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Entrevista central, viernes 18 de agosto: Nelson Loustaunau

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Entrevista con el doctor Nelson Loustaunau, subsecretario de Trabajo y Seguridad Social.

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EN PERSPECTIVA
Viernes 18.08.2017, hora 8:25

Video de la entrevista

EMILIANO COTELO (EC) —Brasil y Uruguay sumaron esta semana un nuevo punto de rispidez. El domingo pasado, el canciller Rodolfo Nin Novoa informó que Uruguay había solicitado que el Mercosur analizara la reforma laboral que entrará en vigencia próximamente en el país vecino.

(Audio Rodolfo Nin Novoa)
Hemos visto que hay, sin inmiscuirnos en asuntos internos de Brasil, un proyecto que lleva mucho descaecimiento de los derechos de los trabajadores de Brasil, que no solamente por eso nos preocupa, sino que también preocupa al Uruguay en su conjunto porque es una manera de competir en base a la caída de derechos laborales, cosa que siempre hemos tratado de evitar.
(Fin audio.)

EC —Esta declaración generó un roce entre Itamaraty y el Palacio Santos. Pero más allá de eso, la propia reforma laboral brasileña se transformó en un asunto de debate aquí en nuestro país. El presidente de la Cámara de Industrias, Washington Corallo, dijo que su gremial va a estudiar los cambios aprobados en Brasil para evaluar si hay aspectos que pueden aplicarse en Uruguay. Inmediatamente el PIT-CNT reaccionó y tildó esa idea de “jurásica”.

Para pasar en limpio esta discusión y ver qué alcance puede tener el reclamo de Uruguay en el bloque regional, recibimos al subsecretario de Trabajo y Seguridad Social, Nelson Loustaunau.

Repentinamente estamos todos hablando de la flexibilización laboral brasileña…

NELSON LOUSTAUNAU (NL) —Repentinamente reeditamos una discusión que parecería de los años 90. Este punto que encara Brasil ahora, si uno lo mira en el contexto mundial, parece una reforma de los 90, cuando se planteaba la flexibilización a ultranza, que en algunos países tuvo un resultado en extremo negativo.

EC —De todos modos, lo de Brasil ahora no está solo en el mundo, Brasil no está solo en este tiempo. Hay varios países donde están produciéndose cambios de este tenor.

NL —Yo lo miraría desde otro punto de vista: algunos países están ajustando su legislación, no flexibilizándola, sino ajustándola a las nuevas formas de producción, al nuevo mundo del trabajo. Ejemplo: el derecho francés. En algún programa aquí estuvimos hablando del derecho a la desconexión, Francia ha regulado este tipo de cosas, estos nuevos fenómenos, lo que me parece que abre una puerta diferente a un mundo de producción diferente.

Pero creo que lo de Brasil es otra cosa. Si uno mira el centro de la reforma brasileña, encuentra otro tipo de cosas. Es la flexibilización al estilo de los 90, al estilo saquemos toda la regulación laboral. Y eso, por la propia organización del trabajo, por varias experiencias que han ocurrido en el mundo, parecería que no ha dado resultado.

EC —Pongamos el foco en lo de Brasil y la comparación con Uruguay. El gobierno se mostró preocupado no solo porque la reforma laboral en Brasil es “regresiva” en términos de los derechos de los trabajadores –así se la calificó–, sino también porque puede generar pérdida de competitividad para Uruguay. Para situarnos en el tema, ¿cómo queda la legislación laboral brasileña en comparación con la uruguaya: salarios, negociación colectiva, jornada laboral? Algunas diferencias.

NL —Las principales diferencias: altera lo que se llama el sistema de fuentes. En Uruguay hoy prima la norma más favorable para el trabajador. Ejemplo: usted tiene una disposición en una ley y esa ley es de orden público, es indisponible para las partes, hay un mínimo de protección indisponible para las partes; si un convenio colectivo supera ese mínimo para las partes, regirá el convenio colectivo. La modificación brasileña invierte el sistema de fuentes, de tal manera que lo que vale en primer lugar es el acuerdo individual, no el colectivo.

El derecho del trabajo nace, crece y se desplaza justamente porque parte de una desigualdad entre empleador y trabajador. La reforma brasileña va en el sentido opuesto, en términos teóricos se sitúa casi antes de la primera revolución industrial.