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Entrevista central, lunes 23 de mayo: Humberto Teske, Andrés Ojeda

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Entrevista con Humberto Teske y Andrés Ojeda, abogados.

Video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Lunes 23.05.2016, hora 8.23

El sábado 17 de marzo del año 2012, la noticia cortaba el aliento de todos aquellos que iban tomando contacto con ella, en Uruguay y también fuera de fronteras: Dos enfermeros comparecían ante la justicia sospechosos de haber asesinado a más de una decena de pacientes a su cargo en el Hospital Maciel y la Asociación Española.

Tanto en la prensa nacional como en la extranjera, que -dada la espectacularidad del episodio- también se ocupó del caso, empezaron a llamarlos “Los ángeles de la muerte”. También se utilizó otra expresión: “Los enfermeros asesinos”.

Las sospechas habían comenzado a gestarse meses antes, en el Hospital Maciel. Se comentaba en la Unidad de Cuidados Coronarios de ese centro asistencial se había disparado la tasa de mortalidad. Los rumores apuntaban como responsable a uno de sus funcionarios: Marcelo Pereira.

El 12 de marzo los hechos se precipitaron con lo que le ocurrió a la paciente Gladys Lemos. La médica tratante había firmado ese día la autorización para que dejara el hospital. Sin embargo, antes de que la señora se retirara, hizo una crisis que motivó que fuera derivada a la Unidad de Cuidados Coronarios, donde poco tiempo después falleció. Fue en esa unidad donde, por primera vez, tuvo contacto con Pereira quien, posteriormente, ante el juez, reconoció haberle suministrado morfina, sin la debida prescripción médica. “No con el fin de matarla”, sino con la intención de “sedarla”, dijo. En su declaración, Pereira agregó que no podía precisar cuántas veces ni con cuantos pacientes había realizado esa maniobra, ni cuándo había comenzado con esa práctica.

Cuando Pereira fue detenido, entre sus pertenencias encontraron un celular que guardaba cientos de mensajes de texto. Uno de ellos fue el que terminó haciendo la conexión con otro enfermero, Ariel Acevedo, que trabajaba –junto con Pereira- en la Asociación Española, en el Centro de Terapia Intensiva (CTI) Neuroquirúrgico. Era un SMS enviado en diciembre del año anterior, 2011, a Andrea Acosta, la enfermera que luego sería procesada como cómplice de uno de los supuestos homicidios. El mensaje hacía referencia a que Acevedo “limpió” a un paciente en ese centro, que se había ido a la farmacia y que habían quedado resucitándolo. Ese paciente falleció poco más tarde.

Acevedo admitió ante el juez haberle puesto la medicación a esa persona. El enfermero dijo que, mientras se encontraba solo, se “aproximaba al paciente con una jeringa y le inoculaba 20 centímetros de aire”. No pudo confirmar cuántos pacientes fueron víctimas de estas acciones, ni cuándo comenzó a llevarlas a cabo, aunque estimó que podría haber ocurrido durante “un par de años”.

En la sede judicial, tanto a Pereira como a Acevedo, les mostraron fotos de pacientes que podrían haber muerto como consecuencia de sus maniobras. Los indagados reconocieron a varios de ellos. Con esas pruebas, Pereira y Acevedo fueron procesados con prisión por la muerte de 15 personas internadas.

A Pereira se le atribuían, prima facie, cinco delitos de homicidio en régimen de reiteración real. A Acevedo, otros diez delitos de homicidio especialmente agravado en reiteración real. Andrea Acosta fue procesada como "cómplice de homicidio muy especialmente agravado".

Esta causa, que se conoció como "Operación Ángeles", fue conducida en la etapa inicial por el juez en lo penal Rolando Vomero. En declaraciones a la prensa, el doctor Vomero explicaba así lo que había podido reconstruir sobre la conducta de los procesados.

[Audio de entrevista de Vomero]

ROLANDO VOMERO (RV) —La metodología en un caso era aplicarle morfina directamente en vía central y en otro caso, al parecer, era aire en vía central, lo cual le ocasionaba la muerte en pocos minutos.
PERIODISTA —¿Por qué lo hacían, doctor?
RV —Según manifestaron, porque no querían ver sufrir a la gente. Se trataba de situación graves, pero en las que la muerte no era un episodio que se representaba en el momento en que ocurría.
PERIODISTA —¿Entonces, eran pacientes terminales?
RV —No. No eran pacientes terminales. Independientemente de que hubiera alguno que lo fuera.

[Fin audio]

Sin embargo, con el correr de lo meses, el caso empezó a desarmarse, junto con la presunta responsabilidad de los tres involucrados.

El informe de la Junta Médica de Peritos que trabajó en el expediente, a partir de las historias clínicas de los pacientes fallecidos, no pudo probar la existencia de elementos exógenos que hubieran contribuido a esas muertes. A su vez, se verificó que en algunos casos los enfermeros ni siquiera habían trabajado en los días en que fallecieron algunos de los pacientes supuestamente asesinados.

La causa cambió de manos y un año después se encontraba a cargo de la jueza Dolores Sánchez y el fiscal Gilberto Rodríguez.

En abril de 2013, Ariel Acevedo retiró su confesión inicial. Sostuvo que había admitido los homicidios por consejo de su anterior abogada. También dijo que había recibido presiones de la Policía para que confesara los asesinatos.

El 26 de febrero de 2015, y después de haber estado en prisión casi tres años, la justicia absolvió a los tres enfermeros de los delitos imputados y los dejó en libertad. En la sentencia, la jueza Dolores Sánchez explicó que el denominador común encontrado en el análisis de la prueba testimonial es que "nadie los había visto hacer nada a ningún paciente".

De todos modos, unas semanas después la fiscal Mónica Ferrero apeló este fallo y el expediente pasó al Tribunal de Apelaciones de Primer Turno. Volvió a correr el tiempo y el miércoles pasado -mayo de 2016- ese tribunal confirmó la absolución de los tres: Marcelo Pereira, Ariel Acevedo y Andrea Acosta.

Ahora, la fiscal Ferrero tiene todavía algunos días para decidir si presenta, o no, un recurso de casación. En caso de presentarse, la causa se definiría en la Suprema Corte de Justicia (SCJ). O sea, el trámite judicial no está 100 % cerrado. De todos modos, creo que todos, incluidos los periodistas que informamos sobre este caso durante estos años, tenemos muchas preguntas en torno a este expediente y, sobre todo, el desenlace al que parece que se encamina.

¿Cómo se explica, cómo se entiende este proceso tan retorcido? Vamos a tratar de comprenderlo. Para eso hemos invitado esta mañana a dos de los abogados que participaron del caso. Están con nosotros el doctor Humberto Teske, representante de Marcelo Pereira, y el doctor Andrés Ojeda, uno de los representantes de Andrea Acosta.