La jueza de familia de 8º turno, Iris Vega, asignó ayer la tenencia provisoria de los hijos de Valeria Sosa -quien fuera asesinada por su pareja policía el pasado 30 de enero- a la familia paterna. La doctora Vega basó su decisión en que los niños manifestaron su deseo de vivir con los abuelos paternos ya que, según dijeron, en la otra rama de su familia eran víctimas de insultos. La fiscalía había solicitado que los niños permanecieran con los abuelos maternos y en ese mismo sentido se había pronunciado un informe del Centro de Atención a las Víctimas de la Violencia Doméstica.
La directora del Sistema de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav), María Elena Mizrahi, dijo a En Perspectiva que el fallo de Vega no toma en cuenta el contexto por el cual los niños declararon que querían quedarse con los abuelos paternos. Por ejemplo, no se consideró que el padre les dijo poco después de matar a Sosa que cuidaran de sus abuelos. Para Mizrahi se tendría que haber valorado a las dos familias porque el relato sólo de los familiares paternos puede llegar a ser "justificador" de la violencia y poner en tela de juicio la figura de la madre.