Producción: Gastón González Napoli
El juicio por difamación entre los actores Johnny Depp y Amber Heard, con una discusión sobre violencia doméstica de trasfondo, se convirtió en un evento televisivo.
Fue, quizás, el primer juicio mediático emblemático de la era de las redes sociales.
Con cámaras metidas dentro de las audiencias y con los fanáticos de Johnny Depp organizados para demostrar que su ídolo no era un golpeador, las redes, particularmente TikTok, es decir la más utilizada por los más jóvenes, se vieron inundadas por recortes de video que buscaban mostrar la inocencia del actor de Piratas del Caribe.
El resultado fue un torrente de videos, con bastante desinformación, que volcó a la opinión pública fuertemente del lado de Depp mucho antes de que el jurado diera su veredicto. Se vieron centenares de memes e incluso murales en el mundo real contra Amber Heard, y hay un fuerte rumor de que el estudio Warner Bros. tendría decidido eliminarla de futuras entregas de la saga de películas de Aquaman, de la que ella forma parte.
Pero, además de un evento, el juicio podría indicar un cambio en la tendencia con respecto al feminismo. Se lo ha señalado como un punto de inflexión en la era comenzada con el #MeToo en EEUU en 2017.
Incluso en nuestro país hay figuras mediáticas que tomaron el caso como un ejemplo de un supuesto mal funcionamiento de la Justicia.
Finalmente, Amber Heard perdió el juicio por difamación, y activistas vinculadas con el tema violencia doméstica dijeron a la agencia AFP que tanto el resultado como la forma masiva en que se difundió el juicio podría ser “potencialmente catastrófico” para víctimas de abusos.
Hoy nos hacemos dos preguntas: la primera es, ¿qué ocurrió verdaderamente en este juicio? ¿Es un suceso cultural de relevancia disfrazado de noticia de revista del corazón?
Y la segunda: ¿realmente estamos ante un cambio, una contra respuesta a la última ola feminista?
ME TOO
Hagamos un breve repaso primero del Me Too.
El #MeToo, que se traduce como “yo también”, es un movimiento iniciado en Estados Unidos, específicamente en Hollywood.
En octubre de 2017, más de doce mujeres denunciaron por acoso sexual al productor cinematográfico Harvey Weinstein, un hombre tremendamente poderoso. Así salió a la luz que el tipo tenía fama de abusador, pero nunca había sufrido ninguna consecuencia al respecto. En los Óscar lo aplaudían de pie a pesar de las historias que corrían sobre él.
Entonces la actriz Alyssa Milano hizo un posteo en redes sociales en el que llamó a otras mujeres a contar sus experiencias con el hashtag Me Too (o sea, “yo también”). La intención era mostrar “la magnitud del problema”.
Otras actrices de alto perfil, como Gwyneth Paltrow y Jennifer Lawrence contaron sus historias, y así se abrió una canilla.
Recordemos: las experiencias abarcaban desde comentarios fuera de lugar y situaciones de machismo, hasta violencia de género e incluso violaciones.
Rápidamente aparecieron acusaciones o resurgieron relatos anteriores que en otras oportunidades no habían encontrado mayor eco, como la acusación de violación a su propia hija contra el cineasta y actor Woody Allen. A Kevin Spacey lo echaron de la última temporada de House of Cards y se volvieron a filmar todas las escenas que ya había hecho para una película.
Del comediante y actor Louis CK, uno de los principales del mundo del stand up, ya se sabía que varias mujeres lo habían acusado de masturbarse en frente de ellas, él simplemente había dicho siempre que era mentira. Esta vez, las acusaciones resurgieron, él admitió que era cierto, y desde entonces casi que desapareció del mapa.
Un documental de HBO trajo nuevos relatos de víctimas de pedofilia a manos de Michael Jackson, quien luego de muerto había experimentado un lavado de cara.
Este movimiento replicó en otras partes del mundo donde el feminismo ya estaba tomando fuerza, ¿no?
