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¿Cuáles son las perspectivas para el consumo en 2018?

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El consumo privado fue uno de los puntales de la reactivación económica en 2017 y se espera que siga siendo el principal motor del PBI también en 2018.

¿Viene de la mano de un mayor ingreso de los hogares? ¿O está aumentando el endeudamiento? ¿Qué rubros de consumo están teniendo mayor dinamismo? En los próximos minutos, les proponemos analizarlo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

Romina Andrioli (RA): Tamara, te propongo empezar analizando la evolución del consumo en 2017. ¿Cuánto creció? ¿En qué áreas se dieron los mayores aumentos?

Tamara Schandy (TS): Muy bien. No tenemos datos cerrados para todas las variables, pero hay bastante información para ir sacando algunas conclusiones.

Los datos de cuentas nacionales nos dicen que hasta setiembre el consumo privado total tuvo un crecimiento de 4% en términos reales en relación al mismo período de 2016. La suba fue más intensa en la primera parte del año, pero aún con cierta moderación posterior es claro el cambio de dinámica en relación a lo que vimos entre mediados de 2014 y mediados del 2016… En ese momento, que fue el de estancamiento para la economía en su conjunto, el consumo se había frenado… De hecho llegó a caer en algunos trimestres de 2015 y en la primera mitad del 2016 crecía menos de 1% interanual… Así que el cambio en 2017 fue fuerte.

Las cuentas nacionales no nos dicen nada a nivel de rubros, pero la encuesta de la Cámara de Comercio es bastante útil en ese sentido, aunque sólo cubre Montevideo. La primera conclusión es que el crecimiento es bastante generalizado: dos tercios de los 28 giros que releva la Cámara tienen aumentos de sus ventas, mientras que en el momento de “freno” al que me refería recién menos de un 30% crecía (la mayoría estaban o bien estancados o bien con caídas de ventas). La segunda conclusión, sin embargo, es que la intensidad del crecimiento es bastante dispar entre rubros.

RA:  –  ¿Podemos repasar algunos ejemplos?

TS:  –  Sí, claro. El año pasado hubo un dinamismo muy marcado en el consumo de algunos bienes durables. Para los autos tenemos datos de ASCOMA cerrados para el conjunto del año y el aumento de las ventas de 0km fue de casi 20%. Fueron 54.000 unidades, sin llegar al pico de 2013 pero superando sí los niveles de 2012 y 2014 (que habían sido excelentes años de ventas).

A las ventas de electrodomésticos también les fue bien. En ese caso, la Cámara de Comercio reporta un aumento de algo más de 4% real el año pasado.

Sin embargo, en otros rubros de bienes de consumo corriente el comportamiento fue más pobre. Siempre usando los datos de la Cámara, las ventas de los supermercados habrían tenido una caída de 1% interanual en el primer semestre y habrían crecido sólo 0,4% en el tercer trimestre… La venta de vestimenta directamente habría seguido cayendo en términos interanuales hasta setiembre.

RA:  –  ¿Cuánto juega el dólar en este patrón que describís, con aumentos tan fuertes en las ventas de bienes durables?

TS:  –  Es el elemento determinante. Son rubros que en general tienen sus precios marcados en dólares, con lo cual el movimiento del tipo de cambio determina cuán baratos o caros se hacen en relación a la evolución de los ingresos de las personas, que en general están fijados en pesos.

Un dólar planchado, como tuvimos el año pasado, naturalmente le da impulso al consumo de estos bienes. También hay que aclarar, Romina, que son rubros muy procíclicos… Son ventas que también habían caído mucho en forma previa. Por ejemplo, cuando el consumo total estuvo más o menos estancado en 2015 y 2016, las ventas de autos y camionetas 0km cayeron 8% en cada año (15% en total). En otros rubros de consumo no vimos el “rebote” que vimos en los autos, pero tampoco vimos la caída previa.

RA:  –  Volviendo al consumo en general, ¿cuáles son los elementos que permitieron la recuperación el año pasado? ¿Es un crecimiento “genuino” o es un consumo que crece en base a endeudamiento?

