A. Económico

¿Por qué sigue subiendo el dólar en Argentina?

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Cómo ustedes saben, el tipo de cambio en Argentina viene subiendo de forma muy fuerte en el último mes. La semana pasada, el desorden financiero motivó la renuncia del Presidente del Banco Central y llevó a que Macri también reemplazara a dos ministros de su gabinete económico (Juan José Aranguren, Ministro de Energía, y Francisco Cabrera, Ministro de Producción).  

Emiliano Cotelo (EC): ¿Qué tenemos que esperar en Argentina? ¿Se empieza a ver una salida después del acuerdo con el Fondo? ¿O la situación se está yendo de control? Les proponemos repasar las medidas que el equipo económico anunció ayer en diálogo con la economista Alicia Corcoll, de Deloitte.

Romina Andrioli (RA): Alicia, te propongo comenzar ubicando a los oyentes con algunas cifras de lo que está sucediendo en Argentina: tenemos al dólar subiendo, los bonos cayendo y la bolsa con fuertes pérdidas. ¿Podemos repasar las variaciones que llevamos acumuladas?

Alicia Corcoll (AC): El dólar cedió un poquito ayer, a AR$ 28,4. De todos modos, eso significa un aumento de 8% frente al lunes anterior, de 36% respecto al cierre de abril y de 50% en lo que va del año.

El Merval, que es el índice de la bolsa argentina, cayó 20% desde el final de enero, lo que equivale a una baja de casi 45% en dólares… Y, como decías, los bonos perdieron valor en forma marcada. Como contracara, el riesgo país superó los 550 puntos en estos días. Eso significa un aumento de casi 50% frente a la situación que teníamos en enero, con el riesgo país fluctuando en torno de 375 puntos.

Son variaciones enormes para un lapso relativamente corto de tiempo. Es cierto que en este mismo período la mayoría de los mercados emergentes están sufriendo a consecuencia de condiciones financieras internacionales más adversas, pero en el caso de Argentina las magnitudes de los cambios son muy superiores. Claramente hay una dinámica especialmente acentuada por factores domésticos: déficit fiscal, déficit en cuenta corriente, inflación alta, atraso cambiario y fuerte dependencia del financiamiento externo.

RA:  – Con ese combo casi “explosivo”, el gobierno decidió solicitar en mayo una asistencia del FMI. A principios de junio se logró un acuerdo, pero la calma en los mercados duró poco. ¿Por qué?

AC:  – Es cierto. A las autoridades les está costando restablecer un clima de tranquilidad y confianza en la gestión del gobierno. Lo que sucede es que el ajuste que Argentina tiene por delante es enorme, tanto en lo fiscal como en las cuentas externas y probablemente en el tipo de cambio real…  

La inflación seguramente va a subir desde niveles que ya son muy elevados. Eso probablemente va a golpear sobre el salario real y sobre la capacidad de consumo. Con este clima de negocios, las perspectivas de crecimiento para este año se están revisando fuertemente a la baja. Al cierre del año pasado las proyecciones de PIB para 2018 estaban en torno de 3% según la Encuestas de Expectativas del Banco Central; hoy estamos en 1,3%… A nuestro juicio, incluso, hay riesgo de recesión.

También hay que recordar que el Banco Central subió fuertemente las tasas y que con una inflación en alza es poco probable que encuentre espacio para bajarlas rápido… Tasas altas ayudaron a frenar la primera ola de la corrida cambiaria y son un incentivo para atenuar el cambio de portafolio a dólares, pero tasas en 40% también tendrán efectos adversos en la actividad económica y en las cuentas públicas.

En definitiva, el equipo económico está enfrentando un panorama muy complejo. El acuerdo con el FMI (que supone US$ 50.000 millones de crédito en una línea stand-by) trajo cierta tranquilidad, pero parece prematuro concluir que “lo peor ya pasó”.

RA:  – Ayer hubo nuevos anuncios por parte del equipo económico. ¿A qué apuntan las nuevas medidas?

AC:  – Fundamentalmente a aliviar las presiones en el mercado de cambios. De las declaraciones de las últimas semanas parece intuirse que las autoridades entienden que Argentina tiene que procesar un ajuste importante de precios relativos (esto es, una depreciación real de su moneda), pero también parecen incómodas con el ritmo tan fuerte que estamos viendo en la suba del dólar.

Ayer hubo varios anuncios. Por un lado, dispusieron que entre ayer y hoy iban a ofrecer US$ 400 millones cada día en el mercado spot y dijeron que habrá un programa adicional de ventas de hasta US$ 7.500 millones provenientes del acuerdo con el FMI (a realizarse luego del primer pago, previsto para este miércoles). Esto hace un poco de ruido, porque el dinero del Fondo no debería ir a financiar una corrida cambiaria… Pero al parecer hay una apuesta de que esto señalice al mercado un techo para el dólar… al menos a corto plazo.

RA:   – Alicia, decías recién que hubo varios anuncios para contener el tipo de cambio. La venta de dólares es uno. ¿Qué otras medidas va a tomar el equipo económico?

AC:  – El Banco Central también anunció que suben los encajes bancarios en pesos. Es gradual, pero de acá a julio tendremos 5 puntos porcentuales más tanto para los depósitos a la vista como para los a plazo. Por otro lado, bajaron el límite para la tenencia de moneda extranjera de las instituciones financieras, desde un 10% a un 5% de su patrimonio.

También trascendió en prensa en estos días que habrían pactado con las empresas cerealeras la liquidación de divisas por aproximadamente US$ 4.000 millones para los meses de junio y julio.

En definitiva, Romina, son anuncios que buscan descomprimir la presión sobre el mercado de cambio, sobre todo en una perspectiva de corto plazo. Las medidas de fondo, reitero, pasan por abordar el desequilibrio fiscal, que es –a nuestro juicio- lo que genera la mayor incertidumbre.

RA:  – ¿Cuáles son las claves de este escenario para Uruguay?

AC:  – Es un hecho que vamos a tener un vecino creciendo mucho menos… y, como decía antes, pensamos que hay incluso un riesgo de que volvamos a ver a Argentina en recesión.

Y a eso hay que agregarle que empeoramos mucho desde el punto de vista de la competitividad de precios con Argentina. Obviamente es muy difícil con la incertidumbre que hay en estos días aventurar un pronóstico cambiario, pero con los valores que ya tenemos actualmente del dólar en Uruguay y en Argentina, nuestro tipo de cambio real con Argentina está 27% por debajo de la media histórica, cuando a fines del año pasado el desvío era de sólo 3% (es decir, una brecha muy pequeña respecto a esa referencia de largo plazo).

En síntesis, Romina, estamos con Argentina en una situación bastante comprometida. Si el equipo económico logra estabilizar la situación, será un shock negativo para Uruguay, pero probablemente “manejable” desde un punto de vista macro (aunque varios sectores van a sufrir)… De todos modos, nos preocupa que el desafío fiscal es muy grande y que podemos ver un desenlace todavía más “desordenado” en Argentina si el mercado no termina comprando el plan al que se comprometió Macri en el acuerdo con el Fondo.