Las diputadas por Salto del Partido Colorado y del Frente Amplio, en conjunto con la representante blanca Catalina Correa, acordaron trabajar unidas en contra de la delincuencia en el departamento por considerar que el tema "trasciende a los partidos políticos y a los personalismos".
EN PERSPECTIVA
Lunes 28.05.2018, hora 8.32
EMILIANO COTELO (EC) —En un hecho sin precedentes en la historia del departamento de Salto, centenares de personas congregadas en las inmediaciones de La Gaviota cortaron ayer el tránsito de la ruta 3 por espacio de tres horas y media.
Dice la crónica de El País que decenas de cubiertas se quemaron para impedir el tránsito, lo que dejó aislada a la ciudad del sur del territorio nacional. Ómnibus con turistas, camiones de transporte de carga internacionales y vehículos particulares fueron acumulándose hasta que se formó una cola de varios kilómetros de extensión. La movilización fue de protesta y en demanda de mayor seguridad pública ante el incremento de los homicidios y las rapiñas que se viene registrando en esa zona del país.
Dice el informe que los momentos más tensos de la concentración, a la que fueron familias enteras con niños de todas las edades, se vivieron con la llegada del jefe de Policía, Oldemar Avero. La advertencia del jerarca enardeció a estos autoconvocados que ya en ese momento controlaban todos los puntos de salida o ingreso a la ciudad. ¿Qué fue lo que les dijo que los enardeció? “La ruta no puede cortarse por un tema de salud pública, por libre circulación. Y si la siguen cortando no voy a tener más remedio que sacarlos de acá.”
La respuesta negativa a coro no se hizo esperar y el debate transcurrió en términos muy fuertes, lo que obligó al jefe de Policía a desistir de su presencia en el lugar. Terminó por retirarse a los cinco minutos de eso que había sido un intento intenso de diálogo.
“A los que tienen que sacar de la calle es a los pichis de los barrios, ahí tiene que atacar, y no acá, que somos gente que vinimos a cortar la ruta para que nos escuchen”, le dijo uno de los tantos vecinos que colmaban del lugar. Y agregó: “Necesitamos que se nos cuide. ¿Es tanto pedir? Es un derecho que tenemos”.
Otro participante de la movilización le dijo al jefe de Policía que es un comerciante y que ya no puede seguir trabajando. En ese momento otro hombre, a viva voz, le gritó al jefe: “¿Sabe quién soy yo? Soy al que ataron ayer de noche y al que cagaron a palos dentro de su casa. Me llevaron la plata, la tele y me pegaron una paliza. Soy Sergio González. ¿Y sabe lo que me dijeron? ‘No te mato porque te conozco’. ¿Y qué hizo la Policía? Nada”.
Simultáneamente, ya en un desvirtuado y acalorado diálogo, una mujer mostraba una foto que decía era de su hermano asesinado. Cuando tuvo oportunidad de no ser interrumpido, el jefe trasmitió a los manifestantes que lo escuchaban que por orden del Ministerio del Interior (MI) estaba arribando un contingente de la Guardia Republicana como refuerzo para la Policía local. “Ya pasó y está todo igual”, dijo saliendo al cruce otro enfurecido hombre en referencia a la presencia de ese grupo especial.
Los ánimos se caldearon un poco más cuando Avero insistió en que no iba a permitir el corte de ruta, aunque los manifestantes permanecieron por más de tres horas sin que se cumpliera una orden judicial de desalojo. “Hay muchas familias con niños, muchas mujeres, no podemos emplear la fuerza, tenemos que negociar”, dijo un policía que confirmó la intimación de la justicia de retirar a la gente, pero justificó por qué se estaba actuando de esa otra forma más flexible.
La gota que desbordó el vaso fue lo ocurrido el jueves de noche, cuando la delincuencia se cobró otra vida en Salto. Un modesto comerciante del barrio Salto Nuevo fue ultimado a tiros por un rapiñero que pretendía robar el dinero de la caja. La víctima, de 46 años, estaba con su esposa, que también recibió un disparo en un brazo, una hija y su pequeño nieto. Al ver lo que sucedía, la madre corrió para encerrarse en el baño con el niño.
El asalto al almacén, ubicado en la calle Juan Paiva, se produjo sobre las 22.30 del jueves. Un individuo llegó revólver en mano exigiendo dinero y disparando hacia el techo para intimidar al dueño de casa. El almacenero, Néstor Enrique de Mattos, accedió en principio y le entregó unas monedas al tiempo que se trabó en lucha con el delincuente. En el forcejeo la víctima del atraco recibió un tiro y cayó al piso boca abajo, oportunidad que fue aprovechada por el asesino para rematarlo con un disparo en la espalda ante los ruegos desesperados de su esposa, a la que también hirió. El comerciante fue asistido por vecinos, uno de ellos lo trasladó en su vehículo hasta el hospital de Salto, pero los médicos constataron el fallecimiento.
A raíz de estos hechos hubo una primera manifestación convocada por redes sociales frente a la plazoleta Benito de Paula, a tres cuadras del lugar del atraco. Eso fue el sábado. Por momentos también se cortó la circulación vehicular reclamando seguridad, pero al mismo tiempo se estaba preparando la otra movida, la que se concretó ayer en la altura de La Gaviota.
¿Cómo sigue esta situación? Los comerciantes de Salto piden reunirse con el presidente de la República. Lo mismo va a procurar el intendente, Andrés Lima, frenteamplista, que viene a Montevideo esta semana; ya tenía prevista una audiencia con el prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, y va a intentar que en esa ocasión el diálogo sea con el propio primer mandatario.
Pero además hay otro tipo de reacciones. Por ejemplo, la de la bancada de diputadas. Este fin de semana se conoció este comunicado: “En el día de hoy nos reunimos las tres diputadas por el departamento de Salto. Ante los hechos delictivos ocurridos en nuestro departamento y convencidas de que la búsqueda de soluciones trasciende a los partidos políticos y a los personalismos, estamos trabajando juntas. Salto nos necesita a todos unidos, fuerzas sociales, políticas y gobierno, en búsqueda de una mejor convivencia y combate del delito. Por esta razón, solicitamos entrevista al ministro Eduardo Bonomi, quien nos la concedió rápidamente para el martes a las 16.30”. Firman Catalina Correa Almeida, Cecilia Eguiluz y Manuela Mutti Fornaroli.