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Ejercicio agropecuario 2022/2023: ¿Cómo fue? ¿Qué perspectivas hay a futuro? Análisis de Delfina Matos (Exante)

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Foto: Pablo La Rosa/ adhocFOTOS

EMILIANO COTELO (EC): A fines de junio cerró el ejercicio agropecuario 2022/2023, que fue muy particular para el sector, marcado, entre otras cosas, por una de las peores sequías de la historia.

Con ese foco, Exante divulgó ayer en sus redes sociales un análisis de las cifras clave y los resultados de las principales actividades agropecuarias en nuestro país, que nos pareció valía la pena comentar en el espacio económico de hoy.

¿Cómo cerró el último ejercicio agropecuario a nivel de los principales rubros? ¿Cuáles son las perspectivas para el ejercicio que está comenzando? De eso vamos a estar conversando en los próximos minutos con la economista Delfina Matos, de Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): El análisis que divulgaron ayer con Exante comienza comentando los resultados de la zafra agrícola del invierno pasado, ¿te parece si empezamos por ahí? ¿Cómo les fue a los cultivos de invierno en 2022?

DELFINA MATOS (DM): Si claro. En el invierno del año pasado el área sembrada tuvo un extraordinario incremento. Si bien la cebada tuvo una leve caída, la superficie sembrada con trigo registró una suba de más de 20% y hubo una expansión excepcional de la colza, que más que duplicó el área y pasó a ser el cultivo de mayor extensión en la última campaña.

Además, los rendimientos de esos cultivos fueron muy altos, especialmente en trigo y cebada, en donde superaron los 4.000 kg/há por tercer año consecutivo. Y, de esa manera, los volúmenes de producción fueron muy elevados.

RA: ¿Y a qué se debió ese aumento tan importante del área sembrada el invierno pasado?

DM: Se venía de dos años de muy buenos resultados en estos cultivos y seguramente un determinante clave también fueron los precios altos que prevalecían al comienzo del año. Al momento de la decisión de siembra, los precios de estos granos estaban en valores pico, en el contexto de estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania. El trigo cotizaba arriba de los US$ 400 la tonelada y la colza estaba arriba de los US$ 1.000 la tonelada.

Ahora, al mismo tiempo, los precios de varios insumos clave de producción (como los fertilizantes y agroquímicos y el gasoil, por ejemplo) también subieron fuertemente, lo que significó costos de implantación muy altos para estos cultivos, incluso superándose los US$ 1.000 por hectárea.

RA: En ese marco, entonces, ¿cómo cerraron los resultados económicos de estos cultivos en la última zafra?

DM: Después de los inviernos 2020 y 2021 que habían sido de márgenes muy altos en general, la zafra 2022/2023 cerró con un deterioro apreciable de los márgenes de los cultivos de invierno. A nivel del trigo y la cebada, los rindes altos permitieron mantener márgenes antes del pago de la renta de la tierra y de costos financieros de alrededor de US$ 200 por hectárea (que no son malos en comparación con otros años), pero en la colza estimamos que el margen promedio habría sido negativo (aunque seguramente con diferencias importantes entre productores).

RA: Bien, parece claro que en el invierno la sequía no llegó a impactar negativamente sobre las productividades, pero a partir de la primavera comenzó a instalarse la sequía, que tuvo un impacto muy severo en la campaña agrícola de verano ¿verdad?

DM: Efectivamente, la sequía pegó muy duro en los cultivos de verano. Yendo puntualmente a la soja (que es el cultivo más extendido en el verano en nuestro país), el área sembrada se mantuvo en el entorno de 1.200.000 hectáreas, pero la falta de lluvias durante el verano provocó la pérdida de un porcentaje importante de esa superficie y dejó productividades muy pero muy bajas, eso resultó en una cosecha muy reducida. Según las cifras oficiales, se estima que la producción de soja habría sido de unas 700.000 toneladas, menos de un tercio de lo que se había cosechado en el ciclo de verano anterior.

