Entrevista con el economista Claudio Sapelli.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 08.11.2017, hora 08.25
EMILIANO COTELO (EC) —¿Lo que no aprendemos siendo niños va afectar nuestro desempeño por el resto de la vida? El economista uruguayo Claudio Sapelli cree que es posible remediar ese déficit, y que para ello aparece una segunda “ventana de oportunidad” en la adolescencia.
La clave para Sapelli es que la enseñanza media ponga el énfasis no solo en contenidos académicos, sino también en determinadas habilidades como la curiosidad, el trabajo en equipo, la disciplina, la planificación.
Sapelli diserta hoy en el seminario internacional “Invertir en infancia, oportunidad clave para el desarrollo”, que desde ayer tiene lugar en el Club Uruguay, organizado por Unicef. Vamos a conocer algunas de sus propuestas.
Tú eres uruguayo pero vives en Chile por lo menos desde 1996, porque hubo una etapa anterior.
CLAUDIO SAPELLI (CS) —Sí, estuve en Chile en los 80, después estuve trabajando en el Banco Mundial y después volví a Chile. De esa última vuelta a Chile hace un poquito más de 20 años.
EC —Tú título original es de economista, pero te has especializado en economía de la educación. ¿En qué consiste esta disciplina?
CS —Es la aproximación desde la economía a los temas educativos. Otra aproximación interesante, útil, que permite pensar; en este caso específico vamos a pensar cómo funciona el proceso de ir dándoles a las personas habilidades que les permitan ser exitosas en la vida, ya no solo en el trabajo. Esto últimamente ha tenido una simbiosis muy interesante entre líneas de investigación en el área de psicología, neurobiología –cómo funciona el cerebro– y economía.
EC —La disertación de hoy lleva por título “La adolescencia: una segunda ventana de oportunidad para invertir en la infancia”. Da la impresión de que busca desdramatizar, romper con la idea de que no hay forma de revertir el déficit de aprendizaje que haya en la niñez.
CS —No es exactamente sí. No quiero que el mensaje que quede de lo que yo diga sea que si no se estimula en esta primera ventana que se abre muy temprano en la vida de los niños y que termina de cerrarse en torno a los 10 años, el cerebro queda funcionando a media máquina de por vida. Esto es una caricatura.
