Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS
El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, dijo ayer que la vacuna contra el covid-19 que elegirá Uruguay no será "ni la más barata, ni la más rápida, sino la más segura".
Delgado asistió ayer a la comisión de Salud del Senado junto al ministro del ramo, Daniel Salinas, para informar a los legisladores, sobre el plan de vacunación que tiene el gobierno y la estrategia general para combatir la pandemia.
A la salida, en rueda de prensa, Delgado, señaló que hay "acuerdos de confidencialidad ya firmados con varios laboratorios" que impiden que se dé información respecto a las negociaciones que se llevan adelante. "Estamos a punto de lograr el camino buscado, el país optó por ir por el camino más seguro", indicó.
Delgado dijo que el objetivo es que cuando llegue la vacuna la población sienta la "confianza" de poder aplicársela, ya que será voluntaria:
Acá no estamos hablando de la barata, ni la más rápida si no de la más segura. Y para eso la decisión no es del gobierno. Es de un grupo de científicos que elige sobre determinadas plataformas para determinado nivel de población.
Antes de la conferencia de prensa de Delgado y Salinas, los legisladores de la coalición respaldaron al gobierno. El senador nacionalista Gustavo Penadés, sostuvo que en el tema de las vacunas “lo científico está por encima de lo político”. Penadés afirmó que el Ministerio de Salud Pública “tiene la situación sanitaria bajo control” y que la tasas de contagio y mortalidad estaban “dentro de lo proyectado”.
Por su lado, la senadora frenteamplista Sandra Lanza cuestionó que el plan de vacunación previsto por el gobierno no tiene ni ““fecha de inicio”, ni “laboratorio” al que se adquirirán las vacunas. Hablando en la rueda de prensa que encabezó la oposición, el senador Daniel Olesker, sostuvo que hubo “imprevisón y retraso en la política sanitaria” y se debió haber modificado la estrategia sanitaria luego de que se autorizaron aumentos de la movilidad.
La Tertulia con Gonzalo Ferreira, periodista, editor jefe en El Observador; y los economistas Agustín Iturralde y Fernando Isabella.
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