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Caída de la inflación: ¿Cómo impacta en salarios y competitividad? Análisis de Luciano Magnífico (Exante)

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Foto: Pixabay

EMILIANO COTELO (EC): Como ya discutimos en el programa, la semana pasada el INE publicó los datos de inflación correspondientes al mes de julio, que marcaron una nueva caída del IPC el mes pasado y una reducción significativa de la inflación en la medición doce meses (de 6% en junio a 4,8% en julio).

El viernes dedicamos nuestro espacio de análisis económico a analizar los factores detrás de la dinámica que ha seguido la inflación en los últimos meses y las perspectivas hacia adelante, tomando en cuenta también las decisiones que podrían tomar las autoridades en relación a la política monetaria.

Hoy les proponemos seguir con esta temática, pero enfocando la discusión en los efectos que puedan registrarse a nivel de otras variables clave de la economía, como lo son el salario real o el tipo de cambio.

Para esto, estamos en contacto en los próximos minutos con el economista Luciano Magnífico, de Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): El viernes discutíamos sobre el descenso marcado que tuvo la inflación en la medición doce meses en los últimos registros. De hecho, tú decías que más allá de la reducción que se dio ahora en julio, ya era un fenómeno que se venía registrando desde hace algunos meses.

LUCIANO MAGNÍFICO (LM): Exacto. El viernes discutíamos que con este último registro la inflación anual tuvo un nuevo escalón pero no era un cambio de tendencia respecto a lo que ya veníamos observando en meses previos.

En una mirada un poquito más larga, este movimiento se encadena también a lo que había sido el registro nulo de inflación de mayo y a la deflación que ya habíamos tenido en el dato anterior de junio. En la entrevista anterior habíamos mencionado que si comparamos contra abril, la inflación en términos de doce meses se redujo en aproximadamente tres puntos porcentuales en apenas tres meses.

Y no solo eso, sino que también estábamos con los menores niveles de inflación desde finales de 2005.

RA: También habíamos analizado que desde el lado de la política monetaria, ya el BCU venía en un proceso de ajuste a la baja de la tasa de interés de referencia, que tras estos datos podría continuar en los próximos meses.

LM: Nosotros en Exante, antes de estos últimos datos de inflación, ya estábamos esperando una flexibilización adicional de la política monetaria en los próximos meses. Esto en la medida de que teníamos contemplado un descenso de la inflación, que terminó siendo incluso más rápido de lo previsto y que por lo tanto, no iban a ser necesarias tasas en pesos tan elevadas como las actuales.

Con este nuevo dato de inflación y si también las expectativas de los agentes reaccionan y se ajustan a la baja, quizás podamos ver un ajuste más rápido de la TPM en las próximas reuniones del Comité de Política Monetaria.

Ahora, como dijimos en la última charla que tuvimos, la clave pasa por saber cuál va a ser el objetivo efectivo de inflación que persigan las autoridades. A nuestro juicio, si el objetivo es que la inflación persista en niveles de 4%-5%, probablemente el espacio de bajar tasas es más acotado y va a ser necesario una política monetaria relativamente dura por un período más prolongado, sobre todo, porque el resto de las políticas económicas (la política fiscal y la salarial) no están siendo consistentes con un escenario de caída de la inflación tan rápida.

RA: Yendo justamente a lo salarial, ¿qué efectos puede tener la caída de la inflación sobre los salarios? Te pregunto esto sobre todo en un contexto en el que se están llevando a cabo las negociaciones en el marco de la décima ronda de los Consejos de Salarios y que como sabemos la inflación es siempre un elemento que las distintas partes tienen muy en cuenta.

LM: Dependerá mucho de cómo se terminen dando las negociaciones en los diferentes grupos de actividad pero sin dudas que ingresar a la ronda de negociación colectiva con estos niveles de inflación es un elemento favorable. De hecho, esto podría alentar subas nominales de salarios más moderadas o por lo menos más en línea con las pautas establecidas por el Poder Ejecutivo.

A su vez y si se mantiene en niveles similares, los guarismos bajos de inflación que estamos viendo, aún sin aumentos nominales de tanta envergadura, permitirá un crecimiento de los salarios reales bien importante.

