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Las nuevas medidas de apoyo económico y social ante la emergencia sanitaria

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Foto: Pablo Vignali / adhocFOTOS

¿Qué impactos tendrán en materia de actividad y del resultado fiscal?

EMILIANO COTELO (EC): El gobierno anunció esta semana un nuevo paquete de medidas para amortiguar los impactos de la crisis sanitaria. Lo hizo el martes en una conferencia de prensa en la que participaron la ministra de Economía, el ministro de Industria, el ministro de Trabajo, el ministro de Desarrollo Social y el ministro de Turismo. En el día de ayer, a su vez, el Ministerio de Economía y Finanzas organizó otra instancia para explicar más en detalle las medidas que están vigentes (las ahora comunicadas y las que venían de meses previos). 

¿Qué impactos cabe esperar en la actividad económica? ¿Y en la situación fiscal? ¿Se puede gastar todavía un poco más?

Les proponemos abordar estas y otras interrogantes con la economista Tamara Schandy, socia en Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Tamara, ¿Cómo vieron los anuncios que se hicieron en las conferencias de ayer y del martes?

TAMARA SCHANDY (TS): Como bien decía Emiliano recién, se trata de un conjunto de apoyos para amortiguar  los impactos económicos de la pandemia y de las restricciones a la movilidad que tomó el gobierno. Se mantiene el foco que habían tenido las medidas previas en los hogares de menores ingresos y en las empresas más pequeñas, y se suma ahora un énfasis particular en los sectores que se han visto más afectados (hoteles, organización de eventos, deporte y actividades culturales, por nombrar algunos ejemplos conocidos por todos). 

En algunos casos se trata de extensiones de medidas ya adoptadas en los meses anteriores; en otros casos son medidas nuevas. No nos daría el tiempo de recorrerlas una a una, pero a modo de titular, hubo anuncios en tres grandes áreas: (1) lo referido al régimen de seguro de paro parcial, (2) lo referido a transferencias a los hogares de menores ingresos y (3) lo referido a medidas que benefician a las PYMES y a las empresas de cualquier tamaño de los sectores que recién mencionaba. Estas últimas comprenden beneficios impositivos, exoneración o reducción de aportes al BPS, facilidad de pago de deudas con el Estado, subsidios en lo que hace al consumo de servicios públicos y facilitación de acceso al crédito bancario.  

¿Es poco? ¿Es suficiente? ¿Podría haber sido más? Allí entran las valoraciones que puede hacer cada uno. Como hemos dicho otras veces en el programa, no hay un criterio puramente técnico que uno pueda aplicar en estas circunstancias para determinar categóricamente cuál es el “espacio fiscal” para gastar más. El gobierno viene sosteniendo que debe moverse en un balance delicado entre dar apoyos en este contexto de dificultad económica y cuidar el resultado fiscal. Dónde elige colocarse en ese balance es una decisión política, que recoge su visión sobre las necesidades de los hogares y empresas más afectados por la pandemia y los riesgos de que el mayor gasto nos genere problemas de credibilidad en la estrategia de ajuste de las cuentas públicas y que eso complique el financiamiento para cubrir el déficit fiscal.

RA: ¿Qué impactos cabe esperar en materia de actividad? Parecería que son más bien medidas paliativas, no tanto de reactivación de la economía.

TS: Sí, aunque también es cierto que contribuyen a mitigar la pérdida de ingresos de algunos hogares y, al menos en su diseño, aspiran a evitar que haya cierre masivo de empresas en los sectores más afectados, lo cual complicaría aún más la recuperación cuando se supere la crisis sanitaria. Es difícil hacer números cuando no hay siquiera un detalle muy preciso en el monto de los recursos que se asignan a cada medida, pero ciertamente no parece que estemos ante medidas que vayan a tener un impacto muy significativo en términos de crecimiento. Más bien apuntan a amortiguar y a evitar un perjuicio mayor, como tú decías. 

RA: La ministra Arbeleche informó que para este año el monto total del Fondo Coronavirus llegará a US$ 900 millones. ¿Cuán importante es el aumento respecto a lo que se venía previendo hasta ahora?

TS: En febrero la ministra ya había anticipado una revisión del presupuesto para este año, contemplando US$ 540 millones de gasto en el Fondo COVID. El anuncio del martes implica entonces un aumento de US$ 360 millones respecto a esa cifra que se había manejado en febrero. Se trata de un incremento respecto de los anuncios previos equivalente a 0,6% – 0,7% del PIB. 

