A. Económico

La inflación subió nuevamente: ¿Qué podemos esperar?

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El martes se conocieron nuevas cifras de los precios al consumo, que volvieron a marcar un aumento de la inflación anual, por cuarto mes consecutivo. En concreto, en los doce meses a noviembre la inflación se ubicó en 6,3%, más de 1 punto porcentual por encima del registro mínimo de 5,2% que se había alcanzado en julio.

Emiliano Cotelo (EC) – En ese marco, ayer el Gobierno anunció los ajustes de tarifas que comenzarán a regir en enero de 2018 y que van desde un mínimo de 3,2% en la tarifa de electricidad a un máximo de casi 10% en los precios de las naftas.

¿Cómo se analiza esta suba que viene mostrando la inflación en esta segunda mitad del año? ¿Continuaremos viendo cifras crecientes en los próximos meses? ¿Cómo inciden estos ajustes de tarifas anunciados ayer en las perspectivas de inflación para el año que viene? En los próximos minutos les proponemos analizarlo con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

Florencia, ¿cómo vieron el dato de inflación de noviembre? ¿estaban esperando que volviera a dar un aumento en la medición anual?

Florencia Carriquiry (FC) – Sí. La verdad es que estuvo muy en línea con nuestro pronóstico. De hecho, el IPC aumentó 0,34% en noviembre y nuestras estimaciones apuntaban justamente a una suba de 0,3% en el mes. Y a nivel de componentes tampoco hubo muchas novedades. La inflación transable en términos anuales se mantuvo en 5,1%, pese a que hubo un aumento de precios de la carne vacuna y en la leche (por el ajuste de la leche tarifada que comenzó a regir a fin de octubre). Y la inflación no transable tampoco tuvo cambios frente a octubre… permaneció en 7,9% en los últimos doce meses, consolidando la baja que se fue viendo en el transcurso de este año…desde niveles que eran de casi 11% anual en enero.

Luego vimos un descenso ligero en el mes (de 0,4%) a nivel de los precios de las frutas y verduras, porque las verduras tuvieron una baja importante, de casi 5% en el mes y compensaron el encarecimiento de las frutas. Pero de todas maneras y como era esperado, la caída de estos precios en la comparación interanual siguió moderándose… pasamos de una baja de –10% en los doce meses a octubre a un descenso de -5% en el último año a noviembre.

Así que, en términos generales no es un dato que haya traído sorpresas.

RA – Emiliano decía al comienzo que en la medición anual la inflación subió a 6,3% y que se trata del cuarto aumento consecutivo después del registro mínimo de 5,2% que se había alcanzado en los doce meses a julio. ¿Cómo se analiza este repunte de la inflación del segundo semestre del año?

FC – A ver… Hay que recordar que en la baja que veníamos viendo desde los niveles de 10% que tuvimos a mediados del año pasado venían jugando varios elementos. Por un lado, el aflojamiento del dólar hizo que bajara la inflación en el componente transable de la canasta del IPC (es decir, en los precios más afectados por el tipo de cambio). Por otro lado, también hubo una moderación de la inflación no transable (la que depende esencialmente de factores más domésticos), en donde seguramente jugó un rol importante el menor ritmo de aumento de los salarios nominales… Y, finalmente, a eso se había sumado –y con un impacto muy fuerte en la inflación total- un abaratamiento de las frutas y verduras. Otras veces comentamos que en la primera parte de 2016 habíamos visto una suba muy marcada de los precios de las frutas y verduras debido a los problemas de oferta que se habían generado por las malas condiciones climáticas. En ese marco, en junio de 2016 llegamos a ver una inflación de más de 30% en el componente frutas y verduras de la canasta… Y por eso, durante toda la primera parte de este año, cuando comparábamos con aquellos precios de inicios de 2016, vimos bajas de precios muy fuertes en estos productos. Por ejemplo, en junio y julio, hubo deflación de 17% en términos anuales en las frutas y verduras… Y eso contribuyó de forma clave a que la inflación cayera a niveles apenas superiores a 5% a mediados de este año.

EC – ¿Y esa caída de las frutas y verduras empezó a revertirse en este segundo semestre?

FC – En realidad, lo que está sucediendo ahora –y era previsible que pasara- es que a medida que va pasando el tiempo, los precios de comparación de las frutas y verduras en la segunda parte de 2016 ya no son tan “extremos”, entonces la deflación en ese componente del IPC se va moderando… En noviembre, como marcaba antes, la variación interanual fue –-5%…. mucho menor a ese -17% que se registraba a mediados de año. Es decir, los precios caen respecto a un año atrás pero caen menos que en meses anteriores… Entonces el efecto en la inflación total también se diluye… Ése es el principal elemento que hace que en las últimas mediciones estemos viendo una suba de la inflación total medida en términos anuales. La inflación subyacente, de hecho, ha tenido un alza mucho menos marcada…desde 6,2% a mediados de año a 6,6% en estos últimos dos meses.

