Producción: Alejandro Rodríguez Dopico y Romina Andrioli
A la creciente demanda de servicios que tienen las instituciones de salud debido a la pandemia del coronavirus, en los últimos días se les agregó un problema que repercute en sus finanzas, y, por ende, en su capacidad de responder de manera adecuada a la situación.
¿Qué ocurre? Concretamente, los prestadores integrales de salud y las emergencias médicas han visto incrementados de manera abrupta los costos que deben afrontar por insumos de protección descartables, como tapabocas, guantes y sobre túnicas.
No le ocurre únicamente a las empresas de este ramo, sino que todos lo podemos apreciar a simple vista en las farmacias, los supermercados y los almacenes, pero la diferencia radica en que los prestadores de salud y las emergencias utilizan estos implementos de manera masiva y en cantidades mucho mayores que antes del 13 de marzo, debido a los protocolos de seguridad muy estrictos que se han estipulado a raíz del Covid-19.
Estos son algunos ejemplos que pudo conocer la producción de En Perspectiva.
Una mutualista informó que antes de la irrupción de la pandemia el costo unitario de un tapaboca era de $1,1 (*) y que al día de hoy el costo trepó a $ 47. Además, los tapabocas de mayor filtrado aumentaron de $ 18 a $ 440 cada uno.
Ese mismo prestador pagaba $ 44 el paquete de 50 pares de guantes, pero hoy en día de destinar $ 440. En tanto, las sobre túnicas descartables no esterilizadas pasaron de $20 a $200.
Otra institución consultada tuvo también remarques importantes en los precios que abona a los proveedores. Los tapabocas comunes antes le insumían $ 0,85 y ahora $75, el alcohol en gel al inicio de la pandemia le costaba $ 40 el litro y ahora $75, mientras que las sobre túnicas descartables no esterilizadas las pagaba a $20 y ahora a $75.
Según averiguó la producción de En Perspectiva, las empresas importadoras de estos artículos remarcaron los precios ante la mayor demanda, y ello le significa un verdadero dolor de cabeza al sistema sanitario, que no puede prescindir de ellos.
Vale la pena aclarar que la disparada de los precios no es un fenómeno sólo de Uruguay, sino que ocurre en todo el mundo y es a raíz del incremento exponencial de la demanda de estos implementos.
Además, según supo En Perspectiva, la mayoría de los proveedores adquieren los materiales de China, que había decidido limitar las ventas al exterior cuando constató la expansión del nuevo coronavirus en su país.
Todos estos factores de mercado le juegan en contra al sistema de salud.
Atención
A su vez, las personas consultadas señalaron que todos los procedimientos que se realizan en los centros de salud o en consultas domiciliarias requieren el uso de estos implementos, que luego son descartados.
Al comienzo de la pandemia, los materiales eran utilizados por el médico que tenía contacto con un paciente que tenía síntomas de coronavirus, que había tenido contacto con alguien que había contraído la enfermedad o si su paciente había regresado de un país que había registrado casos positivos.
Pero hoy en día el personal de la salud debe usar todos esos materiales al tener contacto con cualquier paciente que atraviese un cuadro respiratorio o que presente alguna sintomatología similar con el coronavirus, como fiebre.
¿Qué genera esto? El constante uso y descarte entre enfermeros, auxiliares y médicos dentro de los hospitales y, también, de aquellos que trabajan en empresas de emergencia médica. En este caso, hasta los choferes deben usar y descartar los implementos entre cada atención domiciliaria.
Uso particular
Y hay otro factor en juego. Según supo la producción de En Perspectiva, la escasez de material para el personal de la salud se agrava ante la creciente demanda ciudadana de barbijos y guantes. (**)
¿Quién paga?
¿Quién paga los costos extra que implican estos insumos de proteccion sanitaria? En principio las propias instituciones médicas, sean emergencias móviles, mutualistas o seguros médicos.
Pero la Cámara de Emergencias Móviles, por ejemplo, solicitó al Ministerio de Salud Pública que le sean provistos los materiales de protección, debido a los sobre costos que le implica este rubro a esas empresas pero además por las dificultades de aprovisionamiento, que les demandan mucho tiempo de gerenciamiento y les distrae de su foco en épocas de muchísimo trabajo.
Por otra parte, algunas mutualistas están planificando hacer una importación unificada y directa de insumos de protección y analizan solicitar apoyo financiero al Estado dada la inversión importante que esa compra masiva les requeriría.
Por ahora desde el gobierno no se han hecho anuncios económicos específicos para las instituciones de la salud. Las cápitas del Fonasa, que reciben mutualistas y seguros por cada uno de los afiliados, fueron ajustadas en enero, pero en función de los parámetros habituales. En aquel momento no se previó, obviamente, que podría sobrevenir una pandemia de este tipo.
Falta de personal
Como si fuera poco, el sistema de salud uruguayo se ve golpeado, como ocurre en otros países, por la propia pandemia, que ocasiona la falta de personal y la necesidad de recurrir a extensiones horarias del que se encuentra operativo.
Hospitales, mutualistas y empresas de emergencia móvil sufren por estos días varias bajas producto del contagio por coronavirus de los funcionarios médicos y no médicos y, también, por la cuarentena a la que se somete todo un equipo de trabajo si uno de sus integrantes estuvo en contacto con un paciente cuyo test fue positivo.
Y no todo termina ahí. Según las fuentes consultadas, el multiempleo, algo común entre los funcionarios de la salud, puede provocar que una cuarentena dispuesta para el personal de una mutualista genere que los empleados de otra tengan que tomar la misma medida de aislamiento.
Esta situación y la demora de varios días en obtener resultados de los test que permitan confirmar o descartar el virus provocan que las ausencias crezcan en el sistema.
La mirada está puesta en lo que pueda ocurrir a partir de esta semana, cuando se espera se pueda duplicar la capacidad de realización de test diarios con la incorporación de los equipos que desarrollan la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República y el Instituto Pasteur, y de otros kits que serán importados por los prestadores del sistema de salud.
(*) Todos los precios se presentan con IVA incluido.
(**) Una anotación al margen: las fuentes médicas hicieron notar que, por lo general, la población hace un mal uso de estos dos materiales. Por un lado, se explicó que las personas se colocan los guantes de látex y los utilizan por horas, en diferentes lugares y sin tener en cuenta que las manos no deben entrar en contacto con el rostro. Además, en el caso de los tapabocas, el uso prolongado genera su humedecimiento, y la consecuente pérdida de efectividad. En ambas situaciones, en la población se genera “una falsa sensación de seguridad”, pero en realidad los implementos no tiene efectividad, advirtieron estos especialistas que hablaron con En Perspectiva.
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Foto: Personal de salud trabajando durante la pandemia de coronavirus. Crédito: Pablo La Rosa / adhocFOTOS