En un almuerzo de trabajo en el hotel Cottage de Montevideo, BBVA convocó a las principales Cámaras empresariales de Uruguay para analizar, junto con el economista Ignacio Bartesaghi, las consecuencias económicas de la pandemia en el país y en el mundo y también analizar las expectativas y desafíos para Uruguay en 2022.
En un año particular como el 2021, en donde ya se advierte la recuperación de la economía luego de un año crítico como 2020 a raíz del impacto que la pandemia por COVID-19 provocó en la economía local y global, BBVA en Uruguay convocó a los principales directivos de las Cámaras empresariales y al economista Ignacio Bartesaghi para conversar de los impactos en el país y de cómo Uruguay puede conseguir continuar mejorando su economía y dar un salto de calidad de en el futuro.
El presidente ejecutivo del banco en Uruguay, Alberto Charro, señaló que “Uruguay ha sido ejemplo mundial por su gestión en estos dos años y este reconocimiento internacional habrá que ponerlo en valor para el futuro”.
Charro agregó que en 2021 el banco en Uruguay tuvo como prioridades el proteger a empleados, clientes y proveedores en relación a la emergencia sanitaria y también es un actor relevante para mantener los motores de la economía en marcha.
Desde el punto de vista estratégico, tuvo dos líneas de fuerza: “seguir siendo líderes en transformación digital y poner a la sostenibilidad como un tema primordial en la agenda, no solo del banco, sino del país
Contexto económico mundial
El economista Ignacio Bartesaghi realizó un análisis del contexto global advirtiendo que “el nivel de tensión alcanzado por Estados Unidos y China, el que llegó a niveles más allá de lo razonable y por momentos insostenible”. Asimismo, el economista entiende que la situación con Rusia y su accionar en Ucrania puede generar en 2022 desafíos adicionales al ya tensionado sistema internacional”.
En relación al comportamiento de la economía global señaló que “No todos los sectores se han visto igualmente afectados por la pandemia, incluso algunos como los alimentos han mostraron desempeños razonables, lo que favoreció a los países de la región”.
Con una recuperación sólida de la economía mundial, y más allá de la incertidumbre por la aparición de nuevas variantes, el especialista remarcó que la evolución económica mundial “continuaría de forma positiva hasta, por lo menos, el primer semestre de 2022” señalando que lo que preocupan son las “presiones inflacionarias”.
Integración global
El economista comentó que se advierten “mega bloques” de países integrados que juegan un rol cada vez más relevante en el contexto comercial internacional y advierte que “parte de América Latina está ausente de dichas tendencias”.
En este sentido, señaló que varios países de la región, y en particular los miembros del Mercosur, se encuentran muy atrasados, centrando sus debates sobre el comercio internacional en bienes y aranceles.
“Los negocios en los próximos años tendrán altas dosis de incertidumbre, por lo que será necesario contar con nuevas estrategias de negocios, resiliencia para enfrentar los cambios en las reglas de juego, asumiendo la realidad de la digitalización y un enfoque de sostenibilidad en todas las definiciones” señaló el economista.
Economía uruguaya
Con indicadores que confirman una robusta recuperación de la economía uruguaya en 2021, se destacaron como sectores con mejor recuperación: el agro, la pesca, la minería, la construcción, los servicios financieros y actividades de la administración pública.
Por el contrario, la industria manufacturera registró impactos sustantivos y su poder de reacción fue más lento.
En 2021 el comercio exterior de Uruguay creció a tasas muy elevadas destacando el intercambio comercial con China y Brasil, siendo este mercado asiático destino de más del 30% de las colocaciones de bienes nacionales en el exterior.
Bartesaghi destacó la voluntad del gobierno nacional en “avanzar en una agenda postpandemia” pero también enumero algunos de los temas estructurales pendientes: la reforma de la enseñanza, la modernización del Estado, los elevados costos de producción y los déficits de infraestructura.
En relación a la agenda, se destacan temas con visión de largo plazo, como ser la producción de hidrógeno verde, los esfuerzos para llevar adelante la descarbonización de los medios de transporte, el desarrollo de los procesos digitales e industrias creativas, el desarrollo de la economía circular, la potenciación de la ‘imagen país’ para lograr la captación de inversiones y residentes y la apertura comercial, en especial a través del posible tratado de libre comercio con China.
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