El decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, Diego Piñeiro, dijo esta mañana En Perspectiva que buscará disminuir la cantidad de gente que ingresa a esa casa de estudios y que no forma parte de ella, y establecerá algunos controles mayores sin negar la posibilidad de acceso
EN PERSPECTIVA
Viernes 22.06.2018, hora 8.29
EMILIANO COTELO (EC) —La presencia permanente de decenas de indigentes dentro de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar), que tomó estado público ayer, generó sorpresa y abrió una polémica. La situación no es nueva, hace meses que viene siendo analizada puertas adentro. Entre otras medidas, según supo En Perspectiva, en mayo se adoptó un protocolo de actuación para los funcionarios a cargo de las tareas de vigilancia.
En síntesis, Búsqueda informó en su edición de esta semana que la Facultad de Ciencias Sociales se convirtió en un lugar de acogida para decenas de personas en situación de calle que aprovechan el centro educativo para pasar allí sus horas durante el día. Han generado su propio circuito en la zona, pernoctan en un refugio cercano, donde los dejan permanecer hasta las 8 de la mañana, y al mediodía se alimentan en un comedor ubicado a una cuadra por la calle Constituyente. El resto del tiempo están en la facultad. Utilizan los baños, la sala de Informática y otras instalaciones, y han llegado a distorsionar el funcionamiento de algunas dependencias, al punto de romper parte del mobiliario.
La nota relata varios episodios desagradables protagonizados por algunos de ellos, reacciones agresivas cuando los empleados los llaman al orden y hasta enfrentamientos a golpes de puño entre dos de los "intrusos". Además se consigna que dentro de la facultad existen distintas opiniones sobre cómo manejar este desafío que ha quedado planteado.
Ayer, a última hora de la tarde, sesionó el Consejo de Facultad de Ciencias Sociales para volver a tratar esta situación.
¿Qué salió de ese debate? ¿Por dónde van las resoluciones?
Vamos a charlarlo con el decano de la facultad, el doctor Diego Piñeiro.
¿Cuánto tiempo hace que ocurre esto dentro de la facultad?
DIEGO PIÑEIRO (DP) —Yo diría que con esta gravedad o con esta magnitud, desde hace unos dos meses y medio, tres meses.
EC —La nota dice que hubo un punto de inflexión el 4 de mayo, cuando se dieron dos incidentes singulares que llevaron a los funcionarios a dejar por escrito lo ocurrido en un informe que le dirigieron a usted. Ese día, por un lado, un grupo de alumnos no pudo ingresar a su clase porque en la puerta del salón había un hombre tirado en el piso que había pasado la noche allí y no podía levantarse porque se encontraba en una especie de “sueño profundo”. Después de varios intentos por sacarlo del lugar, incluyendo un llamado a un servicio de emergencia médica, el hombre terminó orinando y defecando en el lugar. Por otro lado, cuando el personal ingresó a la Sala de Informática, se encontró con una persona en situación de calle durmiendo entre las mesas. Cuando le pidieron que se retirara, se incorporó y camino a la salida vomitó sobre las computadoras. Fueron hechos realmente chocantes, ¿no?
DP —Sí.
EC —¿Efectivamente ese fue el momento en que las cosas tomaron otro giro?
DP —Sí, fue el momento en que las cosas aparecieron con más fuerza. Quiero decir también que el relato que hacen los periodistas de Búsqueda carga un poco las tintas. No fue exactamente así como ocurrió. Específicamente, les puedo garantizar que no hubo nunca personas que pasaran la noche dentro de la facultad. Nuestra facultad tiene cámaras por todos lados y tenemos claro quién entra, quién sale. Esas personas ingresaron de mañana, no habían pasado la noche allí.