A. Económico

¿Cómo son las perspectivas para el sector lácteo?

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Como ustedes saben, en el sector lácteo se observa una situación particularmente problemática. Algunas empresas enfrentan dificultades financieras, siendo Pili la empresa más comprometida. Por otra parte, en Conaprole se observa una conflictividad salarial importante. Y en el Consejo de Salarios no hay acuerdos.

Emiliano Cotelo (EC): Con esos elementos, nos pareció oportuno dedicar nuestro análisis económico de hoy al sector lácteo. Y para eso, estamos en línea con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.

Romina Andrioli (RA): Para situar a los oyentes, Pablo, ¿cuáles son las grandes cifras de este sector? ¿Cuánta leche se produce actualmente? ¿Cuántos productores de leche hay en el país? ¿Cuánta de esa producción se destina al mercado externo?

Pablo Rosselli (PR): En Uruguay hay aproximadamente 3.900 productores de leche, según cifras de INALE… La producción de leche ha tenido algunas oscilaciones, pero para fijar un número fácil de recordar podemos decir que en Uruguay se producen unos 2.000 millones de litros por año.

Más o menos un 70% de esa producción se destina a los mercados externos y un 30% se destina al mercado interno… El consumo de productos lácteos por persona en nuestro país ronda 0,6 litros por día, considerando no solamente la leche fluida sino también el volumen equivalente en todos los productos que consumimos… tanto en forma directa como en ingredientes de los alimentos.

Y esa producción se realiza en unas 760.000 hectáreas, sobre un total de hectáreas dedicadas a la producción agropecuaria de unos 16 millones… La lechería ocupa entonces un 5% del área agropecuaria y según estimaciones de INALE hay unas 20.000 personas vinculadas a la actividad.

RA – ¿Cómo se está desempeñando el sector lácteo? Está claro que el sector se vio muy afectado por la crisis en Venezuela… pero ¿cómo son las tendencias recientes?

PR – En realidad el sector lácteo sufrió dos shocks negativos… Luego de una década de auge, en 2014 se produjo una caída fuerte de los precios internacionales de las materias primas… Los productos lácteos no fueron la excepción… Los precios de la leche en polvo pasaron de un máximo de US$ 5.000 por tonelada en 2013 a valores de US$ 2.500 la tonelada en 2016… Desde entonces, se ha observado una recuperación moderada… pero los valores actuales están en torno de US$ 3.000… lejos de aquellos máximos… Algo similar ocurre con los precios de los quesos… pasaron de US$ 4.500 a US$ 3.000 por tonelada… y actualmente están en US$ 3.700 por tonelada… también lejos de los récords.

A ese ajuste de precios internacionales se sumó la crisis en Venezuela que mencionabas recién. En 2013 Venezuela representaba un 35% de todas las exportaciones de productos lácteos y en ese mercado se percibían precios superiores a los internacionales… Con la crisis en Venezuela, la industria tuvo que reorientar parte de sus exportaciones a mercados de menores precios en un momento de precios bajos.

En ese contexto, la producción de leche pasó de algo más de 2.000 millones de litros anuales en 2014 a menos de 1.800 millones de litros en 2016… Desde entonces se observa una paulatina recuperación, pero todavía estamos por debajo de aquel récord.

RA – En ese contexto, Pablo, ¿cómo es la situación económica de los productores? Desde los productores se señala que no hay condiciones para pagar aumentos de salarios como reclama el sindicato de Conaprole…

PR – En todo conflicto hay un espacio de negociación y regateo… Y no tenemos un criterio objetivo, inobjetable, para evaluar qué espacio de ajuste salarial tiene la industria (contemplando la situación de Conaprole y sus productores… luego podemos hacer algún comentario del resto de la industria).

