Entrevista central

“Si el Estado no te obliga (a distribuir tu riqueza) vos tenés la obligación moral de generarte impuestos que sirvan para la transformación social”, dijo Enrique Piñeyro sobre el uso de su fortuna personal en causas humanitarias

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Foto: Cedida por Piñeyro

Pilotear un Boeing 787 propio para transportar cientos de ucranianos que escapan de la guerra; llevar en sus aeronaves donaciones de medicamentos y alimentos a países donde hay crisis humanitarias; comprar un barco para reforzar el trabajo de la ONG Open Arms, que rescata migrantes africanos cuando cruzan el Mar Mediterráneo; dirigir y conducir documentales de denuncia en su país, Argentina; presentarse con un espectáculo unipersonal en Madrid durante nueve años; cocinar por unas horas en su restoran, que es una de las sensaciones de Buenos Aires.

Esas son solo algunas de las actividades de Enrique Piñeyro, médico, piloto, actor y activista argentino, que se hizo conocido en la década de 1990 con la película “Whisky Romeo Zulú” y desde entonces recorre el mundo poniendo su fortuna personal al servicio de causas humanitarias y sociales.

Hasta fines de octubre condujo personalmente los vuelos de la ONG Solidaire, que él fundó para asistir a refugiados de la invasión rusa en Ucrania, sacándolos desde Polonia hacia destinos como España, Italia y Canadá.

Luego volvió al teatro con el unipersonal “Volar es Humano, Aterrizar es divino”, que estaba en pausa desde el inicio de la pandemia y ahora agregó funciones en Milán y en Argentina, siempre a sala llena.

Y también se ha hecho un tiempo para despuntar su gusto por la gastronomía, trabajando en la cocina del restorán Anchoíta, de Buenos Aires, que él creó en 2018 y donde los comensales deben reservar su mesa con varios meses de anticipación.

Piñeyro, que pasa una parte del año en su casa en Laguna del Sauce, vuelve este viernes a nuestro país para la presentación del libro “La Vida Pasa Volando”, escrito por su amigo, el piloto uruguayo Fernando Zas.

Después del acto, que tendrá lugar en el aeropuerto de Carrasco, Piñeiro levantará vuelo con uno de sus aviones para premiar con un bautismo aéreo a un grupo de liceales de contextos vulnerables que se han destacado en sus estudios y que reciben el apoyo de la Fundación Cimientos.

Adelantándonos a esa agenda, conversamos En Perspectiva con Piñeyro, a propósito de su carrera y de sus últimas andanzas.

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Recomendamos, de nuestro archivo, dos entrevistas anteriores que Emiliano Cotelo realizó con Enrique Piñeyro:

Whisky Romeo Zulú, un alerta sobre la aviación (Entrevista con Enrique Piñeyro, En Perspectiva, noviembre de 2005)

Fuerza Aérea S.A., o la antesala de la próxima catástrofe (Entrevista con Enrique Piñeyro, En Perspectiva, octubre de 2006)

 


Destaques de la entrevista: 

  • "Cuando me cayó la ficha de cómo usar el dinero, tenía la posibilidad de comprar un barco u un avión y ponerlos a disposición de estas causas humanitarias". 
  • "Me defino como una persona que no entiende un sistema que te permite acumular dinero infinitamente. Lo único que me puedo plantear es una especie de capitalismo disruptivo y reformular los objetos de lujo del capitalismo, como el yate privado y el jet privado y ponerlos para hacer algo". 
  • Reformular los objetos de lujo: "El yate privado, el jet privado, sirven para llevarte a vos y un par de amigos. En cambio un yate privado diseñado para rescate, dárselo a una ONG como Open Arms que está haciendo un trabajo increíble en el Mediterráneo. Algo que deberían hacer los estados europeos que son responsables de la depredación del África, y ahora no se hacen cargo de la consecuencia que generaron. Y sin embargo no sucede. En vez de comprar un yate privado comprás ese yate privado tiene mucho más sentido. Vos con eso podés hacer cosas". 
  • "Si el Estado no te obliga (a distribuir tu riqueza) vos tenés la obligación moral de generarte impuestos que sirvan para algo". 
  • "En aviación no pensamos qué puede pasar, pensamos cómo hago para que no pase". 
  • "Cuando alguien se equivoca no lo hace a propósito, es una parte indivisible de la conducta humana, no podés enojarte con alguien que se equivoca. Primero porque te estás olvidando que vos te vas a equivocar dentro de 10 minutos después de haberle dado un speech de por qué se equivocó. En 10 minutos más te vas a equivocar vos y nadie te va a decir nada porque sos el jefe".
  • "Me divierto mucho haciendo esto, no lo siento como un trabajo"