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El diario del lunes
Sendic es el vicepresidente

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Por Fernando Butazzoni ///

La semana pasada el diario El Observador publicó una información errónea, atribuyéndole al gerente general de ALUR un salario muy superior al que en realidad percibía. Le erraron por unos $ 120.000.

La consabida “aclaración” se produjo varios días después y sirvió de poco, porque esa noticia falsa (o equivocada o defectuosa, lo mismo da) ya se había propagado por todos los medios de comunicación.

A raíz de dicha noticia y de la remoción del gerente en cuestión, fue nada menos que el vicepresidente de la República, Raúl Sendic, quien salió a trancar duro contra la prensa y contra el propio directorio de Ancap por la remoción del jerarca.

Sendic se despachó lindo. Dijo que no se debía cobrar al grito, en referencia a ese gerente, a su salario y a su despido. Esa frase indicaba a las claras que para Sendic la remoción del CEO de ALUR estaba relacionada con el salario de fantasía que le asignó el periódico. La ministra Cosse lo contradijo.

Tanto El Observador como Sendic incurrieron en mala praxis, pero mientras el periódico es una empresa privada de influencia pública notoria, el senador es el vicepresidente de la República. La mala praxis de uno, por lo tanto, no puede ser equiparable a la del otro.

Entre el periodista que se equivocó y Sendic media un abismo institucional imposible de eludir. El cargo de vicepresidente del país tiene en sí mismo una relevancia tal que quien lo ostenta debería guardarse de ingresar en los ámbitos más cenagosos de la brega política cotidiana.

No parece razonable que desde esa alta investidura se lancen dardos contra la prensa, ni mucho menos contra la gestión del directorio de una empresa pública. Más aun cuando esa empresa se halla en una situación delicadísima, y cuando el propio Sendic fue presidente de ese directorio, el que como todos sabemos es investigado por la Justicia.

Las palabras de Sendic fueron desafortunadas en varios planos: por su situación personal, por la compleja pulseada política que se vive en el Frente Amplio y, sobre todo, por su investidura. Por más que a él mismo le pese, es imprescindible que recuerde, todos los días y a toda hora, que es el vicepresidente del país.

Es frecuente que los vicepresidentes sean tenidos a menos, o vistos como simples figuras “de repuesto” para el caso de que ocurra una fatalidad. Sin embargo, la historia se empeña en demostrar que ellos, cuando no funcionan como un seguro institucional inviolable, se convierten en verdaderos dolores de cabeza para las sociedades que los eligieron en ese cargo.

Los nombres de Michel Temer y Jorge Pacheco Areco deberían hacernos reflexionar a todos al respecto, en especial al propio Sendic. Es incómodo mencionar esos ejemplos, pero tal vez sean los que mejor ilustran, por defecto, la necesaria calidad que se debe procurar en el ejercicio de ese cargo, que recibió exactamente la misma cantidad de votos que el presidente de la República.

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El diario del lunes es el blog de Fernando Butazzoni en EnPerspectiva.net. Como no podía ser de otra manera, actualiza todos los lunes.