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En los últimos meses el transporte marítimo de cargas se ha vuelto caótico en buena parte del mundo.
Luego de los problemas que se dieron en el comercio internacional al comienzo de la pandemia, al poco tiempo la situación se acomodó y rebotó.
Los barcos ya están todos en circulación pero no alcanzan para la demanda distorsionada que se ha generado. Los precios de los fletes han subido de manera exagerada pero incluso si un importador o un exportador está dispuesto a pagar esos valores puede ocurrir que no consiga lugar en bodegas o contenedores para colocar sus productos. Además, por si eso fuera poco, hay varios puertos cerrados por rebrotes del coronavirus.
Esta crisis les preocupa a las principales potencias del mundo. Por ejemplo, la Casa Blanca ha hecho planteos públicos sobre el tema.
Acá, en Uruguay, hasta hace unos días no le prestábamos mayor atención a este fenómeno.
Tal vez incluso ni estábamos informados sobre él.
Pero el jueves pasado las dos gremiales que agrupan a los frigoríficos emitieron un comunicado donde expresaron una preocupación muy fuerte ya que este trancazo está complicando seriamente a nuestras exportaciones de carne. Y eso puede llevar a que desperdiciemos como país un momento excelente de este mercado, con negocios a precios muy interesantes con destino a China, Estados Unidos o Europa, por ejemplo.
Sobre el final, el texto dice: “No se vislumbran soluciones de corto plazo a esta situación global y ya hay menor ritmo de negocios y pedidos de cargas desde China. Sin lugar a dudas, de continuar esta situación, en pocas semanas se podría afectar la capacidad de faena y producción de las plantas frigoríficas”.
Vamos a profundizar en estos hechos
Hoy En Perspectiva conversamos con Daniel Beleratti, presidente de la Cámara de la Industria Frigorífica.