Foto: Javier Calvelo/ adhocFOTOS
Esta historia empezó con una llamada a la redacción de la radio y una acusación contra el equipo periodístico de En Perspectiva: que estábamos ocultando información sobre la pandemia.
Que no permitíamos otra visión que la monolítica del GACH, el grupo de científicos que asesoran al gobierno en el manejo de la crisis sanitaria por covid-19.
Que el número de tests positivos del virus SARS-CoV-2 está inflado y los casos reales son mucho menores. Que el tapabocas no sirve para nada, que las vacunas nuevas como la de Pfizer pueden afectar el ADN, que la ventilación forzosa aplicada en pacientes en CTI destruye los pulmones, que hay evidencia de que los casos asintomáticos no contagian y no hay motivo para ponerlos en cuarentena.
Y hasta que el objetivo último de la vacunación es esterilizar a la población mundial, una estrategia que tendría detrás al multimillonario Bill Gates.
Es que por fuera de los medios tradicionales existe un contrarrelato crítico con las decisiones no solo del gobierno nacional sino con las de todo el planeta. Un contrarrelato que abarca un sinnúmero de argumentos, desde algunos más absurdos a otros bien fundamentados que generan cuestionamientos importantes y atendibles.
Si la información que se maneja en estos círculos negacionistas es cierta, se está denunciando una realidad escandalosa: una manipulación grosera de la población a nivel planetario. La utilización del miedo a la muerte y la enfermedad como armas por gobiernos para practicar el autoritarismo, o por la industria farmacéutica para ganar ingentes cantidades de dinero.
En cambio, si el contrarrelato es falso, estamos ante un fenómeno muy peligroso, porque alienta la rebeldía ante medidas sanitarias y eso puede aumentar la cantidad de contagios y de muertes por covid-19, y alienta la desconfianza ante una vacuna que podría ser la solución.
Si la correcta es la segunda opción -es decir, si toda esta información es falsa-, discutirla en un medio tradicional como el nuestro es riesgoso. Pero hacer como que no existe, cuando circula por YouTube, Facebook y WhatsApp sin que nadie la cuestione, tampoco parece adecuado.
Por ejemplo, una entrevista en el programa radial negacionista Bajo la Lupa con el médico y bioestadístico Javier Sciuto lleva más de 80 mil reproducciones en YouTube y también se ha compartido miles de veces en Facebook.
Por lo tanto, hoy nos proponemos darle una mirada al negacionismo y pasarlo en limpio. ¿Qué hay de cierto en el contrarrelato?
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¿Es cierto que el virus nunca se aisló?
El SARS-CoV-2 aisló numerosas veces, de lo contrario no se podría haber secuenciado. Solo en Uruguay se han secuenciado miles de cepas. Le preguntamos al respecto al virólogo Álvaro Fajardo.
¿Es cierto que el covid-19 tiene una tasa de mortalidad muy baja?
La tasa es del entorno de 1%, con lo que no entra entre las enfermedades contagiosas más mortales. No es una tasa de mortalidad alta en comparación por ejemplo como el ébola.
Pero el año pasado fue la primera causa de muerte en países como España, Colombia y Chile. En Estados Unidos fue la tercera causa.
¿Es cierto que un estudio en China descubrió que los pacientes asintomáticos no contagian?
El estudio es real y es serio, publicado en la revista Nature. Analizó a 10 millones de personas en la ciudad de Wuhan y no encontró ningún caso de contagio de asintomáticos infectados con SARS-CoV-2.
Pero los propios responsables del estudio no llegan a la conclusión de que eso pruebe que los asintomáticos no contagien. Estudios previos sí hallaron transmisibilidad en esos casos.
¿Es cierto que los tapabocas de tela no sirven?
Al comienzo de la pandemia hubo varias idas y vueltas respecto de si convenía o no usar tapabocas. El consenso científico actual es que sí. El virus es más pequeño que las fibras de la tela, pero uno no emite SARS-CoV-2 suelto sino que emite gotículas que llevan el virus. Las gotículas sí son retenidas por la tela en un alto porcentaje.
Le preguntamos al respecto al virólogo Álvaro Fajardo y a la doctora en Ciencias Biológicas Pilar Moreno, quien lideró junto con Gonzalo Moratorio el desarrollo de kits diagnósticos de SARS-CoV-2 en Uruguay.
¿La ventilación mecánica en pacientes en el CTI destruye los pulmones?
Es cierto que el respirador artificial deja secuelas, sobre todo musculares: la máquina hace el esfuerzo en vez del diafragma, y cuando el paciente vuelve a respirar por sí solo, se cansa. Por eso los intensivistas en general no lo tienen como primera opción.
Al comienzo de la pandemia, el intensivista del GACH Arturo Briva explicó a En Perspectiva que la respiración asistida se utilizaba mucho, pero al aprender sobre la nueva enfermedad se han recurrido a otros recursos, salvo casos muy graves.
¿Las vacunas como la de Pfizer son en realidad una “terapia genética”?
Las vacunas de Pfizer y Moderna funcionan con una tecnología nueva, el ARN mensajero. Son las primeras vacunas de la historia desarrolladas con este mecanismo (aunque se viene trabajando en él desde hace décadas).
Pero el ARN no puede convertirse en ADN dentro del cuerpo humano, por lo que no puede integrarse a nuestro ADN y modificarlo. Al menos en principio.
Hablamos del tema con los inmunólogos María Moreno y Alejandro Chabalgoity.
¿Esconden los números diarios de contagios un alto número de falsos positivos?
El tema es sumamente complejo, pero lo básico es: no. Decir que hay un alto número (se habla del 97%) de falsos positivos es un error de concepto.
La técnica de PCR (la más utilizada) es muy sensible y es prácticamente imposible que tenga falsos positivos. Sí hay casos que se marcan como positivos aunque tengan poca carga viral, por lo que es probable (todavía se está investigando este punto) que no sean contagiosos. Pero la política del MSP es ir por la vía "más prudente" y mandar en cuarentena a todos los casos positivos.
Además, si hubiera una cantidad tan alta de falsos positivos no habría la correlación que hay entre el aumento de contagios y en paralelo el crecimiento de muertos e internados en CTI.
