El vicepresidente de Fancap, Salvador Sprovieri, junto con el integrante de la comisión marítima del sindicato Ricardo Chackelson, hablaron de las diferencias que tienen con la gestión de Marta Jara al frente de la petrolera estatal. En particular, del conflicto que tiene paralizada a la planta cementera y de la cuestión en torno al buque Ancap 9º, que el directorio pretende sacar de circulación.
EN PERSPECTIVA
Jueves 26.04.2018, hora 8.26
EMILIANO COTELO (EC) —La planta de producción de cemento de Ancap en Minas se encuentra paralizada desde el 9 de febrero. ¿El motivo? Un conflicto planteado por el sindicato por diferencias con el directorio de la empresa en torno a la gestión de ese negocio.
Las autoridades, presididas por la ingeniera Marta Jara, buscan instrumentar una reestructura del esquema de producción en esa división de Ancap que sigue siendo deficitaria. Según los balances de 2017, la División Cemento mejoró el año pasado, pero igual perdió US$ 12,3 millones.
La discrepancia entre el gremio y el directorio radica en la dotación necesaria para cumplir con los trabajos de producción. En este caso, la Federación Ancap (Fancap) pide el ingreso de más personal para su incorporación permanente.
Ante este panorama, Ancap emitió el martes un comunicado en el que señala que si la situación se mantiene incambiada deberá pensar en un “replanteo estratégico” del plan de sustentabilidad del negocio de cemento.
De ese y otros temas vamos a conversar con Salvador Sprovieri, vicepresidente de Fancap, y Ricardo Chackelson, integrante de la Comisión Marítima del sindicato.
El directorio está dedicado a corregir problemas serios de gestión que vienen de años anteriores y que provocaron pérdidas muy grandes en Ancap. El sindicato se ha plantado con una posición combativa respecto a varias de las medidas que están en consideración. ¿Por qué?
SALVADOR SPROVIERI (SS) —Se precisaba corregir unas cuantas cosas de gestión, muchísimas de esas las veníamos denunciando y solicitando desde hacía por los menos cuatro o cinco años. El problema es que uno no se para combativo porque sí o porque no quiere cambios en nuestro ente estatal. El problema es que las líneas por las cuales el directorio ha caminado para corregir la gestión de Ancap no han sido en defensa de lo público y estatal. No ha caminado por ahí, ha caminado en defensa de las tercerizaciones, ha caminado en la no defensa de la seguridad, más allá del discurso de la presidenta, en la práctica, en los hechos en el día a día, ha caminado por tercerizaciones. Esa ha sido la línea que el directorio de Ancap ha seguido para “corregir” una gestión que tenía varias cuestiones de directorios anteriores en que no estábamos de acuerdo.
Pero nosotros no gestionamos Ancap, a Ancap la gestiona un directorio puesto por equis Poder Ejecutivo. Lo que nosotros podemos hacer es hacer un montón de propuestas y pelear cuando hay que pelear, cuando vemos que nos están desarmando la Ancap de a poquito, que es lo que lamentablemente está pasando últimamente. Cuando en 2003 el 66 % de la población votó mantener la Ancap en manos del Estado y hoy lamentablemente hay intentos de ir hacia el otro lado. Estamos combativos en defensa de un ente que es estratégico para el desarrollo nacional, primero que nada, teniéndolo fuerte, teniéndolo potente, teniéndolo presente, y también en lo que resolvió la población en el plebiscito del año 2003.
EC —Ahora vamos a ir viendo en los dos grandes temas que vamos a tratar cómo se da esa diferencia de criterios, ese conflicto de posiciones entre el sindicato y el directorio.
Detengámonos en primer lugar en el cemento. Uno de los puntos que los enfrenta al directorio de Ancap es el futuro del negocio del cemento, un área deficitaria. El año pasado perdió US$ 12,3 millones, pero el año anterior, 2016, había perdido US$ 27 millones y en los últimos 15 años acumula un rojo de US$ 207 millones. A comienzos de 2017 Ancap definió un plan para equilibrar las cuentas de esa división en un plazo de dos años. ¿Ustedes comparten la posición del directorio en cuanto a que hay que hacer cambios ahí?
SS —Evidentemente hay que hacer cambios porque la industria cementera es estratégica para el país, es estratégica para Ancap. Es una industria que está en competencia a nivel nacional y a nivel internacional y es una industria importantísima. Para los intereses del Uruguay, de construcción de caminos, mejorar carreteras, generar políticas de vivienda, hasta exportar a la región es importantísima. Cambios tiene que haber, porque si bien Ancap no debe, por temas constitucionales, dar grandes ganancias, tampoco debe dar grandes pérdidas.