El viaje a la primera mitad del siglo XIX para visitar hechos determinantes de nuestra historia es un viaje que investigadores y lectores hacemos más o menos habitualmente. El viaje a ese mismo período para visitar algún que otro fenómeno, digamos, artístico —la invención de la gauchesca o la primera audición del himno nacional—, aunque evidentemente más peculiar, tiene de todos modos sus buenos antecedentes.
Mucho más raro, sin duda, es viajar a aquel medio siglo inaugural para visitar la parte más viva y física de aquellos orígenes de nuestra cultura: las imprentas, las librerías, la circulación y la lectura de libros, folletos y páginas sueltas.
De esa dimensión material de la cultura en nuestro país, principalmente en Montevideo, entre los años 1807 y 1851 (ya vamos a averiguar qué acontecimientos marcan esas fechas, tan señaladas) se ocupa el crítico y docente Pablo Rocca en un volumen titulado Historias tempranas del libro. Impresores, textos, libreros en el territorio oriental del Uruguay, 1807-1851, que ha sido publicado por Linardi y Risso, que reúne escritos diversos, algunos inéditos, otros revisados de publicaciones anteriores y que motiva esta conversación acerca, entonces, de nuestra historia del libro. Con él conversamos esta mañana.