De todos modos, hay varios elementos que apuntan a una situación difícil de los productores… En particular, la ecuación de los productores se vio fuertemente resentida por la caída de los precios de exportación… El precio de la leche al productor bajó en dólares… y los costos locales medidos en dólares (salarios, precios del consumo) no bajaron… Varias veces comentamos que Uruguay quedó caro en dólares… El sector lácteo está sufriendo esa situación… Más aún, si miramos el precio de la leche al productor, se encuentra actualmente en el mismo nivel en pesos nominales, sin corregir por la inflación, que en 2014 (antes de la caída de los precios internacionales). Y los salarios en la industria láctea subieron 35% en pesos nominales…

Además de la suba del salario en la industria, los productores enfrentaron aumentos de salarios en sus establecimientos y un encarecimiento relativo de los insumos… que bajaron menos que el precio de la leche…

Entonces, la evolución de precios, junto con la contracción de la remisión afectó de modo importante la situación económico-financiera de los establecimientos lecheros… Seguramente hay situaciones muy variadas pero el endeudamiento de los productores con el sistema bancario se sitúa en torno de US$ 300 millones (un valor alto en términos históricos) y la morosidad supera el 5%, cuando en 2014 estaba por debajo de 1%… Y al endeudamiento bancario hay que sumarle el Fondo Lechero 3, mediante el cual los productores adeudan casi US$ 60 millones adicionales… Y recientemente el gobierno aprobó un Fondo de Garantía por US$ 36 millones que se va a cubrir con una parte del aumento del precio de la leche al consumidor…

RA – Queda claro que hay varios elementos que apuntan a una situación complicada para los productores… Pasemos ahora a la fase industrial… ¿Cuáles son las claves del diagnóstico aquí?

PR – Tenemos situaciones muy diferentes según las empresas que consideremos… En cualquier caso, todas las empresas en mayor o menor medida se vieron afectadas por la reducción de la remisión de leche, por la caída de los precios de exportación y por la suba de costos domésticos.

Entre la suba de costos, la masa salarial en la industria tendió a subir de manera significativa en relación a la facturación…

Y también se observan dificultades importantes en materia de financiamiento… Exceptuando el caso de Conaprole, que tiene una posición financiera adecuada, hay varias empresas de menor tamaño que están reperfilando sus créditos con los bancos… El caso más complejo, por cierto, es el de Pili, que se presentó a concurso de acreedores porque no podía seguir respondiéndole a los mismos.

RA – ¿Cómo son las perspectivas para la industria, Pablo? Mencionabas que hay cierta recuperación de la remisión y de los precios de exportación…

PR – Es cierto… Esa recuperación contribuya a una paulatina mejora de la situación de las empresas del sector. De todos modos, el panorama sigue siendo muy complejo para algunas empresas… Hay que tener presente que además del cambio del contexto internacional y de la crisis en Venezuela y de los altos costos en dólares que tenemos en Uruguay, algunas empresas no lograron acumular suficiente rentabilidad ni siquiera en los años de bonanza…

Tenemos la planta de Ecolat (propiedad del grupo peruano Gloria) cerrada… Lo mismo ocurre con la planta de la empresa norteamericana Schreiber Foods… Esas y otras empresas tuvieron problemas de rentabilidad antes del ajuste del mercado internacional…

A nuestro juicio, estamos asistiendo a un ajuste estructural del sector lácteo, que probablemente terminará con menos empresas.

RA – Para terminar, Pablo… en ese marco, ¿cómo ven el escenario de la negociación salarial? Está claro que algunas empresas están muy complicadas, pero Conaprole está mejor… Entonces?

PR – Hasta ahora en los Consejos de Salarios se ha adoptado un criterio de mirar el desempeño del sector… Puede haber discusiones sobre qué tan bien o mal está un sector, pero lo que se define es un tratamiento igualitario para las empresas del sector…

Desde esa perspectiva, no debería haber dos opiniones diferentes… El sector lácteo está muy mal… y eso debería recogerse en las negociaciones salariales… Algunos pueden ver atractivo determinar que se aprueben aumentos mayores para Conaprole que para el resto de las empresas… En cualquier caso, el problema de fondo es que el sector siente una presión de costos muy fuerte y cuanto más suban los salarios, mayor riesgo para el empleo en el sector… Al final, se trata de elegir entre empleos o salarios.