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Comienzan a pactarse términos de "divorcio" entre Reino Unido y UE: ¿En qué consisten?

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El proceso del Brexit sigue avanzando. Concretamente, el Reino Unido y la Unión Europea cerraron el viernes un primer acuerdo sobre varios de los principales términos de la separación.

Emiliano Cotelo (EC): ¿Qué compromisos asumen las partes? ¿Qué temas siguen abiertos? En los próximos minutos les proponemos analizar los últimos anuncios con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

Tamara, te propongo comenzar situando a los oyentes en los principales hitos que ha tenido el tema del Brexit hasta ahora. ¿En qué momento del proceso estamos? ¿Cuándo se daría la salida del Reino Unido de la Unión Europea?

Tamara Schandy (TS): Me parece bien. Probablemente todos recuerden que a mediados del año pasado tuvimos la sorpresa de que –contrario a lo que adelantaban los sondeos previos al referéndum- la población del Reino Unido votó a favor de salir de la Unión Europea.

Para que esa expresión popular se materialice, se han venido recorriendo varios pasos. Por un lado, el parlamento británico habilitó al gobierno a notificar formalmente a Europa de su voluntad de abandonar el bloque. Ello sucedió sobre fines de marzo de este año, cuando Theresa May invocó el artículo 50 del Tratado de Lisboa. Ese artículo es el que justamente contemplaba la eventualidad de que hubiese países que quisieran irse de la Unión Europea…

A partir de allí comenzó un período de negociación entre ambas partes, que puede durar hasta dos años (lo que fecha el “Brexit” en 2019). Lo que tuvimos la semana pasada fue un primer acuerdo en ese proceso y, como decía recién Emiliano, quedaron definidas varias condiciones importantes para la separación.

RA – ¿Cuáles son los principales temas del acuerdo que se anunció el viernes?

TS – Fundamentalmente son tres. Uno refiere a lo que el Reino Unido deberá pagar a la Unión Europea al irse, el otro es sobre los derechos de los ciudadanos europeos que residen en el Reino Unido y el tercero trata de la frontera con Irlanda.

RA – Recorramos cada uno de ellos. Mencionabas primero lo que tendrá que pagar el Reino Unido a la Unión Europea al irse… ¿Por qué tendría que pagar?

TS – Este era un tema difícil, porque quienes el año pasado hicieron campaña a favor del Brexit prometían a los votantes que la salida del bloque implicaría para los británicos un ahorro grande… Sin embargo, del lado de la Unión Europea argumentaron que el Reino Unido tiene compromisos asumidos. Lo que ocurre, Romina, es que varios de los programas de la Unión Europea (cuyos presupuestos llegan en algunos casos a 2020), se votaron con la aprobación del Reino Unido. Por lo tanto, Europa sostuvo que el Reino Unido tenía que seguir realizando los pagos pautados durante ese tiempo, como si se hubiera quedado. También hay temas relacionados con la jubilación de los funcionarios de la Unión Europea.

De alguna manera esto que se pactó es una “victoria” para Europa, que logra que otros países miembros no tengan que pagar más para sostener el presupuesto de la Unión Europea de aquí a 2020. Se estima que el Reino Unido pagará, en términos netos, entre 40.000 y 60.000 millones de euros.

RA – Vayamos a los otros puntos, Tamara… Los derechos de los ciudadanos europeos que residen en el Reino Unido y el tema de la frontera con Irlanda. ¿Qué se pactó en esas áreas?

TS – Respecto a lo primero, se acordó que los europeos que viven en el Reino Unido podrán solicitar residencia permanente con procedimientos relativamente simple… y que lo mismo aplica a británicos que vivan en Europa. Acá los puntos más difíciles de la negociación venían por el lado de qué corte protegería los derechos de unos y otros… Ahí “ganó” el Reino Unido en el sentido de que se abandonó la idea de que los derechos de los europeos residentes en el Reino Unido fuesen protegidos por la Corte Europea.

Respecto al tema de frontera, se anunció que la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte “no será una frontera dura”, pero en realidad en ese sentido queda mucho por definir. Allí el tema es cómo manejar los controles en lo que sería la única frontera terrestre entre el Reino Unido y la Unión Europea, sin poner en riesgo las condiciones que se establecieron en el acuerdo de paz de Irlanda en 1998.

Este tema fue el último en cerrarse para el acuerdo del viernes pasado y finalmente lo que quedó pactado es bastante ambiguo… Para que no haya frontera hay que evitar divergencias regulatorias entre las dos partes, pero Londres tampoco quiere comprometerse a incorporar todo el derecho comunitario en la legislación británica para eso… Entonces, si no hay acuerdo de unión aduanera entre el Reino Unido y Europa tras el Brexit, va a haber que volver a atacar este tema de la frontera.

RA – Justamente iba a preguntarte por el tema comercial, Tamara. Recién te referías a qué sucedería si no hay acuerdo de unión aduanera entre el Reino Unido y Europa… ¿Qué rumbo están tomando las negociaciones por el relacionamiento económico entre ambas partes después del Brexit?

TS – Todavía no hay nada concreto. Eso será parte del proceso de negociación que se abre ahora.

La persona que lleva a cabo la negociación representando a la Unión Europea, Michel Barnier, ha dicho que el único modelo realista es un acuerdo de libre comercio como el que tienen actualmente con Canadá.

Del lado del Reino Unido, Theresa May dijo en setiembre que no querría negociar un modelo como el de Canadá (sino que preferiría uno más “personalizado”), pero David Davis, Boris Johnson y otros ministros han declarado públicamente que este esquema sería un buen punto de partida.

Así que todo parecería indicar que hacia allí se van a orientar las negociaciones…

RA – ¿En qué consistiría un acuerdo como el de Canadá?

TS – Esencialmente, es un modelo que refiere al libre comercio de bienes. Le daría al Reino Unido un acceso preferencial al mercado de la Unión Europea, aunque sin las obligaciones que tienen con el bloque países como Suiza o Noruega, que tienen un acceso más amplio al mercado común pero que deben hacen aportes al presupuesto de la comunidad y seguir sus políticas migratorias (cosas que, justamente, el Reino Unido quiere evitar con el Brexit).

La desventaja es justamente que este acuerdo es limitado. Va en la línea del libre intercambio de bienes, pero mantendría algunas barreras arancelarias para el comercio de servicios, que es justamente el sector más relevante para el Reino Unido. Recordemos, Romina, que los servicios representan casi el 80% de la economía y cubren la mayoría del comercio con Europa. En particular, el Reino Unido va a tratar de preservar lo más posible el rol de Londres como principal centro financiero europeo… Estas cosas están fuera de acuerdo como el de Canadá.

Otro tema a destacar es que, aún teniendo el antecedente de Canadá, nadie sostiene que sea un acuerdo fácil de alcanzar. De hecho, el acuerdo de la Unión Europea con Canadá tardó ocho años en negociarse y lograr que fuese ratificado.

Es más, Romina… Hay quienes sostienen que completar la negociación del relacionamiento comercial futuro del Reino Unido y la Unión Europea puede llevar bastante más de lo que queda del plazo formal que se disparó con el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que como decía recién fecha al “Brexit” en marzo de 2019. En cualquier caso, después de eso viene un período de transición hasta 2021… así que seguramente sea un proceso largo y con muchas idas y vueltas.

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