A. Económico

Actividad en primer trimestre de 2018: Comercio con crecimiento moderado y dispar, y la industria estancada

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En los últimos días se conocieron nuevos datos relacionados a la actividad económica. La Cámara Nacional de Comercio y Servicios divulgó los resultados de la Encuesta de Actividad Comercial para Montevideo correspondientes al primer trimestre del año. Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística publicó ayer nuevas cifras de producción industrial, relativas al mes de marzo, que marcaron un crecimiento de 12,3 % de la industria total, pero una caída de 7,8 % si no se incluye la refinería de Ancap (que en marzo de 2017 estaba cerrada por mantenimiento)

Emiliano Cotelo (EC): ¿Cómo se analizan estas últimas estadísticas disponibles y que nos dicen respecto a la marcha de la economía en los primeros meses de 2018? Lo conversamos con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.

Romina Andrioli (RA): Pablo, comencemos si te parece por comentar los principales resultados de la Encuesta de la Cámara de Comercio, que se conocieron la semana pasada… ¿qué marcaron las cifras en relación a la evolución de la actividad comercial en el inicio de este año?

Pablo Rosselli (PR): En términos generales podemos decir que las cifras siguieron marcando un panorama de crecimiento del comercio en el primer trimestre del año, aunque probablemente a menor ritmo que en 2017 y con situaciones diferentes al interior del sector.

RA – ¿Podemos comentar los principales números?

PR – Sí, claro. Hay que tener presente que la Cámara releva la evolución de las ventas en más de 20 giros y siempre hay comportamientos heterogéneos. Sin embargo, durante 2017 tendimos a ver un desempeño mejor en la gran mayoría de los rubros… que venían recuperándose de un período claramente recesivo para el sector en 2015 y 2016. De hecho, la Cámara elabora en base a la encuesta un índice de difusión que mide el porcentaje de rubros donde el nivel de ventas está subiendo en términos reales respecto a un año atrás y ese índice tendió a subir en 2017… se ubicó en 67 % en el promedio del año y superó el 70 % en el último trimestre.

En este comienzo de 2018, en cambio, el porcentaje de rubros cuyas ventas crecen bajó a 57 %… O sea que hubo un descenso importante en este indicador respecto al año pasado, aunque siguen siendo mayoría los giros en crecimiento. Por eso decía que la actividad comercial habría continuado creciendo en el comienzo del año, pero probablemente a menor ritmo que en los trimestres anteriores.

De todos modos y más allá de ese mensaje general, las cifras marcan situaciones diferentes… algunos rubros muestran un dinamismo todavía sostenido y otros comenzaron el año con caídas.

RA – ¿Podemos mencionar algunos ejemplos concretos?

PR – Por ejemplo, la venta de automóviles, que fue uno de los rubros de mayor dinamismo en 2017, viene registrando una baja bastante significativa en este comienzo de 2018. Concretamente, las ventas de automóviles 0 km. cayeron 7,5 % en enero-marzo de este año, algo que contrasta con el crecimiento de casi 20 % que registraron en 2017. En cambio, otros bienes durables, como los electrodomésticos, mantuvieron un buen dinamismo, con un crecimiento de más de 9 % en la comparación interanual para enero-marzo. En estos rubros, que son importados, es claro que el dólar bajo ha sido un factor de impulso de las ventas en los últimos años, aunque en el caso de los autos, en particular, los operadores del sector destacan que las ventas en este comienzo de año se vieron afectadas por dos factores puntuales: la suba de la tasa consular (que entró en vigencia al inicio del año y que alentó cierto “adelantamiento” de ventas a fines de 2017) y algunos problemas con la entrega de unidades que han afectado el ritmo de colocación.

RA – ¿Y en el resto de los giros? ¿Qué está pasando con los rubros de consumo más corriente, como lo supermercados, por ejemplo?

PR – A nivel de otros rubros de consumo no durable, hay varios casos en donde las ventas están recuperándose, aunque en forma moderada. Es el caso de los supermercados, que después de más de 8 trimestres consecutivos de caída, están tendiendo a recuperarse lentamente desde el año pasado… incluso el ritmo de expansión de las ventas en supermercados tendió a subir en el inicio de este año, con un crecimiento interanual de más de 2 % frente a enero-marzo de 2017.

