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Encuesta de Expectativas de Deloitte: Señales apuntan a un “mejor 2017”

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Se consolida la percepción de un mejor 2017. Ese es el título del informe que presenta los resultados de la última edición de la Encuesta de Expectativas Empresariales de Deloitte, que fue divulgado en el día de ayer. Se trata de una encuesta que la consultora realiza dos veces al año desde 2010 y que en esta oportunidad reunió las respuestas de unos 320 directores y gerentes de empresas que operan en Uruguay.

Para analizar los resultados de esta última edición de la encuesta, estamos en diálogo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

Romina Andrioli (RA) Tamara, cuando comentamos los resultados de la edición anterior del informe, sobre el final del año pasado, recuerdo que ustedes concluían algo así como que “lo peor ya pasó”… Ahora titulan el informe señalando que “se consolida la percepción de un mejor 2017”. ¿Es tan contundente el cambio en el clima de expectativas empresariales?

TS – Sí, en general las respuestas tendieron a confirmar el giro que se empezaba a esbozar por primera vez en la edición de octubre. Podemos repasar ahora varias preguntas que apuntan en esa dirección, pero en general se asentó una visión más optimista tanto en lo que hace a la situación económica, como al clima de inversiones y al panorama que enfrentan las empresas que estos 300 ejecutivos lideran. Son varias las señales que apuntan entonces a un “mejor 2017”.

RA – Repasemos entonces algunos de los resultados más concretos… ¿Cuáles son los principales elementos en los que se ve ese mayor optimismo?

TS – Por un lado, hay una mejora muy significativa en las respuestas de los empresarios cuando les preguntamos sobre el desempeño reciente de la economía y sobre la evolución del clima de negocios en el último año. Por ejemplo, en la encuesta de abril de 2016 (hace un año) más del 90% de las respuestas indicaban que la situación económica estaba peor que un año atrás… esta vez menos de un 30% de los ejecutivos dijo eso.

Esto era algo en buena medida esperable, porque es consistente con el repunte que viene mostrando la economía uruguaya desde la segunda mitad del año pasado según muchos indicadores que se han ido conociendo en los últimos meses. Ahora, la mejora también es muy clara cuando se los consulta sobre las perspectivas hacia delante.

El porcentaje de empresarios que prevé un deterioro de la situación económica en los próximos doce meses cayó casi 50 puntos frente a la encuesta de abril y 12 puntos frente a la edición de octubre… Las respuestas negativas estuvieron en apenas 14%, que es la cifra más baja desde 2010. Sigue habiendo muchas opiniones neutras, pero también siguieron aumentando las respuestas positivas. Quienes sostienen que la situación económica va a mejorar en un año subieron hasta 30% en esta última edición, dejando un saldo neto de respuestas positivas sobre respuestas negativas del 16%, la brecha también más alta desde 2010…

Cuando se los consulta sobre el clima de inversiones pasa algo similar. Volvieron a bajar bastante los juicios de evolución negativa: de 51% en abril de 2016 a 25% en octubre del año pasado y ahora a 19%… Y, además, Romina, la valoración absoluta del clima de negocios también tuvo una mejora bastante clara.

RA – ¿A qué te referís con valoración absoluta, Tamara?

TS – Nosotros además de preguntar por la evolución, preguntamos a los empresarios cómo evalúan el clima de negocios hoy y les ofrecemos 5 opciones: “muy bueno”, “bueno”, “regular”, “malo” y “muy malo”. O sea, no tienen que decir si está “peor” o “mejor” que antes, sino calificar en términos absolutos la situación presente.

En los anteriores tres relevamientos, el porcentaje de ejecutivos que emitía juicios favorables sobre el clima de negocios (o sea, que lo calificaron como “bueno” o “muy bueno”) había estado estable en 18%… Sin embargo, en esta edición este porcentaje repuntó hasta 30%. Hay que subrayar que es un porcentaje todavía bajo de juicios positivos (sin duda mucho más bajo de los niveles de 75%-80% que recogíamos cinco años atrás), pero hay un cambio bastante visible respecto a lo que se veía en el último año y medio.