RA – Mirando hacia adelante, ¿qué pronósticos están manejando en Deloitte? ¿ustedes esperan que la inflación siga subiendo en las próximas mediciones?

FC – Nuestros modelos de proyección del IPC pautan que la inflación cerraría este año en los niveles actuales y que podría mostrar alguna baja en la primera parte del año que viene, pero transitoria. Hacia el cierre del año próximo nuestro pronóstico es de una inflación algo mayor a la actual…aunque aún abajo del 7%.

RA – ¿Cómo incide en esos pronósticos los ajustes de tarifas anunciados ayer?

FC – Estos ajustes anunciados ayer en la torre ejecutiva suponen que en promedio las principales tarifas van a estar aumentando en línea con la inflación, algo que de hecho ya veníamos manejando en nuestros pronósticos. Por lo cual en líneas generales no suponen cambios en nuestras proyecciones de inflación para 2018.

RA – Entonces, a partir de lo que decías recién, la inflación seguiría dentro del rango meta en 2018… ¿es así?

FC – A ver… cómo decía recién, nuestra proyección puntual para el año que viene marca que la inflación va s subir un poco desde los niveles actuales y se acercaría a 7% sobre el cierre del año. Ahora, lógicamente el número es muy sensible a la proyección cambiaria. Nuestros modelos están incorporando una trayectoria creciente para el valor del dólar, pero con un alza muy moderada, yendo hacia $ 31 en diciembre de 2018.

Pero además, en una proyección 12 meses para adelante el margen de error de los pronósticos es de algunas décimas… Con lo cual no podemos tener total certeza de que la inflación no va volver a superar el 7%. Más allá de la evolución del dólar, algún repunte fuerte nuevamente a nivel de frutas y verduras, por ejemplo, podría generar que la inflación supere ese umbral al menos de forma transitoria…pero, en términos generales, sí nos parece que para que la inflación suba mucho más allá del 7% tendríamos que ver un aumento del dólar significativamente mayor al que hoy estamos esperando.

Además, Romina, no podemos perder de vista que el año que viene comienza una nueva ronda de negociación colectiva, con más de 70% de los convenios venciendo a mediados de 2018… Llegar a esa instancia con la inflación dentro del rango objetivo y con las expectativas ancladas en esos niveles le daría al gobierno una posición mucho más cómoda para plantear pautas salariales que supongan una nueva moderación nominal… A nuestro juicio, esta es una de las claves para lograr consolidar a la inflación en niveles más bajos en una perspectiva de mediano plazo.

RA – Justamente a eso iba, Florencia y ya para terminar… ¿cómo están viendo la perspectiva de inflación más allá del 2018? ¿es sostenible este descenso de la inflación que estamos viendo en una mirada más larga?

FC – A ver… son varios los factores que hay que considerar cuando pensamos en los pronósticos de inflación para los próximos años. Por un lado, es evidente que la evolución del dólar es un elemento clave. Como decíamos antes, la baja del tipo de cambio ha sido central en la caída que ha tenido la inflación en el último año y medio. Ahora, en una perspectiva de mediano plazo, el combate a la inflación no puede descansar en que el dólar no suba… De hecho, la competitividad de nuestro país está en niveles muy comprometidos y el sector productivo precisa que los costos domésticos en dólares se ajusten…

Por eso, para consolidar la inflación en niveles bajos también en 2019 y más allá, es importante que la política salarial y fiscal jueguen su partido. Y en ese sentido este gobierno tiene dos hitos clave por delante… una es la nueva ronda salarial, como decía recién, y otra es la rendición de cuentas, que va a pauta la tónica fiscal para el último año de esta administración.

En nuestra opinión, si en la política salarial se avanza en pautas nominales cada vez más bajas y si en la última rendición de cuentas se persevera en una tónica de represión del gasto público, entonces nos parece plausible sí que la inflación tienda a permanecer dentro del rango meta. Esa combinación de políticas además daría consistencia al giro menos contractivo o más expansivo que hemos venido viendo más recientemente en la política monetaria y podría permitir una suba mayor del dólar en los próximos años, sin que eso suponga poner en riesgo el mantenimiento de la inflación en el rango objetivo.