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Entrevista, martes 29 de mayo: Fernando Pereira

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El presidente de la central sindical habló sobre el congreso que lo ratificó en su cargo el fin de semana pasado.

Video de la entrevista

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EN PERSPECTIVA
Martes 29.05.2018, hora 8.24

EMILIANO COTELO (EC) —El PIT-CNT celebró durante tres días su decimotercer congreso, llamado Vladimir Turiansky.

Las deliberaciones comenzaron el jueves y finalizaron el sábado, con la aprobación de un documento de visión estratégica sobre el papel del movimiento sindical desde ahora hasta el fin de este período de gobierno.

Entre otros puntos, el PIT-CNT pide rever las exoneraciones al capital dispuestas en la Ley de Promoción de Inversiones y gravar más al sector agropecuario. Otra de las novedades vino de la mano del recambio en el Secretariado Ejecutivo para dar paso a una mayor presencia femenina, que ahora será de cinco en 15 integrantes.

¿Cómo se posiciona el PIT-CNT desde este momento?

Vamos a conversar con Fernando Pereira, presidente reelegido de la central.

Yo dije recién central; periodísticamente muchas veces para simplificar utilizamos ese término, y otros también lo dicen, dirigentes políticos, etcétera. El PIT-CNT no es una central, ¿no?

FERNANDO PEREIRA (FP) —No, es un híbrido, tiene cosas de central, tiene muchas cosas de convención. El que tiene ganas de llamarlo convención puede hacerlo y tiene herramientas organizativas para decir por qué es una convención, y el que quiere decir que es central, puede decirlo porque tiene herramientas para defender esa posición. De todos modos, poco importa cómo se la denomine, lo cierto es que es la única agrupación de trabajadores que tiene el país.

EC —Eso quizás tiene que ver con un punto que se discutía el viernes en una de las mesas acá en En Perspectiva: ¿tiene personería jurídica el PIT-CNT?

FP —No, no la tiene.

EC —¿Cómo se entiende que no tenga?

FP —Es una discusión de los 60.

EC —A los efectos de su actividad, a los efectos de sus decisiones, de su relación con el Estado, etcétera.

FP —Es una discusión de los 60. Los sindicatos no precisan tener personería jurídica para funcionar, por el principio de autarquía sindical. En los 60 una parte del sindicalismo entendía –tal vez no la mayoritaria, pero en el afán de unidad fue aceptado– que la personería jurídica dejaba al movimiento sindical atado a la peripecia del Estado y quedar atado a esas peripecias implicaba riesgos demasiado importantes para una organización que tendía a estar en combate con los más poderosos de la sociedad. De forma tal que en ese momento histórico se decidió no tener personería. Luego de la dictadura hay una gran cantidad de compañeros, entre los que me cuento, que pretendemos que se inicie el camino de la personería jurídica, porque en la actualidad nos complejiza muchas actividades.

EC —Sí tienen personería jurídica los sindicatos o varios de los sindicatos y federaciones.

FP —La mayor parte de ellos.

EC —¿Y cómo se resuelve, por ejemplo, la propiedad de la sede del PIT-CNT?

FP —La tiene el Instituto Cuesta-Duarte, que también es del PIT-CNT y sí tiene personería jurídica. De todas maneras tenemos que ir a un camino hacia que, sin modificar lo estructural del estatuto, que es algo que todos defendemos, el Ministerio de Trabajo o el Ministerio de Cultura le den personería al PIT-CNT. En el mundo en general las personerías jurídicas sindicales no las administra Educación y Cultura, las administra Trabajo, igual que las gremiales empresariales, porque es muy diferente la actividad que desarrollan. Además hay que tener cuidado con la intervención estatal, porque se puede prestar para una intervención positiva o para una intervención negativa. Hay que tener determinados cuidados para que el Estado no pueda intervenir los sindicatos, de lo contrario nos haríamos una trampa al solitario. Esto hay que reflexionarlo a la luz de que los cambios en el mundo nos obligan a ir en camino de esa perspectiva de construir la personería jurídica. Y que aquel debate de los 60 dejó paso a otros debates que seguramente culminarán con la aprobación de la personería jurídica. Lo cual es un formalismo, porque si yo vengo acá, a usted poco le importa para lo que voy a decir si tengo o no personería. Pero es curioso cómo ha cobrado valor el tema, yo soy muy partidario de la personería jurídica, pero ha cobrado un valor incluso mayor que el que yo le doy. Pero por eso mismo, porque ha cobrado valor, hay que discutirlo.

EC —Vayamos a este fin de semana, al congreso, en el cual las discusiones tuvieron como protagonistas a tres grandes corrientes: la Gerardo Cuesta, que básicamente incluye a los comunistas y a Articulación; otra corriente crítica con la línea oficialista, compuesta entre otros por el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza Privada, la Asociación de Funcionarios Postales, la Unión Ferroviaria, y una tercera, intermedia, integrada por COFE, la Federación de la Bebida y otros gremios. ¿Qué implica este cuadro a los efectos del futuro del PIT-CNT?

FP —Lo de siempre: la unidad en la diversidad. Si usted mira los debates de los 60, porque a esos hay que referirse, a la fundación de la unidad, eran debates bastante más ásperos que estos. Uno mira los debates entre lo que se denominaba los gremios independientes y lo que era la mayoría en ese momento de la central sindical y eran muy duros, muy conceptuales también, muy ideológicos. Y este fue parecido, tal vez no con el rigor que tenía esa generación, porque fue una generación muy potente, pero desde nuestra humildad lo que se marcaron fueron puntos de vista, posiciones ideológicas, posiciones políticas, que después la gente definió. El documento mayoritario fue votado por más del 60 % de los congresales, y el documento más crítico a la dirección de la central obtuvo 15 % de los votos del congreso. La gente laudó cuál era la orientación que quería. ¿Eso implica no escuchar al otro 15 % o al otro 25 %? No, implica escucharlo con más atención. Muchos de los aspectos planteados en el congreso me dejaron pensando. Y que alguien te deje pensando implica que se tomó el tiempo no solo para criticar a lo que se puede denominar la mayoría del movimiento sindical, sino también para hacer propuestas de contenido, y eso siempre me parece muy valioso.

EC —El punto en el que de algún modo se resume la crítica o las diferencias está en cuanto a cuál es la relación con el gobierno.

FP —Sí, y a qué significa ser independiente. Ser independiente para mí es lo que hacemos nosotros, que no consultamos a ningún partido ni a ningún sector, ni a ninguna parte del gobierno para tomar nuestras decisiones.

EC —A ustedes, a la dirección actual, estos gremios más críticos los tildan de ser demasiado afines al gobierno.

FP —Lógico, lo han dicho expresamente. Y nosotros les contestamos esto: no hay ningún otro movimiento sindical en América Latina que le haya hecho tantas medidas en 12 años a un gobierno, ni de izquierda, ni de centro, ni de derecha, ni neoliberal, ni progresista. Entonces, ¿cómo hace usted para juntar estas dos frases: el movimiento sindical es obediente al gobierno pero al mismo tiempo es el que le hace más paros de América Latina? Son injuntables estas dos frases. Y como son injuntables dejan de preocuparme. Si yo tuviera debilidad ideológica, si sintiera que todo lo hago supeditado a cómo le va a ir al gobierno, me iría, francamente, porque creo que cada cual tiene que atender su juego, el gobierno su juego, el Parlamento su juego, la oposición su juego y nosotros el nuestro. Y el nuestro es el de la clase trabajadora uruguaya.