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El legado de Tabaré Vázquez desde una perspectiva económica

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EMILIANO COTELO (EC): La agenda periodística de estos días está centrada, obviamente, en torno al legado que dejó el Dr. Tabaré Vázquez.

Para tener una perspectiva económica, estamos en comunicación con el economista Pablo Rosselli, socio de EXANTE.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Pablo, ¿cómo hay que ordenar las ideas en torno al legado que dejó el Dr. Vázquez desde una perspectiva económica?

PABLO ROSSELLI (PR): Es un desafío abordar en unos pocos minutos el legado que dejó un político de la trayectoria y de la relevancia del Dr. Tabaré Vázquez y seguramente hay muchos abordajes posibles.

Podemos mirar por separado sus dos períodos de gobierno, que fueron muy diferentes… O, mejor, podemos poner el foco en las principales reformas que impulsó, que mayormente ocurrieron durante su primer gobierno.

Pero antes de entrar en esa perspectiva quisiera realizar algunos breves comentarios más desde una perspectiva política que, aunque bastante obvios, me parecen esenciales.

RA:  –  Adelante, Pablo…

PR:  –  El Frente Amplio ha tenido varios líderes de mucha talla y de mucha importancia pero Tabaré Vázquez fue quien llevó al Frente Amplio a conquistar el gobierno… primero el gobierno de Montevideo y luego el gobierno nacional.

Lo hizo con un estilo de conducción propio… El domingo Fito Garcé recordaba una valoración de Jaime Yaffé que me pareció muy acertada… En la oposición, Tabaré Vázquez lideró una oposición sistemática, pero al mismo tiempo, fue procesando una moderación programática… 

Y cuando llegó al gobierno, esa moderación programática fue un aspecto fundamental de su gestión y de su liderazgo… La seña de identidad más clara de esa moderación está, por cierto, en la designación de Danilo Astori como su ministro de economía en sus dos períodos de gobierno.

RA  –  Pablo, decías que sus dos períodos de gobierno fueron muy diferentes… ¿Qué hay que destacar en cada caso?

PR  –  Cuando Tabaré Vázquez asume en 2005 nuestro país estaba extraordinariamente afectado por la crisis de 2002, con altos niveles de desocupación, pobreza y desigualdad.

La actividad económica había comenzado a crecer fuertemente en 2003 – impulsada por una mejora del contexto internacional y por la buena forma en que Uruguay resolvió su crisis bancaria y renegoció su deuda pública – y el Dr. Vázquez tuvo el mérito de encontrar en ese contexto un balance adecuado entre algunas continuidades necesarias y la puesta en marcha de muchos cambios, algunos orientados a atender la emergencia y otros que apuntaban a transformaciones de más largo plazo… En esos años, la economía creció fuertemente, se crearon empleos, aumentó el salario real, bajó la pobreza y la desigualdad… En esos resultados fue fundamental el contexto externo favorable pero también lo fueron los aciertos de Vázquez en la conducción económica.

Su segundo gobierno, en cambio, encontró un contexto internacional y doméstico mucho más complejo. Los niveles de vida de la población eran incomparablemente mejores que en 2005 pero el espacio de actuación de la política económica era mucho más restringido. La agenda de su segundo gobierno se enfocó mucho más en intentar contener, sin mucho éxito, el deterioro del contexto macroeconómico mientras que la agenda de cambios fue mucho más limitada… En mi opinión, su legado de transformaciones ocurrió esencialmente en su primer gobierno. 

RA –  Pongamos entonces el foco en su primer gobierno… ¿Cuáles fueron sus mayores aciertos?

PR  –  Del lado de las continuidades, el presidente Vázquez supo mantener el foco en los equilibrios macroeconómicos, particularmente en el frente fiscal… Todos recordamos aquel episodio en 2005 cuando el ministro Astori amenazó con renunciar… Incrementar el presupuesto para la educación era una bandera histórica del Frente Amplio… aquel presupuesto llevaba adelante esa bandera pero menos rápido de lo que pretendían varios sectores del Frente… Más allá de la tensión que supuso ese episodio, finalmente el presidente Vázquez le dio la derecha a su ministro de economía.

También del lado de las continuidades, el gobierno de Vázquez mantuvo una orientación económica general amigable para los inversores y para los mercados, apelando a esa moderación programática que señalaba al principio. En ese sentido, resultó fundamental la firmeza de Vázquez en el conflicto con Argentina por la planta de UPM, que terminó marcando un fuerte compromiso del país en general, pero del gobierno del FA en particular, con el respeto a los derechos de propiedad y con la intención de atraer inversión extranjera… Y en esa dirección, también tenemos que destacar la jerarquización que se le dio al instituto Uruguay XXI en la promoción de nuestro país en el exterior y en la búsqueda de inversiones.

RA  –  ¿Y cuál es el balance del lado de los cambios, Pablo?

PR  –  La agenda de reformas del primer gobierno de Vázquez fue, en mi opinión, muy importante y condujo a una serie de transformaciones perdurables.

