A Uruguay, un país chico, le va la vida en las estrategias de inserción internacional.
Sin embargo nuestra relación con el Mercosur volvió a sufrir este año varios ruidos fuertes: En Argentina, la nueva ley autopartista nacional generó nuevas complicaciones a las exportaciones uruguayas de ese sector; Brasil bloqueó temporalmente el ingreso de productos lácteos provenientes de nuestro país; y Uruguay mismo puso su cuota de proteccionismo, cuando incluyó en la Rendición de Cuentas la suba de la tasa consular a todas las importaciones, abarcando a las provenientes de nuestros socios del bloque regional.
Y, por otro lado, las negociaciones de tratados de libre comercio han quedado cuestionadas una vez más. Mientras la oposición parece unida apoyando al Poder Ejecutivo en ese camino, el oficialismo muestra diferencias internas en esta materia y eso lleva a que, por ejemplo, siga trabada la aprobación parlamentaria del último acuerdo firmado con Chile.
Vale la pena analizar este tema en La Mesa Agropecuaria, sobre todo porque el 78 % de las exportaciones uruguayas de bienes corresponde a las agro-industrias.
La Mesa Agropecuaria, con Guillermo Villa (Representante de los productores en el Instituto Nacional de Carnes), Daniel Laborde (Presidente de la cooperativa agropecuaria Unión Rural de Flores), Antonio Carámbula (Director ejecutivo de Uruguay XXI) y Marcos Soto (Gerente senior de PwC Uruguay).
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