RA – ¿Y qué se ve en las respuestas que hacen a temas de las propias empresas? Recién decías que allí también hay más optimismo…

TS – Sí, hay indicios más favorables en varios frentes. Más de la mitad de los ejecutivos espera que los niveles de producción o de actividad en sus empresas sean dentro de un año similares a los actuales, pero la proporción de quienes esperan un aumento pasó de 20% en la encuesta de abril del año pasado a 36% en esta edición. El porcentaje que espera que la producción caiga dentro de un año siguió bajando (de más de 25% en abril del año pasado, a 11% en octubre y ahora a 9%). Con esos números, entonces, tenemos que las respuestas positivas en cuanto a planes de producción o actividad superan a las negativas en más de 25 puntos porcentuales… Es un saldo neto más importante que el que recogimos en el relevamiento pasado y que a nuestro juicio es muy consistente con un panorama de reactivación a nivel macroeconómico.

También hubo mejores respuestas vinculadas a los planes de inversión y a las perspectivas de rentabilidad que esperan los empresarios en los próximos doce meses. Aunque las opiniones siguen siendo mayoritariamente neutras, igualmente en ambos frentes hubo saldos netos de respuestas de signo positivo.

Quizás el único frente disonante con esta tónica más optimista que venimos comentando, Romina, está en lo que hace a las perspectivas de empleo.

RA – ¿Por qué?

TS – Cuando les preguntamos a los ejecutivos por las perspectivas de empleo en sus empresas, sólo un 8% dice que prevé aumentarlo. Un 24%, además, sigue sosteniendo que tiene planes de reducción de los niveles de empleo.

Claro que en encuestas previas ese porcentaje de quienes pensaban reducir personal llegó a estar en casi 40%… Respecto a eso hay una mejora… Pero las respuestas se movieron más bien a un terreno neutro y son pocos quienes manejan perspectivas de aumento, aun cuando –como decía antes- son bastante más quienes están manejando perspectivas de mayor producción o mayor nivel de actividad en sus empresas. Eso probablemente tiene que ver con que el escenario hacia adelante aún es un poco incierto, pero seguramente también con el hecho de que los costos salariales han seguido en aumento…

RA – Está claro, Tamara. Repasando otras preguntas de la encuesta, veo que una de las cosas que ustedes destacan en el informe es que se advierte una moderación en las expectativas inflacionarias y de tipo de cambio… ¿Podemos comentar las principales cifras en este sentido?

TS – Sí, claro. En la edición pasada el promedio de respuestas apuntaba a un dólar a $ 32 en un lapso de un año… ahora ese número pasó a $ 31. Igual sigue manteniéndose una perspectiva de depreciación, porque de hecho sólo 4% de los ejecutivos que respondieron la encuesta espera que el dólar se mantenga dentro de los valores actuales (sólo 4% marcó la opción de un rango de $27-$29).

En relación a las expectativas de inflación, en promedio bajaron de 9,2% en octubre a 8,1%. Esta cifra es mayor a la inflación que estamos pronosticando nosotros para el cierre de 2017 (que está de hecho debajo de 7%), pero el análisis de las respuestas deja bastante claro que los empresarios no ven hoy un riesgo relevante de que la inflación vuelva a los 2 dígitos… No sólo para un horizonte de corto plazo, sino que también hay un cambio cuando les consultamos sobre el panorama en 3-4 años.

RA – Para terminar, ¿que marcaron los resultados en relación a la evaluación de la gestión del gobierno? ¿El mejor clima de expectativas alcanza también a las opiniones en ese frente?

TS – Sí hubo mejoras en la forma en que los empresarios calificaron la gestión del gobierno en varios asuntos económicos. Lógicamente, el manejo de la inflación fue el que más mejoró frente a octubre, pero también hubo respuestas más favorables en relación a las áreas de crecimiento e inserción externa, por ejemplo.

Pero en otros frentes la evaluación de la gestión se deterioró… Y en la pregunta sobre la evaluación general, la aprobación de la gestión del gobierno siguió estando en niveles muy bajos. Concretamente, el porcentaje de desaprobación bajó de 63% a 58%, pero la proporción de opiniones positivas se mantuvo dentro de los niveles más bajos desde que realizamos la encuesta (apenas en 4%).

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