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China anunció ayer un relajamiento general de las reglas sanitarias anticovid, abandonando la restrictiva estrategia contra el coronavirus que generó una histórica ola de protestas en todo el país.
Este cambio de dirección supone desmantelar principios básicos de la política de "covid cero", en vigor desde hace casi tres años, que permitió contener el virus al principio de la pandemia, pero que está causando importantes perturbaciones en la economía.
El alivio de estas medidas llega diez días después de una ola de manifestaciones de una magnitud no vista desde el movimiento prodemocracia de 1989.
En una decena de ciudades del país los manifestantes, principalmente jóvenes, mostraron su hartazgo ante esta estricta política sanitaria y algunos incluso pidieron la dimisión del presidente, Xi Jinping.
Ahora Xi, que hizo del "covid cero" una de sus políticas banderas, ha modificado el discurso y ha reconocido que la variante ómicron, menos letal, "abre el camino a una mayor flexibilidad en las restricciones".
El cambio de dirección coincide también con la publicación este miércoles de inquietantes cifras del comercio exterior de China, que cayó a niveles sin antecedentes desde el primer semestre de 2020.
Profundizamos en la situación que está viviendo el país asiático conversando con el periodista español Javier Borràs, quien fue corresponsal en China, vivió allí entre 2015 y 2016, y hoy es analista especializado en Asia y autor del libro “Roja y gris: Andanzas y tribulaciones de un joven corresponsal en China”.