TS:  –  Es difícil cerrar ese número, pero el año pasado fue un año de crecimiento bastante intenso del salario en términos reales. Según nuestras estimaciones, el salario promedio a nivel del sector privado creció 3,5% real. Las pasividades también subieron, arrastradas por la evolución del Indice Medio de Salarios. Así, aunque el mercado de trabajo siguió deprimido y no hubo creación neta de empleo, el año pasado el ingreso medio de los hogares volvió a crecer. Según los datos del INE, en 2016 había caído 1% y en 2017 (aunque no están cerradas las cifras del año) subió en el eje del 4% en términos reales.

Sin dudas eso tiene que haber jugado un rol importante en la redinamización del consumo.

RA:  –  ¿Y el endeudamiento?

TS:  –  Si miramos conjuntamente el crédito que da el sistema bancario y las financieras no bancarias a las familias, nuestras estimaciones nos dan un volumen total equivalente a unos US$ 7.300 millones. Aproximadamente US$ 2.700 millones son crédito hipotecario y los restantes US$ 4.600 millones son préstamos personales.

El crédito para compra de autos subió enormemente, aunque tiene un volumen muy pequeño en el total (el Banco Central reporta un stock de solo US$ 160 millones en todos los bancos privados).

En el resto de los préstamos personales, sin embargo, los aumentos fueron de hecho más moderados que el año previo.

RA:  –  ¿De qué magnitudes estamos hablando?

TS:  –  Con datos a noviembre estimamos un aumento del orden de 8% interanual. Esto significa 2% real. Naturalmente hay matices y esto no quiere decir que no haya segmentos de la población que se endeudaron más el año pasado, pero en términos del promedio la evolución es bastante moderada.

Sin dudas estamos lejos de lo que se veía años atrás. Recordemos que en 2010 y 2011 los préstamos al consumo crecieron a razón de 20% real por año… Entre 2012 y 2014 hubo una moderación, pero todavía eran tasas de variación superiores al 5% real en promedio… Actualmente tenemos diferencias en el comportamiento de los bancos públicos, los privados y las financieras, pero en total hay un crecimiento moderado. Ese 2% real es inferior al crecimiento que presentó el consumo privado y el ingreso medio de los hogares en 2017.

RA:  –  Para terminar, Tamara, ¿qué panorama ven para 2018?

TS:  –  Como tú adelantabas, nos parece que el consumo va a seguir siendo el principal motor de la economía. De todas formas, es probable que pueda moderar un poco su ritmo de crecimiento.

En particular, estamos esperando que el salario real suba algo menos en el promedio de este año (debajo de 2% incluso), porque parte del aumento que vimos en 2017 se debió a que la inflación bajó muy abruptamente… Tuvimos varios meses con la inflación cerca de 5%… Eso hizo que los aumentos nominales que muchas empresas concedieron en enero de 2017 terminaran significando aumentos en términos reales superiores a los previstos en el conjunto del año.

RA:  –  Y no están esperando que eso se repita…

TS:  –  No. No estamos previendo una nueva caída así de abrupta en la inflación.

El otro elemento es que no estamos esperando una nueva baja del dólar… El año arrancó sí con una caída del tipo de cambio (y nos pone en aprietos con nuestra proyección), pero nuestro escenario base por ahora sigue siendo de cierta depreciación a lo largo del año… Eso, junto con el hecho de que el punto de partida ya es bastante alto, debería derivar en subas más moderadas del consumo en bienes durables como los autos.

En definitiva, Romina, estamos manejando un escenario de subas adicionales del consumo, pero a un ritmo algo menos intenso. También va a ser clave la evolución de las expectativas este año, y sobre todo cómo vaya comportándose el mercado de trabajo. Como decía antes, el año pasado el incremento del salario medio compensó la no creación de empleo e igual permitió que el ingreso promedio de los hogares subiera, pero si el mercado de trabajo no repunta eso puede ir convirtiéndose en un obstáculo para que el consumo pueda seguir subiendo.