En esta época de emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus las personas mayores de 65 años, que son población de riesgo, deben permanecer aisladas. Y eso es todo un desafío, para ellas pero también para sus familias.
¿Cómo se maneja este dilema, entre el riesgo de enfermarse de Covid-19 y el riesgo de caer en la angustia y ansiedad por la reducción al mínimo del contacto con los amigos y seres queridos?
Sobre este tema conversamos con Robert Pérez, profesor grado 5 de Facultad de Psicología de la Udelar, coordinador del Diploma en Psicogerontología y coordinador del Centro Interdisciplinario de Envejecimiento.
Destaques de la entrevista:
- "No es que no se hayan dado situaciones de pandemia o de aislamiento antes pero nunca lo habíamos vivido así de esta forma en la que el mundo está parado".
- "Somos después de Cuba, el segundo país más envejecido de América Latina. Dos de cada diez personas tiene 60 años o más".
- "El perfil de las personas mayores en Uruguay no se condice con el prejuicio de que están todas enfermas, dependientes y que son casi como alguien a quien hay que estar asistiendo continuamente".
- "Para sostener el distanciamiento físico, lo que se necesita es estrechar los lazos sociales y los afectos. ¿Cómo lo hacemos sin el acercamiento físico? Es un desafío y la tecnología juega un papel fundamental".
- "Las personas mayores, al contrario de lo que dice el prejuicio de que no pueden afrontar situaciones como esta, tienen experiencias de lidiar con situaciones extremas".
- "Hay que cambiar el mensaje social, si pensamos que las personas mayores solo tienen que estar encerradas y hay que darles todo, las ubicamos en ese lugar y ellas también se ubican".
- "Sabemos el rol que juega lo afectivo en el sistema inmunológico. Es tan importante como el distanciamiento físico, la aproximación afectiva con los otros. El desafío es generar acciones de cuidado de los otros que no implican romper con el distanciamiento físico".
Foto: Bruce Bennett/Getty Images/AFP
