Foto: Daniel Leal Olivas / AFP
Sistemas de salud colapsados o en riesgo de colapso, economías en crisis, empresas complicadas, despidos y envíos al seguro de paro…Los impactos de la pandemia de Covid-19 en la salud y en la economía dominaron la agenda este año.
Pero la propagación del coronavirus también tiene consecuencias en otros planos de la vida humana, de los que se habla bastante menos. Por ejemplo, la alimentación.
Esta emergencia sanitaria, que nació hace un año, ha provocado dificultades para la distribución y el acceso de alimentos de calidad en varias partes del mundo.
Esto ha agravado el problema del hambre en el planeta, un asunto que sigue sin solución. En 2019 pasaron hambre casi 690 millones de personas, es decir, casi una de cada diez personas en el mundo. Ahora esa situación es peor. Según datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), la pandemia llevaría a otros 130 millones de personas a sufrir de hambre crónica para finales de este 2020.
En respuesta, la FAO lanzó este año un Programa integral de respuesta y recuperación del covid-19. ¿De qué se trata este plan? ¿Qué soluciones tiene? Lo conversamos esta mañana En Perspectiva con Mario Lubetkin, subdirector de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación.
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Destaques de la entrevista:
- "Nuestro principal papel ha sido el de sostener y apoyar a los gobiernos. Sobre todo concentrarnos en ayuda a que no se interrumpiera el sistema de distribución alimenticia, que fue y sigue siendo el peligro más importante en los efectos del Covid-19″.
- "Hay 690 millones de personas que pasan hambre, estamos hablando del 8,9% de la población global. Existe el peligro de que otras 130 millones de personas vayan a una situación de hambre y pobreza extrema, casi un 20% más de la población mundial".
- "Eso lo llevás en cadena a todos los países. No hay país excluido, ni en países desarrollados ni en países menos desarrollados".