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Turismo: ¿Qué muestran las cifras para lo que va de la temporada y qué puede esperarse para lo que resta del año?
EMILIANO COTELO (EC): En los últimos días trascendieron cifras parciales de la temporada turística de verano. Según datos de la Dirección Nacional de Migraciones, entre diciembre de 2021 y enero de este año ingresaron al país unos 409.400 extranjeros.
¿Cómo se analizan estas cifras? ¿Estuvieron en línea con lo que se esperaba? ¿Cómo comparan con los últimos veranos previos a la llegada del coronavirus? Lo conversamos con la economista Delfina Matos, de Exante.
Como decía recién entre diciembre y enero entraron algo menos de 410.000 visitantes extranjeros, ¿cómo vieron estos datos que trascendieron en los últimos días?
DELFINA MATOS (DM): La verdad es que los datos fueron bastante malos, respecto a años anteriores pero también respecto a lo que se esperaba en general para esta temporada. En diciembre entraron unos 219.000 visitantes extranjeros y en enero fueron unos 191.000. Claro que si lo comparamos con los niveles prácticamente nulos de un año atrás, cuando las fronteras estaban cerradas, se trata de una recuperación muy importante en la cantidad de visitantes y por supuesto en los niveles de actividad que habría tenido el sector turístico. Pero, poniéndolo en perspectiva, cuando comparamos con la última temporada antes de la llegada del coronavirus a nuestro país (es decir con las cifras de diciembre de 2019 y enero de 2020), estamos casi 50% por debajo de aquellos niveles.
Es cierto que estas son cifras parciales, pero no podemos perder de vista que enero es el mes más importante de la temporada. Como referencia, si miramos las cifras de los últimos años, en enero se concentra aproximadamente la mitad de la actividad turística del primer trimestre del año. Por eso decimos que esto marca un comienzo de la temporada turística bastante peor a lo que estimábamos algunos meses atrás.
EC: ¿Y qué muestran las cifras según país origen de los visitantes?
DM: De acuerdo con estos datos de Migraciones, en diciembre-enero ingresaron 203.000 argentinos, 45.000 brasileros, 12.000 paraguayos y 5.000 chilenos. La verdad que cuando miramos estos datos estamos hablando de descensos enormes, de más de 60% respecto al período diciembre 2019-enero 2020, salvo en el caso de los paraguayos que tuvo una caída de 20%.
En cambio, sobresalió un crecimiento fuerte a nivel del ingreso de personas de orígenes de fuera de la región. Los visitantes de fuera de la región (incluyendo en la región también a Paraguay y a Chile) totalizaron 145.000 entre diciembre y enero, eso supone un 46% más que en diciembre 2019-enero 2020.
Realmente hay un cambio de composición llamativo en términos de la nacionalidad de los visitantes. Los argentinos representaron menos de la mitad (cuando habitualmente representaban alrededor del 70% de los ingresos en el verano) y la región en su conjunto fue el origen de solo el 65% de los visitantes (frente al casi 90% de veranos previos). La contracara, como decía antes, es que en este comienzo del verano 2021/2022 el 35% del total de visitantes provino de fuera de la región. Se trata de una porción históricamente alta en parámetros históricos.
EC: Está claro ¿y a qué atribuyen este descenso tan fuerte de la cantidad de visitantes de la región?
DM: A ver, como comentamos otras veces, por varios motivos en Exante ya esperábamos que este año íbamos a ver una temporada turística pobre, incluso con fronteras abiertas. Los requisitos para el ingreso (como la exigencia de estar vacunado y de presentar un PCR negativo con menos de 72 horas de realizado) son factores que sin dudas habrían operado como un desestimulo a la hora de viajar a nuestro país.
Ahora, más allá de estos elementos, lo cierto es que el contexto macroeconómico en la región no nos permitía ser optimistas. Nuestros vecinos tienen una situación económica compleja, crecieron luego de la marcada caída en 2020, pero las perspectivas son de un crecimiento muy pobre para este año. El clima de expectativas se encuentra muy deteriorado en ambos países y sus monedas permanecen extraordinariamente devaluadas. Hace tiempo que venimos remarcando que estamos muy caros como destino turístico tanto para los argentinos como para los brasileros. Si vamos a las cifras, el tipo de cambio bilateral de Uruguay con Argentina (considerando el tipo de cambio paralelo) está más de 50% por debajo de su promedio histórico. Y con Brasil está 40% por debajo de su media. Eso pauta que estamos todavía más caros que en el verano 2020, cuando esas relaciones eran de 40% y 30% por debajo de sus promedios respectivamente.
Y a todo esto se agregó sobre fines de diciembre el fuerte deterioro de la situación sanitaria con la variante ómicron tanto en nuestro país como en la región, que definitivamente complicó todavía más el panorama.
EC: Con estas primeras cifras sobre la mesa, entonces ¿qué perspectivas tienen para el resto de la temporada y para el conjunto del año?
DM: A la luz de estas cifras revisamos significativamente a la baja los pronósticos que veníamos manejando, sobre todo los relativos a la temporada de verano. Ahora estamos proyectando para esta temporada una caída de alrededor de 50% de la cantidad de visitantes respecto a lo que fue la última temporada sin COVID, la de 2020. Ello supone unos 520.000 visitantes en el primer trimestre del año, que es un número muy pobre frente al millón que vimos en 2020 y 2019 y respecto al millón y medio que llegó a observarse en los veranos récord de 2018 y 2017.
Para el resto del año asumimos que la situación sanitaria va a ir mejorando y que las restricciones al ingreso van a ir aliviándose, pero igualmente seguimos pensando en un flujo de turistas debilitado, que en el conjunto del año sería casi 35% inferior al registrado en 2019 (el último año previo al coronavirus).
EC: Una última pregunta, antes de terminar, en términos de dinero, ¿a cuánto ascenderían las exportaciones turísticas con estas estimaciones de ingreso de visitantes que recién comentabas?
DM: Estamos estimando que el gasto por turismo en nuestro país medido en dólares totalizaría US$ 650 millones en enero-marzo y US$ 1.600 millones en el año. Para ambos casos eso significa un gasto aproximadamente 30% menor al del último período no afectado por la pandemia.
Por el otro lado, probablemente el turismo emisivo también esté siendo más bajo de lo que teníamos estimado inicialmente, pero a nuestro juicio es muy probable que el saldo neto de turismo para el país termine siendo nuevamente muy bajo este año.