De hecho, los datos publicados por el INE vienen mostrando un incremento interanual de los salarios reales en el sector privado de casi 3% en el primer semestre del año.

RA: Y si vamos a las perspectivas, ¿qué están pronosticando concretamente para el salario real en los próximos meses?

LM: En línea con las cifras que recién comentaba, nuestros pronósticos en Exante apuntan a que el salario real privado crecería más de 3% en el promedio de este año y que interrumpiría los tres años consecutivos de caída que se vienen registrando bajo esa medición.

A su vez, en un contexto de mayor inflación el año que viene y ante la posibilidad de que los aumentos salariales en términos nominales sean algo inferiores a los que se terminen registrando este año, nuestras proyecciones apuntan a un crecimiento del salario real privado más en el orden del 2% para el año que viene.

Esto obviamente dependerá de dos elementos que ya veníamos mencionando pero que me parece importante repetir, uno es cómo se den las negociaciones en los diferentes grupos de actividad y la otra es si efectivamente la inflación se termina comportando en línea con lo que son nuestras proyecciones (es decir, que termine por debajo de 6% este año y que si bien suba algo el año que viene, se mantenga también en niveles del orden del 7%).

RA: Queda claro. Ahora, con lo que comentábamos antes de las posibles acciones a nivel de la política monetaria, otra de las preguntas que nos suelen llegar del público cuando hablamos de estos temas es qué va a pasar con el dólar y qué implicancias puede haber en términos de competitividad.

LM: Sin dudas, el tema de la competitividad en precios se mantiene como un factor de preocupación relevante.

En lo que va del año, los movimientos del dólar en Uruguay han estado bastante alineados a lo que ha sido el comportamiento de la divisa norteamericana en el mundo. Sin embargo y como ya hemos comentado en varias oportunidades, el año pasado, el dólar en Uruguay cayó 10%, mientras que en el mundo tendió a fortalecerse de forma marcado, lo que acentuó los desequilibrios de precios relativos que ostenta Uruguay frente a sus principales referencias.

En ese sentido y más allá de que tendió a registrarse una suba del dólar en la primera parte de la semana pasada, los movimientos recientes del tipo de cambio no han modificado demasiado la situación que ya teníamos en este frente.

RA: ¿Podemos repasar brevemente algunos números que ilustren la situación de competitividad de Uruguay?

LM: Si empezamos primero con el enfoque habitual que solemos traer en la discusión con ustedes, el tipo de cambio real con respecto al dólar se encuentra 25% por debajo del promedio de los últimos cincuenta años.

Uruguay también se mantiene caro en relación a competidores como Australia y Nueva Zelanda, así como frente a nuestro principal socio comercial, China (entre 25% y 35% por debajo del promedio histórico según el caso).

En nuestra región tenemos al tipo de cambio real versus Brasil más de 40% por debajo de su promedio histórico, mientras que con Argentina el desequilibrio respecto al promedio histórico se ubica en torno al 55% si consideramos la cotización del dólar blue.

Por otro lado y yendo al enfoque de fundamentos, que es otra de las técnicas de acercamiento que podemos tener para evaluar la competitividad en precios de un país, el propio Banco Central en su último Informe de Política Monetaria indicó que existe un desalineamiento del orden del 15% entre el tipo de cambio real efectivo y el tipo de cambio real derivado de los modelos de fundamentos del BCU.

RA: Dado todo esto que decís Luciano, ¿cómo ven el escenario para adelante en materia cambiaria? ¿Qué proyección de tipo de cambio está implícita en los pronósticos de inflación que manejabas antes?

LM: Como hemos comentado otras veces, que las tasas en pesos sigan moderándose puede ponerle un sesgo alcista al tipo de cambio. Lógicamente hay otras muchas variables que entran en juego pero en el margen, tasas en pesos más bajas pueden conducir a una suba del tipo de cambio nominal.

En nuestro escenario base, nosotros manejamos una suba moderada del dólar en lo que resta del año y en 2024 (hacia niveles de $42-$42,50 a fin del año próximo). De todos modos, en lo sustantivo y en tanto no haya algún evento que suponga un cambio más o menos fuerte de expectativas, Uruguay seguirá probablemente con un dólar bajo en una perspectiva histórica y muy caro frente a la mayoría de las referencias relevantes.