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Todos por Ancap

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Por Rafael Porzecanski ///

Los uruguayos amamos nuestras empresas públicas. Las hemos defendido a capa y espada contra todo neoliberal que ha osado cuestionarlas, sugerido privatizarlas o acaso tímidamente reformarlas. Como seres especialmente solidarios que somos, les hemos mostrado nuestro amor incondicional en cuanto plebiscito o instancia decisiva nos haya tocado vivir junto a ellas.

Es un amor que se pasa de generación en generación, como las mejores tradiciones familiares. Por ello, ante las tristes horas que vive nuestra adorable Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Pórtland (Ancap), van aquí algunas ideas que procuran contribuir a rescatarla del pantano en el que parece hundirse.

1. Trasladar el inminente recital de los Rolling Stones desde el Estadio Centenario al Parque Ancap, mítico escenario de la Primera Divisional C del fútbol uruguayo. Una medida cortoplacista pero de segura efectividad que aportará ingresos rápidos, frescos y genuinos a nuestro sagrado ente. Apelando a las modernas tribunas retráctiles, el cambio de escenario seguramente pasará desapercibido para el espectador y, en el peor de los casos, sacrificaremos el pasajero bienestar de 60.000 almas consumidoras por la felicidad de 3 millones de ciudadanos.

2. Destinar de aquí en adelante (y hasta nuevo aviso) todos los ingresos recaudados a través del régimen de donaciones especiales a la noble causa “ancapista”, evitando que dichos fondos caigan en instituciones privadas de “dudosa reputación”. Reconozcamos que si esta sensata propuesta tuviera eco, cubriríamos con estos fondos una ínfima parte de la gigantesca deuda que tristemente Ancap carga sobre sus hombros. Pero en política no solo importan los montos sino también los gestos. Entre donar nuestros ingresos a la derecha vernácula que representan Teletón y el Liceo Impulso versus donarlos a nuestra gloriosa Ancap, no debemos dudar ni un segundo.

3. Aprovechar el coyuntural desempleo y revés electoral de don Eduardo Ache y nombrarlo una vez más presidente de Ancap para que vuelva esa empresa estatal que supo brillar en la década de los 90. Eso sí: para que exista un genuino contralor de la oposición, se deberá también integrar al directorio a Juan Pedro Damiani, quien incluso podría oficiar de nexo para que Diego Forlán se transforme en la cara publicitaria de Ancap de igual forma que lo ha sido para otras 223 empresas nacionales e internacionales de los más diversos rubros a lo largo de su exitosísima carrera deportiva.

4. Revender el fracasado remolcador Ky Chororó al Estado Islámico, siempre apetitoso por incorporar maquinaria y recursos de cualquier índole que faciliten su contrabando petrolero. Ya sabemos que ISIS lanza homosexuales al vacío, esclaviza mujeres y aniquila opositores pero, como nuestros ex cancilleres siempre nos recuerdan, debemos hacer prevalecer el viejo principio pragmático del Estado uruguayo por el cual los diferendos ideológicos entre Estados no deben ser obstáculo para la concreción de jugosos negocios. Si le hemos vendido millones de dólares a una teocracia que lapida adúlteras, así como a dictaduras eternas y a imperios que invaden a diestra y siniestra, ¿qué le hace una mancha más al tigre? ¡Adelante con esas negociaciones canciller Nin Novoa!

5. Apostar a las ventas de Ancap en el gran mercado norteamericano, siendo el primer paso la realización de un acuerdo estratégico con el equipo de básquet de la NBA Portland Trail Blazers, que pasaría a llamarse “Ancap Portland Trail Blazers”. Con esta publicidad masiva como soporte, el éxito de nuestro pórtland criollo en suelo estadounidense será inevitable, tomando en cuenta su alta calidad y competitividad.

6. Proceder a la creación del Instituto Raúl Sendic (hijo), destinado a constituirse en el espacio por excelencia para la reflexión sobre gestión empresarial de calidad en el ámbito estatal. Para la apertura de ese organismo, se sugiere una mesa redonda con la presencia del ministro Danilo Astori y el ex presidente José Mujica quienes intercambiarán amablemente enfoques sobre el desempeño pasado, presente y futuro de nuestros entes empresariales públicos.

7. Aprovechar las ofertas de última hora en el Estado venezolano y habilitar a Ancap la compra de Pdvsa a un módico precio que incluye una partida gratuita de 5.000 mamelucos rojos. Nota: la oferta expira a en pocos días al asumir la nueva Asamblea Nacional legislativa en la tierra de nuestros hermanos venezolanos.

8. Implementar el Programa Nacional de Charlas Motivacionales para Empleados de Ancap, iniciativa que será dirigida por los Sres. Julio Ribas, Carlos Manta y algún sobreviviente de la tragedia de Los Andes, con el fin de incrementar sustantivamente la productividad laboral en estos tiempos de crisis. De probarse la efectividad de este programa, se considerará incluir como beneficiarios a los integrantes de Fenapes y Adeom para 2017.

Sepan disculpar que me haya quedado sin más propuestas. Tal como le ha pasado a nuestra Ancap, yo también me he quedado sin nafta.

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Sobre el autor
Rafael Porzecanski es sociólogo, magíster por la Universidad de California, Los Angeles, consultor independiente en investigación social y de mercado, jugador profesional de póker y colaborador de EnPerspectiva.net.