Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
El endurecimiento de las penas para el microtráfico de drogas está llevando a que más mujeres sean condenadas por este tipo de delitos.
Aunque todavía no hay cifras oficiales, este aumento es constatado desde el Ministerio del Interior, la Fiscalía y la Defensoría Pública, entre otras instituciones.
Un ejemplo de esto se conoció el pasado 26 de agosto, cuando el semanario Búsqueda informó sobre la situación de Dona Samer Fleitas, una mujer de 39 años, con cuatro hijos a su cargo, que fue condenada a cuatro años de cárcel por intentar ingresar al ex-Comcar 56 gramos de marihuana para su pareja.
El caso de Dona no es el único, pero para muchos es “paradigmático” por la dureza de la sanción y por el impacto que tendrá en sus hijos.
A partir de esa noticia, y de las advertencias planteadas por actores sociales y políticos, varios organismos públicos están analizando cómo dar una mejor atención a las mujeres con niños que cumplen penas de prisión, y a los menores que deben ser institucionalizados por quedar sin adultos referentes.
Para profundizar en este tema, conversamos con dos personas que conocen esta problemática de primera mano: el psicólogo Gonzalo Salles, director de la ONG Gurises Unidos, y la psicóloga Fernanda Caballero, coordinadora de la misma institución.