la otra corriente científica, en donde el principal protagonista del tema es el sol, sus ciclos, y los movimientos variables (baricentro) de los planetas alrededor del sol.
Es terrible que la humanidad parta de una hipótesis falsa acerca del clima porque todas las soluciones serán (y son) falsas. Cuando muy sueltos de cuerpo sostienen que si todos los países cumplieran con las emisiones de CO2 recomendadas por los burócratas de la ONU, se evitaría que la temperatura subiera 2 grados centígrados, me tengo que pellizcar. ¿Cómo explican estos señores que nuestro planeta ya sufrió calentamientos y enfriamientos que se conocen desde la edad media cuando la era industrial estaba muy lejos?
Hasta el sentido común te lleva a sospechar que se están cometiendo terribles errores al enfocar los esfuerzos y los dineros en el control de las emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Cómo puede ser que un gas que ocupa el 0,04% de la atmósfera (el CO2) pueda ser tan decisivo? Y si tomamos ese 0,04 como base 100, lo que aporta la actividad del hombre apenas representa el 3%, siendo la naturaleza en su conjunto la mayor responsable de las emisiones. Y no quiero mencionar gas metano (CH4) porque solo representa el 0,00015 de la atmósfera y, además, nuestros vacas se vuelven amenazantes.
En fin, me da mucha rabia que hablen, según el acuerdo de París, de los 100 mil millones de dólares por año que tendrían que aportar los países para impedir que suba la temperatura, cuando el tema central de nuestra especie es otro, el drama es otro, y este es la POBREZA. Qué bien vendría ese dinero para acercarle energía a los 1800 millones de congéneres que no tienen acceso a un toma corriente, a una lámpara y a la energía más vital: las 2000 calorías diarias que son necesarias para vivir. Pero desde que Margaret Thacher inventó el concepto del “Calentamiento global” (Conferencia ante la Royal Society de 1988 http://www.margaretthatcher.org/document/107346 ) comenzó un camino que parece no tener fin, y se formó una corte de organismos internacionales que no hacen más que gastar dinero, impedir el desarrollo de los pueblos pobres y, lo que es peor, distraer recursos e inteligencia en problemas y soluciones falsas.
Si hasta El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Intergovernmental Panel on Climate Change, IPCC) lo dice en un rincón y en letra chica: “The climate system is a coupled non-linear chaotic system, and therefore the long-term prediction of future climate states is not possible." Third assessmente report (2001) section 14.2.2.2., page 774.”
A lo que habría que añadir que los matemáticos que estudian sistemas caóticos eligen al clima como objeto de estudio, porque sostienen que no hay otro fenómeno caótico tan a mano y tan propicio como ese conjunto de gases sometidos a constantes cambios de temperatura, de presión, de densidad y de vientos como nuestra atmósfera. Sin embargo, hay quienes creen saber, no lo solo que va a pasar en el 2050 con la temperatura, sino que van a evitar que suba (¿?)
A aquí estamos, desde nuestro presidente Tabaré Vázquez al Pepe Mújica, desde Obama a Macron, desde Merkel al Papa, desde tu reporteado (Ignacio Lorenzo) a Méndez Galain, atrapados en reuniones, protocolos y proyectos inútiles.
Y los medios de comunicación no hacen otra cosa, una semana sí y otra también, que reproducir las alarmas modernas: que el calor, que el frío, que los vientos, que la gripe A, que los mares que suben de nivel y un largo etcétera. Antiguamente eran las religiones quienes anunciaban el Apocalipsis por nuestros pecados, ahora le toca a ciertos “científicos” meternos miedo y sostener que somos el enemigo de nosotros mismos.
No te canso más. Solo quería que supieras algo de lo que pienso.
Mientras tanto, te sigo escuchando.
Un abrazo
Marcelo Estefanell
Vía correo electrónico
¿Cómo te comunicas con En Perspectiva?
Por SMS: 55511
Por correo electrónico: [email protected]
Las opiniones recibidas podrán ser editadas por extensión y claridad.