Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS
Sacar carbono del aire, contribuyendo de esa forma a mitigar el calentamiento global, se está transformando en un negocio que crece a nivel mundial.
Recuerden, la semana pasada, aquí En Perspectiva compartimos con ustedes la noticia de una empresa ganadera de Australia que con sus técnicas de rotación de pastoreo, capturó en el suelo unas 40.000 toneladas de dióxido de carbono, certificó ese logro, obtuvo los llamados “bonos de carbono” y facturó por ellos unos 500.000 dólares.
El comprador de esos bonos fue Microsoft, una compañía que alienta iniciativas amigables con el medio ambiente en todo el mundo para compensar sus propias emisiones de gases de efecto invernadero.
Aquí en Uruguay, las técnicas para capturar el dióxido de carbono en ganadería están empezando recién a aplicarse. En cambio, en el rubro forestación ya existe más experiencia con el secuestro de carbono, su certificación y su transformación en bonos que se venden en el mercado internacional.
De hecho, una empresa, Carbosur, viene asesorando a varios emprendimientos forestales para certificar sus procesos y generar bonos de carbono
¿Cómo han funcionado estos desarrollos hasta ahora? ¿Qué posibilidades de crecimiento tiene esta tendencia? Conversamos En Perspectiva con el ingeniero agrónomo Álvaro Pérez del Castillo, director ejecutivo de Carbosur, y Walter Oyhantçabal, ingeniero agrónomo con especialización en cambio climático y ciencias ambientales, y miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.