Lo primero a mencionar, desde un punto de vista cronológico, fue el lanzamiento del Plan de Emergencia, que resultaba imprescindible para mitigar las peores consecuencias de la crisis económica. Luego vino el Plan de Equidad y el establecimiento del Ministerio de Desarrollo Social… Más allá de las muchas críticas que se le puedan realizar a las distintas gestiones del MIDES hoy nadie pone en duda la necesidad de contar con un ministerio dedicado a articular las políticas de combate a la pobreza y la marginalidad.

La reforma tributaria de 2007 fue otra transformación muy importante y a la vez irreversible… En todos lados, cualquier reforma tributaria plantea fuertes debates políticos… Pero en mi opinión, la reforma de 2007 fue una muy buena reforma… simplificó el sistema tributario e introdujo el impuesto a la renta de las personas físicas… No hay sociedades prósperas que no tengan entre sus pilares tributarios un impuesto a los ingresos de las personas… Ese impuesto contribuye de un modo relevante a la equidad y contribuye de un modo relevante a financiar el gasto público… 

RA  –  ¿Qué otras reformas hay que mencionar, Pablo?

PR  –  La conformación del Sistema Nacional Integrado de Salud fue otra reforma importante… 

En torno a este asunto quedan muchos desafíos por resolver, en términos del financiamiento del sistema, de la calidad de los servicios y en términos de eficiencia… Pero el Sistema Integrado de Salud permitió extender la cobertura desde niveles de 85% aproximadamente hasta casi un 100% de la población… El acceso a la salud pasó a ser efectivamente un derecho para todos los uruguayos, con independencia de su capacidad de pago. 

Y si hablamos de salud, obviamente el Dr. Vázquez será muy recordado por su combate al tabaquismo… que además de tener impactos muy negativos en la salud los tiene también en los costos del sistema de salud.

RA  –  ¿Cuál es el balance en relación a los Consejos de Salarios? Ese fue otro de los cambios en el frente económico que se han destacado en estos días…

PR  –  Sin dudas… En este tema, en mi opinión, el balance tiene matices… A nivel internacional se observa con bastante claridad que la presencia de negociaciones colectivas de salarios contribuye a una mayor equidad de ingresos en la sociedad. Desde esa perspectiva, el balance es favorable… De hecho, a nivel de la academia en los últimos años se ven cada vez más opiniones en favor de la negociación colectiva… mientras que en las décadas previas prevalecía la idea de que la negociación colectiva podía traer mayores rigideces al mercado de trabajo.

La reinstauración de los Consejos de Salarios en 2005 contribuyó a una recuperación más rápida de los salarios en los años posteriores a la crisis.

De todos modos, y esto lo hemos comentado muchas veces en el programa, el formato de la negociación colectiva en Uruguay requiere a nuestro juicio de una modernización muy significativa. Cuando la economía se frenó en 2014, el formato de la negociación no pudo adaptarse y en los 5 años siguientes terminamos perdiendo muchos empleos… En términos más generales, tenemos un modelo de negociación anticuado que está impidiendo una mejor organización del trabajo, que propenda a mayores niveles de productividad… Tenemos definiciones de puestos de trabajo muy rígidas, un exceso de grupos de negociación, se negocian asuntos que sería mejor que quedaran para el ámbito de la negociación en cada empresa…

Por eso el balance mixto… está muy bien tener negociaciones colectivas… pero hace falta ajustarlas a un nuevo entorno porque las que tenemos actualmente recogen en esencia un modelo concebido muchísimas décadas atrás… en este campo tuvimos unas “reinstauración” de un modelo antiguo.

RA  –  Para ir terminando, Pablo, ¿qué cosas quedan en el debe de las dos presidencias de Vázquez?

PR  –  Desde una perspectiva estrictamente económica, diría que falló la agenda de inserción internacional. Durante su primera presidencia Uruguay dejó pasar la posibilidad de negociar un TLC con EEUU… No sabemos si esa negociación habría llegado a buen puerto… más bien tenemos elementos para pensar que habría enfrentado grandes obstáculos en el Mercosur, pero en general los tres gobiernos del Frente no buscaron de un modo decidido caminos alternativos al statu quo que tenemos en el Mercosur.

La educación es otro tema que queda en el debe… sobre todo de su segunda presidencia… Claramente no es un tema económico en sí mismo, pero bajar la deserción y aumentar los años de escolarización y la calidad de los aprendizajes es imprescindible para continuar bajando la pobreza y la desigualdad… Y, sin embargo, estas críticas sobre la educación no pueden eclipsar ni dejar de reconocer, la visión que tuvo el presidente Vázquez cuando anunció el lanzamiento del Plan Ceibal, que es otra de las grandes políticas llevada adelante.

En definitiva, Romina, sobre todo en su primer gobierno, se conjugaron un conjunto importante de reformas, con continuidades esenciales y con muy buenos resultados económicos… Seguramente ello contribuyó de manera importante a que Tabaré Vázquez haya mantenido luego de ejercer el gobierno altos niveles de popularidad… Y al margen de cualquier valoración política personal, las democracias sólidas precisan de líderes políticos que cuenten con el respaldo de la población… Tabaré Vázquez fue claramente uno de esos líderes.

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Foto: Ricardo Antúnez / adhocFotos