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El fin de semana pasado México fue anfitrión del Encuentro de Palenque, una cumbre de países latinoamericanos centrada en migración.
Desde el estado sureño de Chiapas, los mandatarios pidieron a las naciones que reciben migración irregular, como Estados Unidos, que revisen sus políticas migratorias que, señalaron, están cargadas de medidas "inconsistentes y selectivas", y que respeten “el derecho humano a migrar”. Al mismo tiempo rechazaron medidas “coercitivas” que se puedan adoptar en esta materia.
Además del anfitrión, Andrés Manuel López Obrador, en el encuentro participaron presidentes de Venezuela, Cuba, Colombia y Honduras, más el primer ministro de Haití y altos funcionarios de Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Panamá.
La reunión se produjo poco después de que el presidente Joe Biden pidiera al Congreso de Estados Unidos 13.600 millones de dólares para reforzar la frontera con México y gestionar la migración irregular.
En agosto de este año las autoridades de México arrestaron a 83.725 migrantes ilegales que recorrían su territorio con destino a Estados Unidos. Fue la cifra mensual más alta de la historia para este tipo de detenciones. Y en lo que va de octubre, el gobierno de López Obrador ha acelerado las deportaciones hacia sus países de origen.
La Mesa de Análisis Internacional con Gustavo Calvo y Susana Mangana.