La otra comparación relevante es respecto a lo gastado el año pasado. En 2020 el Fondo COVID tuvo un gasto neto de US$ 711 millones.  US$ 900 millones, entonces, implicaría que el gobierno gastaría un poco más este año que el año pasado en lo referido a atender la emergencia sanitaria y sus impactos económicos. Aclaro igual que es posible que dentro de los US$ 900 millones también estén los costos de la vacunación, que naturalmente es un diferencial este año. Las autoridades no fueron muy explícitas sobre eso, pero sí dijeron que US$ 420 millones de los US$ 900 millones corresponden al rubro “Salud”. Cuando conozcamos algo más de desglose y los recursos asignados a cada iniciativa tendremos más elementos para comparar mejor con el año pasado.

Digo gasto de una manera genérica, pero recordemos que el año pasado el gobierno computó dentro de los egresos del Fondo COVID unos US$ 500 millones de gasto puro (seguro de desempleo, seguro de enfermedad, medidas del MIDES, gastos incrementales en la órbita del sistema de salud, entre otros), pero también algo más de US$$ 200 millones que fueron resignación de ingresos (aportes al BPS que no se pagaron por estar las personas en seguro de paro, por ejemplo). Este año, como mencionaba antes, las medidas anunciadas también tienen un componente de resignación de ingresos. No es todo incremento de gasto, pero no tenemos cifras que nos permitan cuantificar las dos cosas por separado para este año.

RA: ¿Qué impacto cabe esperar en el déficit fiscal a raíz de este mayor gasto que se anuncia? 

TS: En febrero, cuando se anunció que el Fondo Covid iba a tener este año gastos por US$ 540 millones, se anunció también una revisión de la meta de déficit fiscal a 4,3% del PIB. 

Nuestras estimaciones en Exante ya nos estaban indicando antes de los anuncios de esta semana que el déficit fiscal probablemente terminaría el año más en el eje de 5% del PIB. En esa estimación contemplábamos que con el agravamiento de la crisis sanitaria desde los anuncios anteriores seguramente íbamos a tener un aumento de los gastos del Fondo COVID, pero también contemplábamos el deterioro del panorama de actividad económica, que va a redundar en un desempeño de la recaudación de impuestos y de aportes al BPS menor al que podía preverse al inicio del año.

En estos días tendremos que analizar con detalle cómo comparan los anuncios de ayer con los supuestos con los que estábamos trabajando, pero probablemente terminemos 2021 con un déficit fiscal en el entorno o algo superior a 5%. 

RA: Decías antes que US$ 900 millones en el Fondo COVID sería más gasto que el realizado el año pasado. Sin embargo, si el déficit fiscal terminará este año en el eje de 5%, o sea que sería más bajo que en 2020 (5,9% del PIB). ¿Cómo se debe interpretar esa mejora? 

TS: Hay varios elementos a tener en cuenta. Por un lado, solemos mirar las cifras de déficit en relación a PIB. Esperamos que este año el PIB va a ser más alto que en 2020, lo que favorece una mejora del ratio. 

Como esperamos una mejora del PIB, también esperamos que haya una recuperación de los ingresos del sector público respecto a 2020 (aunque, como decía recién, probablemente algo menor de la que proyectábamos a principio de año).

Y, por otro lado, no perdamos de vista que el gobierno tiene una estrategia de ajuste fiscal en lo que no es Fondo COVID. Comentamos varias veces En Perspectiva que el año pasado los gastos del gobierno central y el BPS, dejando de lado lo que fue el gasto del Fondo COVID, cayeron en términos reales. La masa de remuneraciones en 1,5% en términos reales, la de gastos de funcionamiento en 5%%, la inversión en más de 12%. Con los números fiscales de inicio de este año, que llegan hasta febrero, esa parecía seguir siendo la tónica en 2021.

RA: Para terminar, te pregunto por el impacto que puede tener el mayor déficit en la capacidad de financiamiento de Uruguay. Justo esta semana S&P ratificó la calificación de grado inversor.

TS: Sí, es correcto. Y el riesgo país está en niveles del orden de 100 pbs, de los menores en ocho años. No parece haber un riesgo inminente de financiamiento, aunque también es importante marcar que los cambios en los mercados pueden suceder bastante rápido.

Pero volviendo a las calificadoras, tanto S&P como Fitch y Moodys en general vienen dejando en sus comunicados cierto espacio para que pueda haber algo más de gasto transitorio mientras dure la pandemia. Dicho eso, también enfatizan que Uruguay tiene un nivel de deuda pública y de déficit que era elevado en la situación de partida y que no tiene por delante un horizonte de crecimiento económico muy fuerte, como tuvo por ejemplo hasta 2014. Por lo tanto, es importante que estos gastos incrementales a raíz de la pandemia sean comunicados y efectivamente gestionados como gastos transitorios, de modo que no menoscaben la credibilidad en la trayectoria de ajuste fiscal de mediano plazo y por tanto en la sostenibilidad de la deuda pública. 

Reitero lo que decía al inicio: el espacio para gastar más no es fácil de determinar con precisión, gastar más conlleva algunos riesgos y el gobierno tiene que ir decidiendo cuándo y en qué grado toma esos riesgos.