Entrevistas

Anep fijó agenda de trabajo con sindicatos para solucionar temas “pendientes” y evitar pérdida de clases

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Por primera vez desde 2009 el comienzo de clases transcurre sin conflictos sindicales de envergadura. En diálogo con En Perspectiva, la consejera de la Anep Laura Motta dijo que este año las autoridades buscan generar las condiciones para alcanzar 190 días de clase estableciendo una agenda de trabajo con los sindicatos que permita solucionar temas pendientes como el presentismo, las inequidades salariales y las apoyaturas pedagógicas a los docentes.

EN PERSPECTIVA
Lunes 29.02.2016, hora 07.50

EMILIANO COTELO (EC) —Alrededor de 340.000 niños inician hoy sus clases en 2.300 escuelas públicas de todo el país.

Dice El Observador esta mañana que hay que remontarse a 2009 pare recordar un comienzo de clases sin conflictos sindicales, como este que se está perfilando. En este sentido el 2015 fue un año complejo, las movilizaciones y paralizaciones resueltas por los sindicatos debido al debate presupuestal generaron la pérdida de una enorme cantidad de días lectivos.

Este año las autoridades se han propuesto lograr una mejor asistencia, tanto de alumnos como de docentes.

¿Cuáles son las características principales de esta vuelta a clases, sobre todo si ponemos la atención en primaria, que arranca hoy? Vamos a conversar con la profesora Laura Motta, consejera de la Administración Nacional de Educación Pública.

¿Dónde la encontramos en este momento?

LAURA MOTTA (LM) —En este momento estoy en la escuela Nº 384, estamos esperando el inicio de cursos. Esta es una escuela que queda cerca del Parque Guaraní, en Veracierto y calle 5, cuyo edificio es totalmente nuevo. Uno puede disfrutar acá de la intervención que han hecho los propios niños y maestros en los bancos, que están decorados con colores y dibujos muy agradables. Así que… iniciando las clases…

NICOLÁS BATALLA (NB) —Allí es donde empieza su recorrido de escuelas el presidente, Tabaré Vázquez.

LM —Exactamente, acaba de entrar el presidente a la escuela. Los niños y padres ya están esperando afuera, como suele suceder en las escuelas, que padres y niños se juntan antes de que suene el timbre de entrada. Nosotros daremos la bienvenida a los niños dentro de la escuela y los maestros se están aprontando y preparando sus salones para recibirlos.

NB —Hay al menos una particularidad en este primer día de clases: si la memoria no me falla no es muy frecuente que las clases comiencen en febrero. Este año tiene la particularidad de que febrero es más largo, pero de todos modos esto no es algo frecuente. ¿De alguna manera se está marcando esta intención del gobierno de conseguir el número máximo de días de clase posible?

LM —Exactamente. Ya desde el año pasado comenzamos a trabajar fuertemente con todos los subsistemas para lograr el mayor número de clases. En el caso de primaria la apuesta es llegar a los 190 días de clase, en el caso de educación media -cada uno de los programas tiene su duración- a aproximadamente unas 36 semanas. Es decir: cumplir con lo que está establecido en los planes y programas.

NB —Se busca llegar a los 190 días clases cuando el año pasado se perdieron en torno de 20 días. Esto de comenzar el 29 de febrero es una de esas medidas, ¿qué más se va a hacer para llegar a los 190?

LM —En principio lo que estamos haciendo es buscar las condiciones para que no se den interrupciones en las clases. Eso me parece que es lo fundamental, lo esencial que podemos hacer. Para eso estamos en contacto desde hace tiempo, tanto con los maestros y los profesores como con los sindicatos, para fijar una agenda de trabajo que permita durante todo el año ir discutiendo algunos temas que estén pendientes.

NB —¿El convenio salarial al que se llegó el año pasado con los maestros es condición suficiente para asegurar su respaldo a esta intención de perder la menor cantidad posible de días de clase?

LM —Yo en principio creo que ni los maestros ni los profesores tienen la intención de perder días de clase, creo que eso no está en sus expectativas.

