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Entrevista central, lunes 24 de julio: Emanuel Adler

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Entrevista con los politólogos Emanuel Adler y Adolfo Garcé.

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EN PERSPECTIVA
Viernes 24.07.2017, hora 8:24

Video de la entrevista

EMILIANO COTELO (EC) —¿Qué es lo que lleva a un país a, por ejemplo, embarcarse en una guerra? ¿Por qué surgen, prosperan y decaen las instituciones internacionales? Un país, ¿guía su política externa solamente por sus intereses o en ella también pesan la ideología, las creencias y las identidades?

Estas son algunas de las áreas que investiga Emanuel Adler, considerado por sus colegas en nuestro país como el politólogo uruguayo más reconocido en el mundo.

Adler, que actualmente reside en Canadá, se encuentra en estos días en Montevideo, invitado para dictar la conferencia inaugural del noveno Congreso Latinoamericano de Ciencia Política, mañana a las 18:30 en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo.

Aprovechando que Adler está aquí, les proponemos conocerlo y explorar su visión del mundo. En la mesa lo acompaña Adolfo Fito Garcé, integrante del comité organizador del Congreso.

Vale la pena presentarlo brevemente, profesor Adler. Yo decía que sus colegas uruguayos lo consideran el politólogo uruguayo más famoso en el mundo. Sin embargo, cuando se busca su nombre en la web hay pocas referencias a que es uruguayo, ¿qué pasó?

EMANUEL ADLER (EA) —Yo tengo muchas identidades, incluso varios pasaportes, pero la identidad en realidad es donde están mis libros. Me fui a Israel en 1970 y ahí empezaron a estar mis libros, empecé a estudiar, hice en BA y el MA en Jerusalén, me convertí en ciudadano israelí también. Después me fui a Berkeley, estuve allí siete años y me sentía medio estadounidense ya hasta que volví a Israel como profesor. Volví a Uruguay unas cuantas veces, fue emocionante, pero nunca lo hice profesionalmente.

EC —Esta es la primera vez que lo hace para desarrollar su actividad académica acá, para hablar de los temas de su especialidad.

EA —Exactamente.

ADOLFO GARCÉ (AG) —Y nos costó descubrir que era uruguayo, creo que en el primer mail que le escribí hasta traté de confirmar esa información, entre otras cosas porque no podía creer que Emanuel Adler, que uno ha tenido referencias suyas desde hace mucho tiempo, fuera uruguayo, que uno de los principales teóricos de las relaciones internacionales en el mundo fuera uruguayo.

EC —Quedó dicho al pasar: usted nació en 1947 en Uruguay, pero emigró a Israel en 1970. Estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén y se graduó en Historia y Relaciones Internacionales. En 1976 viajó a Estados Unidos a estudiar en la Universidad de Berkeley, California, donde obtuvo el doctorado en Ciencia Política. Ahora está radicado en Canadá, trabaja en la Munk School of Global Affairs de la Universidad de Toronto. ¿Algún comentario sobre toda esta peripecia, Fito?

AG —Hay anécdotas muy lindas que compartió el otro día conversando por teléfono sobre sus estudios en Berkeley. Por ejemplo, me quedé pensando en eso que me contaste de tus años de estudiante que en tu oficina tenías de un lado a Kenneth Wals, que no está en mi campo de estudio, pero cualquiera que se acerque a las relaciones internacionales sabe que está Morgentown, el realismo, y que el siguiente, en el neorrealismo como le llaman algunos, Kenneth Wals, uno de los más grandes. Tú tenías la oficina al lado…

EA —En realidad dos de los más grandes de las relaciones internacionales desde la Segunda Guerra Mundial fueron Kenneth Waltz y Ernst Haas, que junto con Karl Deutsch inventaron la teoría de la integración, con una aplicación directa a Europa. Era un sistema bipolar: Ernie era más de las cuestiones de las ideas y del nacionalismo, y Kenneth era realismo, poder, material… Entonces los estudiantes llegaban y tenían que elegir entre ambos. Yo fui del lado de Ernie y muy rápidamente me convertí en su asistente. Yo iba a hacer un doctorado sobre América Latina y él me convenció de que cambiara de idea, me dio unos libros y me dijo que leyera. Leí esos libros, que eran sobre la relación entre el conocimiento y el poder, y, como se suele decir, el resto es historia.

EC —Mañana, martes, usted será el encargado de abrir el noveno Congreso Latinoamericano de Ciencias Políticas, que es todo un acontecimiento en Uruguay.

AG —Sí, gracias por señalarlo porque es el noveno congreso, es la primera vez que se hace tan grande, hay más de 1.000 inscriptos, no sabés cómo han trabajado mis compañeros y compañeras del comité organizador, ha sido fantástico. El programa tiene más de 200 páginas, un momento especialmente lindo va a ser la inauguración, pero después tenemos varias conferencias en el Salón Azul de la Intendencia de Montevideo, va a ser precioso.

EC —La disertación del profesor Adler se titula con una pregunta: “¿Democracias en Recesión? Claves Para Pensar Sobre la Estabilidad y Evolución de Ordenes Sociales Internacionales y Regionales”. ¿Puede adelantarle a nuestra audiencia, en síntesis, cuál va a ser el planteo?

EA —Va a ser más de uno, pero lo que quiero hacer es presentar un libro que estoy terminando, más o menos con ese título. Es una teoría que vengo desarrollando desde que estuve en jardinera…

EC —¿Ah, sí? Muy precoz…

EA —Sí, sí. Yo la llamo evolución cognitiva, no psicológica sino socialmente cognitiva, del conocimiento colectivo. Para resumirlo rápidamente, es la evolución de las prácticas, porque yo defino los órdenes sociales, incluso los internacionales y regionales, como un cúmulo de prácticas y de lo que llamo comunidades de prácticas. El libro desarrolla una teoría de evolución que no tiene nada que ver con Darwin y esas cosas de supervivencia del más apto, yo desarrollé mis mecanismos sociales de cómo evolucionan las prácticas y los órdenes sociales por intermedio de las comunidades de práctica y lo aplico al orden europeo contemporáneo, al ciberespacio y al orden corporativo mundial. Además, en contraste con la mayoría de mis colegas, en vez de ver un orden internacional o mundial, veo múltiples órdenes sociales sobreimpuestos. Eso quiere decir que si hablamos de qué está pasando no es solamente un orden mundial sino que pueden haber cambios de órdenes en un área, ya sea física o temática y en otros no porque hay resistencia. También eso es parte del libro.