Con esta, la décima entrega de Urquiza esq. Abbey Road versión audio, narrada por su autor Eduardo Rivero, cerramos este ciclo de verano. La columna elegida en esta oportunidad es la dedicada a Leon Bridges, figura emergente del soul y el rhythm and blues en EEUU. El blog Urquiza esq. Abbey Road, sin embargo, continúa en su formato habitual y actualiza todos los miércoles.
Por Eduardo Rivero ///
Leon Bridges es un afronorteamericano nacido en Fort Worth, Texas, que se ha convertido –haciendo honor a su apellido– en un “puente” inmejorable entre un sonido absolutamente contemporáneo y una tradición que arranca hace muchas décadas y que refiere a su forma de cantar, componer y hasta presentarse en público o registrar su música en los estudios de grabación.
Bridges es un pibe de 26 años pero se viste con sobrios y anticuados pantalones y camisas, usa el pelo bien cortito y parece, al primer golpe de vista, uno de aquellos militantes que seguían reverentemente al Dr. Martin Luther King en su lucha por los derechos civiles allá por 1964. Pero la cosa no queda en el look.
También compone y canta como lo hacían sus tres mayores influencias, tres cantantes negros magistrales de la década de 1960 y, coincidentemente, los tres muertos muy jóvenes: Sam Cooke, Marvin Gaye y Otis Redding.
No cabe la menor duda que Bridges se ha deleitado con clásicos como I Heard It Through the Grapevine de Marvin Gaye –también versionada magníficamente por Creedence Clearwater Revival–, Wonderful World de Sam Cooke o (Sittin’ On) The Dock of the Bay de Otis Redding.
En este mundo de hoy, notoriamente volcado hacia ciertas nostalgias, entre tanta electrónica y tantas pantallas conectadas a redes sociales, donde los discos de vinilo renacen y hasta están desempolvando los cassettes de audio y los VHS, la música y la presencia de Bridges parecen calzar como un guante.
Su historia es muy breve y bastante asombrosa, dicho sea de paso. Poco más de un año atrás, Leon aún lavaba platos en un restaurante y cantaba en bares en la modalidad open mike, tan cara a los norteamericanos; vale decir, que si tenés ganas de cantar subís al escenario y cantás, seas quien seas y cantes lo que cantes. En muchísimas películas se incluye ese tipo de evento, por ejemplo en la deliciosa y muy reciente La canción de tu vida (Begin Again, 2013), protagonizada por Keira Knightley y Mark Ruffalo.
Una noche, Austin Jenkins y Joshua Block de la banda independiente White Denim lo escucharon cantar en uno de esos bares en Fort Worth y quedaron prendados de su voz, de sus canciones y de su estilo, con fuertes reminiscencias del legendario Sam Cooke. Lo llevaron de inmediato a grabar, utilizando equipo de audio a válvulas característicos de los años 60, y tocando y cantando todos juntos, a la usanza de entonces: voz, bajo, guitarras, batería, órgano y coros, todo a la vez.
El resultado tiene fascinado a los EEUU y ha proyectado a Leon, sobre todo con su tema Coming Home, como una figura emergente de real importancia. Fue contratado inmediatamente por Columbia Records, sello estadounidense que lanzó las carreras de gente como Bob Dylan y Carlos Santana, entre muchos otros.
Coming Home, el tema que da título a su álbum debut, se convirtió se acomodó entre los diez más solicitados en el sistema de música on demand Spotify y el videoclip que la acompaña –filmado en blanco y negro y con impecable estética vintage– se convirtió en viral: 4.919.630 de reproducciones y contando al cierre de esta nota.
A poco más de un año de ser descubierto, hoy Leon hace giras por su país y ya se ha presentado en las Islas Británicas. Y el pasado 5 de diciembre de 2015 fue el invitado musical en el legendario programa de humor Saturday Night Live.
Recorrer su álbum debut es hojear un manual de cómo debe componerse y cantarse el soul y otras formas del rhythm and blues. Bridges es tremendo vocalista y un inspirado autor. Hay temas rápidos vibrantes y que son un llamador irresistible a marcar el ritmo con los pies como Coming Home, Flowers o Twistin’ & Groovin’, temas “intermedios” deliciosos como Better Man, Smooth Sailin’ y baladas preciosas como Shine, Pull Away, Lisa Sawyer o la que cierra el disco, River.
El disco seduce de punta a punta con su sonido sesentista pleno de eco, sus coros femeninos al fondo, su órgano que aparece sabiamente dosificado, sus picantes guitarras y su base rítmica de bajo y batería de sonoridad seca.
Si Bridges fuese uruguayo hubiese ganado en el programa televisivo Yo me llamo diciendo que su nombre era, por ejemplo, Sam Cooke, y poco después hubiera estado de regreso en la cocina de un restaurante lavando platos y cantando en algún bar por nada o, en el mejor de los casos, por alguna cerveza que otra. Por suerte la historia fue otra y su talento lo ha puesto en un camino que apenas comienza a recorrer pero ya lo ha llevado lejos y del que, seguramente, no habrá retorno.
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Emitido en En Perspectiva, programa del lunes 7.3.2016, hora 10.20. Publicado originalmente en Urquiza esq. Abbey Road, el blog musical de Eduardo Rivero en EnPerspectiva.net, el 17.2.2016.
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Foto: Leon Bridges, imagen de difusión publicada en su sitio oficial. Crédito: leonbridges.com.