A. Económico

Caída de los proyectos de inversión con beneficios fiscales

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En 2018 se observó un descenso de los proyectos de inversión que contarán con beneficios tributarios. En concreto, el Ministerio de Economía y Finanzas señaló que en 2018 se produjo una reducción importante (de 20%) en la cantidad de proyectos de inversión recomendados por la Unidad de Apoyo al Sector Privado. También se redujo el volumen de inversión asociada a esos proyectos, aunque la reducción fue relativamente leve, de 4% en relación a 2017.

Emiliano Cotelo (EC): El comportamiento de la inversión es, por cierto, un tema clave… Y por eso nos pareció oportuno dedicar nuestro análisis económico de hoy a este asunto… Y para eso estamos en línea con el economista Pablo Rosselli, socio de Deloitte.

Romina Andrioli (RA): Pablo, ¿cómo vieron estos resultados? Te lo pregunto porque un año atrás el Ministerio de Economía había anunciado un conjunto de cambios en el régimen de promoción de inversiones que pretendían darle un impulso a la inversión…

Pablo Rosselli (PR): Es cierto… En aquel momento habíamos dicho que compartíamos la preocupación del gobierno en relación a la necesidad de impulsar la inversión pero que teníamos que tener expectativas realistas en relación a esas medidas, porque el contexto de inversión era muy poco atractivo… y eso no lo cambiarían los ajustes que planteaba el gobierno.

RA: – ¿Cuáles eran a grandes rasgos las mejoras que se proponía el gobierno hace un año?

PR: – Sin entrar en detalles, los proyectos de inversión obtienen un beneficio fiscal cuya magnitud depende del impacto del proyecto… Los cambios anunciados hace un año simplificaban la manera de computar el impacto en materia de creación de empleos de los proyectos; se puntuaba mejor el impacto en investigación, desarrollo y adopción de tecnologías limpias. Había también un mayor beneficio fiscal para empresas nuevas y lo más importante, se concedían beneficios fiscales mayores a los proyectos presentados entre marzo de 2018 y febrero de 2019 y para los proyectos que se ejecutaran antes de fines de 2019…

Todavía no terminó el plazo para acogerse a estos beneficios extraordinarios, por lo que podríamos ver en enero y febrero un aumento de los proyectos… pero nada va a cambiar significativamente estos resultados.

La realidad es que esta herramienta de promoción de inversiones ha perdido mucho dinamismo…

RA: – ¿Cómo comparan las cifras de 2018 con las de años previos?

PR: – Acá podemos ver cifras de proyectos de inversión promovidos y cifras relativas a los impactos económicos comprometidos por las empresas con sus proyectos.

El régimen de promoción de inversiones tuvo sus años de mayor esplendor entre 2012 y 2013, cuando la economía uruguaya crecía a tasas de 5% anual aproximadamente… En 2012 se aprobaron casi 900 proyectos, por unos US$ 2.300 millones; en 2013 se aprobaron unos 600 proyectos por US$ 2.900 millones.

En 2018, en cambio, tuvimos 437 proyectos por US$ 737 millones.

Siempre que hablamos de este tema aclaramos que la inversión en Uruguay va mucho más allá de estas cifras… Todavía no tenemos las cifras de cierre de 2018, pero la inversión en activos fijos se situó torno de US$ 9.600 millones.

Estos proyectos, entonces, recogen solo una parte relativamente pequeña de la inversión total… De todos modos, la reducción que hemos visto en el número de proyectos con beneficios tributarios y en los montos asociados está reflejando la evolución general de la inversión en Uruguay…. De hecho, la inversión en activos fijos pasó de un máximo de 22% del PIB en 2013 a niveles de 16% del PIB actualmente, que son los más bajos desde 2005.

RA: – Decías Pablo que también hay información en relación a los impactos económicos comprometidos por las empresas con estos proyectos…

PR: – Es cierto… Entre 2010 y 2012 los proyectos promovidos cada año tenían asociado un compromiso de creación de unos 7.000 empleos… Desde 2016 para acá, el compromiso de creación de empleos es de unos 2.000 cada año.

Con los objetivos de expansión de las exportaciones pasa algo similar… Históricamente, los proyectos promovidos cada año tenían un objetivo de expandir las exportaciones en US$ 250 millones… En los últimos tres años estamos claramente debajo de US$ 100 millones… En concreto, los proyectos promovidos en 2018 se plantean aumentar las exportaciones en US$ 60 millones.

Por eso decía recién que esta herramienta de promoción de la inversión ha perdido dinamismo y ha perdido impacto…

RA: – ¿Por qué pasa eso, Pablo? ¿Por qué parece que las mejoras introducidas hace un año no tuvieron mayor efecto? Al comienzo decías que el clima de inversión es muy poco atractivo…

PR: – A nuestro juicio es así… Tras la caída de los precios internacionales de las materias primas en 2014, la economía uruguaya experimentó una desaceleración muy fuerte… en parte como consecuencia directa de los menores precios de exportación pero también porque Uruguay acumuló una serie de desequilibrios macroeconómicos muy importantes… En los últimos trimestres, de hecho, la economía ha permanecido prácticamente estancada y tenemos varios sectores en recesión: la industria manufacturera, el comercio y la construcción.

Lo hemos dicho numerosas veces… Uruguay se quedó muy caro en dólares… Eso tiene como contrapartida una reducción importante de la rentabilidad de las empresas exportadoras… Las empresas se muestran muy reticentes a contratar más trabajadores (y de hecho el empleo ha estado cayendo a un ritmo moderado pero ininterrumpido en los últimos cuatro años). En la Encuesta de Expectativas Empresariales que hacemos en Deloitte cada 6 meses estamos recabando de un modo sistemático una tendencia a la baja de la rentabilidad empresarial; las empresas entienden además que el salario real ha quedado alto en relación a la productividad de la mano de obra.

Y en términos más generales las empresas señalan que el clima de inversión se ha deteriorado mucho… Solamente un 8% de las empresas señalaron en la última edición de la encuesta (en octubre) que el clima de negocios era bueno en Uruguay… En 2010, casi el 90% de las empresas decía que teníamos un buen clima de inversión…

En este contexto, es muy difícil cambiar la trayectoria de la inversión con ajustes pequeños en un régimen de promoción de inversiones basado en la reducción del impuesto a la renta empresarial… El contexto actual es de baja rentabilidad y poca vocación de inversión… Para revertir eso es necesario corregir los desequilibrios macroeconómicos y abordar una serie de reformas estructurales que abran una perspectiva de mayor crecimiento a largo plazo, que a su vez traigan una mayor vocación de inversión por parte del sector privado.