Y al igual que para los cultivos de invierno, los costos de producción en la soja fueron muy altos en esta última zafra. Por lo cual, aún con precios de venta que se mantuvieron en valores elevados, el cultivo de soja sufrió pérdidas muy abultadas en la zafra 2022/2023. Nuestras estimaciones apuntan a pérdidas incluso antes del pago de la renta de la tierra de más de US$ 500 por hectárea en promedio. Seguramente hubo grandes diferencias entre productores dependiendo de cómo impactó el clima en cada caso, pero indudablemente fue una zafra de verano extraordinariamente negativa.

RA: Ahora, antes de dejar atrás la agricultura, en el análisis ustedes resaltan que el arroz fue una excepción en ese sentido y tuvo una buena zafra. ¿Podemos comentar brevemente las cifras en este caso?

DM: Si, ya habíamos ido comentando en este espacio que, al ser el arroz un cultivo de riego, la sequía no tuvo mayor impacto e incluso se benefició de las altas temperaturas y la buena luminosidad del verano. Las cifras oficiales que se publicaron hace unas semanas lo confirmaron: el rendimiento del arroz fue récord en la zafra 2022/2023.

RA: ¿Y cómo cerraron los márgenes en el cultivo de arroz en ese escenario de buena producción?

DM: El arroz no fue ajeno a la suba fuerte de los costos de producción. Por lo que, si bien el precio del arroz recibido por el productor tuvo una suba (en un escenario de aumento de los precios del arroz a nivel global), los márgenes por hectárea también tuvieron un deterioro en este sector.

RA: Bien. Eso en lo que refiere a la agricultura, ahora, ¿qué pasó con la actividad pecuaria en este último ejercicio?

DM: A nivel de la ganadería de carne también fue un ejercicio de fuerte deterioro tras lo que había sido un ciclo 2021/2022 excepcional. Con el enfriamiento que tuvo la demanda externa por carne (especialmente desde China), se dio una contracción marcada de la actividad, la faena vacuna cayó más de 20% en el conjunto del ejercicio y hubo además menores niveles de productividad. Y, con precios más bajos de la carne y una menor demanda por parte de la industria, los valores del ganado tuvieron una corrección muy importante a la baja. Todo eso, sumado al incremento de costos (que se vio exacerbado por la sequía), resultó en márgenes muy acotados para los establecimientos ganaderos. Según estimaciones preliminares que han ido trascendiendo, la ganadería habría tenido en este último ciclo los peores resultados de los últimos veinte años.

RA: ¿Y cómo fue la situación a nivel de la lechería? ¿También fue un ejercicio malo para este sector?

DM: En la lechería, la mayor demanda de productos lácteos desde Brasil permitió sostener precios altos de la leche pagada al productor, lo que alentó a los productores a hacer una inversión importante en suplementación del ganado en medio de la sequía. De esa forma, la producción de leche tuvo solo una leve caída en el conjunto del ejercicio, aunque el incremento de costos también se habría traducido en peores resultados para los tambos en el ejercicio 2022/2023.

RA: En definitiva ustedes concluyen que el ejercicio agropecuario 2022/2023 cerró con un deterioro importante de los márgenes en todas las principales actividades, ¿qué podemos esperar para el ejercicio agropecuario que está comenzando? ¿Las perspectivas son mejores?

DM: Podríamos decir que sí. En la medida en que la sequía llegue a su fin y mejoren las condiciones climáticas y en que los precios de varios insumos clave ya vienen mostrando una moderación relevante, aguardamos que los costos tengan una baja significativa desde los picos del ejercicio pasado. Eso, junto con mejores niveles de productividad, permitiría una recuperación de los resultados del sector agropecuario en el ejercicio 2023/2024.

Hay que advertir que con la llegada de “El Niño”, los especialistas señalan un riesgo importante de que veamos lluvias por encima de lo normal a partir de la primavera y eso puede impactar negativamente en la productividad. También hay una incertidumbre importante a nivel de precios, porque estamos viendo un desempeño peor al esperado en China que se viene traduciendo en una devaluación importante del yuan. Pero, más allá de esos riesgos, las perspectivas son de una recuperación tanto de la producción como de los resultados económicos en este ejercicio agropecuario. Además, hoy no conversamos en detalle de la forestación, pero ese sector va a tener un impulso adicional en este ejercicio ante el comienzo de operaciones de la segunda planta de celulosa de UPM.