En cambio, entre los que muestran caídas está por ejemplo la vestimenta, que había tenido un mejor desempeño relativo hasta 2016, pero que está mostrando un retroceso de ventas desde el año pasado. Concretamente, en enero-marzo las ventas de vestimenta acumulan una baja de más de 5 %, que se da sobre todo como consecuencia de menores ventas de vestimenta para dama (en dónde la caída es de 8 % en el trimestre).

Y, de la misma manera, los giros asociados a la inversión (como es el caso de las ferreterías mayoristas o las barracas) también mantienen un mal desempeño, con caídas que alcanzan a casi 13 % en el caso de las ferreterías mayoristas en particular.

RA – Está claro. Y si vamos ahora al análisis de las cifras de producción industrial. ¿Cómo se analiza el desempeño de la actividad manufacturera en este comienzo de 2018?

PR –  Como mencionaba Emiliano al inicio, en marzo la industria total creció más de 12 %, debido esencialmente al rebote de la refinería, que en marzo del año pasado estaba ya cerrada por tareas de mantenimiento. De hecho, la producción de la industria sin refinería cayó casi 8 % en el mes y el indicador de “núcleo industrial” que estimamos en Deloitte (que extrae no sólo a la refinería sino también a las ramas de producción de celulosa y de alimentos diversos) mostró un retroceso de 5,5 %.  De esa manera, el primer trimestre cerró con un crecimiento de 6,6 % a nivel de la producción manufacturera total pero con un núcleo industrial estancado… creciendo apenas 0,2 % frente al mismo trimestre de 2017.

En ese sentido, Romina, si bien no podemos perder de vista que estos datos de marzo (y por ende del trimestre) se ven afectados negativamente por el efecto de semana de turismo (que este año cayó en marzo y el año pasado había caído en abril), si miramos la serie ciclo-tendencia de la producción industrial (que refleja el comportamiento más firme del indicador, sin considerar factores estacionales e irregulares como este efecto calendario de la semana de turismo), se  confirma que la producción manufacturera está estancada desde mediados de 2017.

RA – En definitiva, entonces, ¿qué nos dicen estos indicadores respecto a la evolución de la actividad económica en el inicio de 2018?

PR –  De alguna manera estos indicadores son consistentes con un escenario de crecimiento moderado de la actividad económica en el comienzo de 2018 y con diferencias sectoriales.  El escenario macroeconómico al inicio de este año siguió siendo relativamente favorable para los negocios de consumo masivo… con subas sostenidas de los salarios reales (aunque a menor ritmo que en 2017) y un dólar muy bajo, que continuó alentando la compra de bienes importados. Mientras que, por el contrario, para el sector manufacturero y para el sector transable en general la falta de competitividad continuó operando como un elemento negativo en este inicio de año.   

RA – Ahora, Pablo, antes de terminar, brevemente… ¿cómo cambia el panorama que comentas ante la situación que estamos viendo en Argentina en estas últimas semanas y luego de la suba reciente que mostró el dólar en nuestro país?

PR – Habrá que esperar para ver cómo sigue evolucionando la situación regional y cómo eso sigue impactando a nivel del mercado cambiario local, pero es claro que esta reciente suba del dólar seguramente supondrá al menos una mayor inflación este año y por ende una moderación más importante del salario real de lo que veníamos previendo. Y ese escenario implica probablemente un desempeño peor de lo esperado para el consumo privado y para la actividad comercial en los próximos meses…

Para el sector manufacturero, mientras tanto, los impactos de estos últimos eventos son mixtos… por un lado, un mayor dólar puede contribuir a reducir costos y aliviar las dificultades de competitividad, pero por otro lado el deterioro del contexto regional resulta negativo para las ramas que tienen en los países vecinos un mercado relevante y el enfriamiento del consumo también puede afectar la demanda que enfrentan las ramas más volcadas al mercado doméstico.