Con el convenio salarial la intención es acordar cuáles son las condiciones en ese sentido. Ahora nos queda una etapa de discusión de presentismo y de inequidades, que está prevista en el propio convenio, y con todo esto lo que hace a lo salarial habrá sido abordado a través del convenio.

También quedan otros temas, que creo que son tan importantes como esos, que son los que hacen al acto de educar mismo. En ese sentido también se está trabajando para lograr apoyaturas a los docentes a través de materiales, trabajos con inspectores y directores para definir cuál es la escuela que queremos y avanzar juntos hacia eso. Es decir, un trabajo que tiene más que ver con lo pedagógico y que es la esencia misma de la escuela.

NB —Uno de los enfoques posibles sobre este tema es que las clases comienzan sin conflicto después de muchos años. De todos modos, los maestros han señalado que faltaba asignar varios cargos. La semana pasaba hablaban de 100 docentes en Montevideo.  Hubo una nueva elección de horas pero todavía quedan algunas decenas de cargos vacantes. ¿Cómo está la situación hoy, que es el primer día de cursos? ¿Qué pasa con esos grupos que aún no tienen maestro?

LM —La situación es así como se describía la semana pasada. Con la elección que se realizó jueves y viernes el interior del país está totalmente cubierto y en Montevideo quedan 37 cargos por elegir. Para cubrir esos 37 cargos una de las alternativas es hacerlo con maestros del interior del país y que estén dispuestos a venirse, como ya ha pasado en otros años; el Consejo de Educación Primaria da las condiciones para que eso suceda. En el día de hoy [los grupos que no tienen maestros adjudicados] están empezando [las clases] con los maestros directores o los secretarios, que son quienes asumen los grupos en casos de que falten los maestros.

NB —O sea que tendrían clases de todos modos.

LM —Sí, por supuesto, por supuesto.

NB —Por lo que leí en una nota de El País, otra de las novedades este año en primaria viene por el lado de la educación inicial. Si comparamos con el año anterior, se están sumando unos 2.000 niños de tres años al primer nivel de jardinera, que es un nivel no obligatorio. ¿Cómo evalúan ustedes esa cifra y la evolución de la matrícula en ese sector en particular?

LM —Como ustedes saben, no es obligatorio y nuestra apuesta es a cubrir la demanda que exista en niños de tres años. No todas las familias quieren enviar a sus hijos de tres años a clase, a veces tienen otras opciones. Sin embargo, cuando se iniciaron las inscripciones para este nivel hubo un número muy importante de familias que sí quisieron inscribirlos en los cursos de tres años. Eso fue el año pasado, en diciembre. Esto supuso también acondicionar escuelas y jardines para que fuera posible dar cabida a todos esos niños, y así lo hicimos.

NB —En las últimas semanas aparecieron algunos comentarios de la directora de Primaria, Irupé Buzzeti, en los que reconocía que se estaba enviando al liceo a alumnos que egresaban de primaria leyendo mal. De algún modo es una visión que pone en cuestión un mito, o un falso concepto, que se ha ido generando sobre que los problemas de educación en Uruguay parten todos de secundaria. ¿Hay un compromiso de ser más rigurosos para detectar las debilidades que en este momento tiene la educación primaria en Uruguay para no trasladar este problema a secundaria?

LM —Ya desde hace varios años hemos encontrado que, efectivamente, hay muchos niños que pasan a educación media con extra edad, esto supone que han repetido más de un año en primaria. Muchas veces eso también está asociado a cómo, de pronto, manejan la técnica, pero no siempre manejan adecuadamente el paso siguiente, que es el de leer para aprender.

En eso también se está trabajando, se diagramaron cuadernos para apoyar a los niños y los maestros en la lectoescritura, se está trabajando fuertemente en eso. Pero también se está trabajando a nivel de educación media para fortalecer la lectura y la escritura, fundamentalmente enfocadas en los contenidos de las asignaturas que ellos van a tener en educación media.

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Transcripción: Andrea Martínez