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Desempeño reciente, perspectivas y desafíos para el sector cárnico uruguayo
EMILIANO COTELO (EC): 2020 fue un año muy difícil para la industria frigorífica uruguaya, que se vio afectada de forma severa por el desplome de la demanda externa provocado por el COVID. En ese contexto, el sector sufrió severas pérdidas económicas, cerrando uno de los peores ejercicios de su historia.
Sin embargo, desde finales del año pasado el escenario está cambiando de forma muy clara, con las exportaciones de carne retomando dinamismo y los precios tocando nuevos máximos históricos.
Estamos hablando de una industria clave para la economía uruguaya y por eso nos pareció que valía la pena detenernos en el análisis de su evolución reciente y de sus perspectivas ¿Cómo está evolucionando la actividad de la industria frigorífica en los últimos meses? ¿Qué está pasando con la rentabilidad en el sector? ¿Cuáles son los principales desafíos hacia adelante? Lo conversamos con la economista Florencia Carriquiry, de EXANTE.
ROMINA ANDRIOLI (RA): Como mencionábamos recién, después de un 2020 muy difícil para la industria frigorífica, el escenario ha mejorado notoriamente en los últimos meses. En análisis anteriores comentamos acerca del dinamismo de las exportaciones de carne en lo que va del año. Quizás podamos comenzar por ahí, repasando las últimas cifras, ¿te parece?
FLORENCIA CARRIQUIRY(FC): Sí, claro. Efectivamente, después de la baja fuerte que sufrieron en 2020, las exportaciones de carne están mostrando una recuperación muy firme en lo que va de 2021. De hecho, en lo que va del ejercicio (desde octubre de 2020 hasta el 10 de julio de este año), las exportaciones de carne vacuna casi alcanzaron los US$ 1.500 millones de dólares, lo que no sólo supone un aumento de más de 15% frente al mismo período del ejercicio anterior (cuando las ventas se vieron afectadas por la pandemia) sino que también supera en unos US$ 140 millones las exportaciones del mismo período del ejercicio 2018/2019. De hecho, estamos viendo niveles récord de exportaciones en este ejercicio. Y esto se está dando como resultado de mayores volúmenes exportados y de precios muy altos.
El precio medio de exportación de la carne bovina alcanzó en los últimos embarques niveles de más de US$ 4.500 por toneladas embarque, un valor que no se veía desde los picos de precios vistos a finales de 2019.
RA: ¿Y esta recuperación de las exportaciones se está reflejando en una mayor actividad? ¿Qué muestran las cifras de faena?
FC: Sí, estamos viendo un crecimiento fuerte de la faena en los últimos meses. La faena vacuna viene recuperándose rápidamente desde finales de 2020 y acumula una suba de 25% en lo que va del ejercicio 2020/2021. De hecho, entre octubre de 2020 y junio de 2021 se faenaron más de 1.840.000 cabezas vacunas, que es prácticamente un récord para ese período, sólo superado por el registro del ejercicio 2006, cuando la faena alcanzó un máximo histórico.
Y también la faena ovina está mostrando mucho dinamismo, superando el millón cabezas en el mismo período, que es algo que no se veía desde hace varios años.
RA: ¿Y qué está pasando a nivel de los precios del ganado en este contexto de demanda firme por parte de la industria y de precios altos de la carne?
FC: Los precios del ganado están mostrando aumentos muy importantes desde finales del año pasado. De hecho, después de alcanzar valores de menos de US$ 3,2 por kilogramo en cuarta balanza a finales de 2020, los precios del novillo gordo escalaron rápidamente y están en las últimas semanas arriba de los US$ 4,15 por kilogramo (siempre en cuarta balanza), recuperando de esa manera los valores vistos a finales de 2019.
Ahora, pese a esta recuperación, si miramos el acumulado de lo que va del ejercicio (desde octubre 2020 a junio 2021), el precio medio del ganado gordo acumula una baja de algo más de 6% respecto al mismo período del ejercicio previo.
RA: Entonces, a partir de esta evolución de la actividad y de los precios, ¿resulta esperable una mejora de la rentabilidad industrial en este ejercicio?
FC: Sí. El ejercicio 2019/2020 fue, como decía Emiliano al inicio, un muy mal ejercicio para la industria frigorífica y los balances disponibles muestran de hecho pérdidas muy generalizadas en el sector. A la luz de la evolución de estos primeros nueve meses del ejercicio 2020/2021, resulta esperable que los resultados económicos tengan una mejora significativa. Si bien la rápida suba del precio del ganado supone una creciente presión en los márgenes de la industria, la relación de precios carne de exportación sobre ganado gordo (que es clave en este sector) ha tendido a mejorar desde los mínimos del año pasado y eso, junto con el incremento de la actividad y de los ingresos (que permite mejorar eficiencias y licuar costos fijos) debería reflejarse una recuperación de los márgenes operativos, volviendo a registrarse ganancias.
Ahora, para consolidar esa mejora y poder seguir creciendo en actividad y en rentabilidad, el sector cárnico sigue enfrentando desafíos importantes.
RA: ¿Por qué decís eso? ¿A qué desafíos te estás refiriendo en particular?
FC: Hay desafíos de distinto tipo, pero a nuestro juicio hay dos que son clave. Por un lado, está el desafío de lograr un crecimiento sostenido de la oferta de ganado, que permita un aumento sostenible de la actividad hacia adelante. Las existencias bovinas vienen recuperándose, las últimas cifras oficiales al 30 de junio de 2020 marcaron un stock bovino récord, de más de 12 millones de cabezas y las estimaciones apuntan a que se habría mantenido firme en ese entorno en el conteo al 30 de junio de este año y eso sin dudas es una señal muy positiva. Ahora, con exportaciones de ganado nuevamente creciendo, para lograr un aumento sostenido de la faena se requiere seguir mejorando la productividad en el sector ganadero, tanto en términos reproductivos, logrando mayores nacimientos anualmente, como en términos de la eficiencia del engorde, que permita un apronte más rápido del ganado para faena. Y para eso es necesario más inversión en la fase primaria de este complejo, lo que requiere, entre otras cosas, del mantenimiento de buenos valores del ganado (no sólo del gordo sino también del flaco) para alentar justamente una mayor inversión.
Y, por otro lado, hay desafíos relativos a lograr una mejor inserción internacional. Las exportaciones de carne llegaron a pagar en 2019 unos US$ 200 millones de aranceles, eso es mucho dinero que pierde la cadena y el país en general. Sería clave para este sector lograr mejores condiciones de acceso en los mercados más importantes.