Editorial

Se nos va el tren

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Por Mauricio Rabuffetti ///
@maurirabuffetti

Hace algunos días nos enteramos de que técnicos de UPM vinieron a Uruguay a seguir evaluando el estado de las vías férreas de nuestro país. Pero no pudieron terminar su trabajo porque un paro coincidió con su cronograma, y se volvieron al frío de Finlandia donde todo parece más predecible.

UPM quiere instalar otra planta de celulosa en suelo uruguayo. En los papeles –valga el juego de palabras- es un proyecto interesante. En lo personal confieso que no me convence mucho esto de instalar una planta gigantesca que utilice el agua de un curso de tránsito lento como el Río Negro. Le tengo apego a la naturaleza y hace rato que no creo en el eslogan del “Uruguay Natural” que queremos venderle al mundo.

Pero, convengamos, UPM II es la gran idea productiva del momento. Es la única idea que anda en la vuelta en realidad, porque no hay nada más en el horizonte que pueda ser un claro generador de mano de obra y de lo cual aferrarse para contrarrestar el desánimo que campea en el mundo laboral y productivo.

Porque seamos realistas, hay pocas dudas de que UPM II es un salvavidas gigante para un Uruguay en el que el desempleo crece. La tasa de enero fue de 8,1% de la Población Económicamente Activa, la tercera mensual más alta desde enero de 2016 según los datos oficiales.

Entiendo que a la ministra Liliam Kechichian le haya sorprendido la cifra porque la temporada turística, afortunadamente, fue muy buena, y eso de alguna manera enmascara la situación que están sufriendo otros sectores productivos del país donde se cortan horas de trabajo o lisa y llanamente puestos laborales. Si no pregúntenle a los tamberos, que están padeciendo el apriete de tarifas de servicios públicos o costos de combustibles estratosféricos que reducen más y más sus márgenes.

Por eso, más que “ajustar inspecciones”, como sugirió la ministra, habría que ajustar el lente con el que se mira la economía. Porque no solo de turismo vive el Uruguay. Casi 5.000 personas menos con empleo es un dato que exige un análisis, y una autocrítica, profundas, para tratar de evitar que el deterioro se profundice.
Si el salvavidas de UPM se infla, nos olvidaremos rápido de estos números porque la construcción de la usina por sí sola será un sacudón para un mercado pequeño como el uruguayo.

Pero para que eso pase, habría que subsanar algunas contradicciones.

No se le puede pedir a UPM que venga a Uruguay y que se dificulte el trabajo de sus técnicos. El ministro Rossi le dijo a El Observador que fue un hecho “lamentable”. Y lleva razón cuando agrega que es una “ironía” que no pudieran trabajar por causa de quienes más se beneficiarían con un ferrocarril moderno.

Mientras trata de resolver este problema del ferrocarril, al gobierno le cayó encima una tonelada de papel picado porque cerró Fanapel. Y el cierre de Fanapel es trágico. Por lo que la fábrica ha representado, por lo que significa para todo un pueblo de Colonia como Juan Lacaze, y porque muestra la inviabilidad de una parte importante de la industria tradicional en Uruguay.

Las propias medidas insinuadas por el Ejecutivo sostienen esta afirmación. El ministro Astori dijo que Juan Lacaze tiene “condiciones naturales para convertirse en un polo logístico libre de impuestos”. Y a UPM, se maneja que se le daría un predio en calidad de zona franca. Conclusión inequívoca: la carga tributaria sobre las empresas es tan desmesurada que hasta las autoridades entienden que la única forma de atraer inversiones es bajándola.
No es justo para los emprendedores que no pueden acceder a este beneficio.

En medio de este panorama, a algunos se les ocurre que puede ser una buena idea aumentar los tributos que paga “el gran capital”, a ver si por ahí también juntamos algún pesito más para tapar el agujero fiscal.

Penalizar a quien da empleo es una lógica francamente incomprensible que hace que uno se pregunte si realmente tenemos claro hacia dónde queremos ir como país. Ya se nos fue una automotriz china; cerraron varias empresas lácteas y ahora una fábrica de papel. Ojo que si seguimos a este paso y no cambiamos el enfoque, también se nos va a ir el tren.

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Emitido en el espacio Tiene la palabra de En Perspectiva, miércoles 15.03.2017

Sobre el autor
Mauricio Rabuffetti (1975) es periodista y columnista político. Es autor del libro José Mujica. La revolución tranquila, un ensayo publicado en 20 países. Es corresponsal de Agence France-Presse en Uruguay. Sus opiniones vertidas en este espacio son personales y no expresan la posición de los medios con los cuales colabora.