La marcha del 8 de marzo de 2017 ya había mostrado un alcance nunca antes visto en varias ciudades del mundo, incluida Montevideo.
En Argentina, donde también se generó el movimiento Ni Una Menos, el caso paradigmático fueron las dos acusaciones, primero de acoso y luego de violación, contra el actor Juan Darthés.
El Me Too fue el tractor a nivel internacional para un montón de repercusiones que se dieron a menor escala. Podemos pensar acá en Uruguay en las cuentas de Instagram “Varones Carnaval” o en los relatos publicados en Twitter con los hashtags “Me pasó en” distintas facultades, principalmente en la de Medicina.
Fue por supuesto también un movimiento cuestionado y criticado, por la posibilidad de que aparecieran acusaciones que no fueran ciertas pero se tomaran como buenas solo por suceder en este contexto.
Comenzó a hablarse de la “cultura de la cancelación”, por las represalias que sufrían los acusados sin que se esperara el accionar de la Justicia.
Entre estos casos del Me Too, uno de los de más alto perfil fue el de Johnny Depp. Así que vamos ahora sí para ahí.
JOHNNY DEPP
Su fama comenzó a fines de los 80 con la serie 21 Jump Street, traducida en Latinoamérica como Comando especial, y luego en los 90 se volcó hacia un cine más independiente y “raro” con películas como El joven manos de tijera o Miedo y asco en Las Vegas, pero Johnny Depp se volvió verdaderamente popular en los años 2000 gracias a la saga de Piratas del Caribe.
Desde entonces se volvió uno de los actores más populares del mundo y se hizo amigos de alto perfil, muchos músicos, rockeros clásicos como Joe Perry, el guitarrista de Aerosmith, con quien tienen una banda.
Pero desde el comienzo mismo de su carrera es conocido tanto su abuso de sustancias como su agresividad, incluso en los rodajes. Ya en 1989, en una nota de tapa para una revista, le preguntaron por rumores de problemas que había causado den el set de su serie televisiva, se comentaba incluso que le había pegado a algún productor. Él respondió que era mentira y era gente que lo quería tirar abajo.
O sea que los problemas no son nuevos.
Depp mismo ha admitido su alcoholismo y consumo de drogas, y ha dicho que ha tratado de dejarlo varias veces.
Siempre carismático, Depp dijo en 2013 al Huffington Post: “Investigué el vino y las bebidas espirituosas exhaustivamente, y ellos ciertamente también me investigaron a mí, y encontramos que nos llevábamos maravillosamente bien, pero quizás demasiado bien”.
Otras ex mujeres lo han acusado de paranoico y tremendamente celoso.
Se conoció con Amber Heard en 2009, durante el rodaje de la película Los diarios del ron.
Comenzaron enseguida una relación que se terminó en 2016.
Y con todo aquel trasfondo de rumores de violento, cuando se divorció de Heard en 2016 y ella le impuso una orden de restricción, acusándolo de haber ejercido violencia verbal y física sobre ella, no sonaba fuera de contexto con el personaje en que Johnny Depp se había convertido.
Luego cerraron un acuerdo por el divorcio y publicaron un comunicado conjunto en el que definieron su relación como “intensamente apasionada y a veces volátil, pero siempre atada por el amor”.
¿Y cuándo aparece la batalla legal?
Y en primera instancia el tema no impactó la carrera de Depp, que siguió haciendo publicidades de alto perfil para perfumes (con el eslogan “salvaje”, lo que causó críticas en su momento) y que obtuvo el papel del villano en la saga heredera de las exitosísimas películas de Harry Potter, la nueva saga de Animales fantásticos.
Sin embargo, la ola del Me Too repotenció esas acusaciones de Amber Heard en su contra y las películas de Animales fantásticos fueron criticadas por haberlo contratado a él.
Así Depp se vio envuelto en dos juicios. Uno en Inglaterra, contra el diario The Sun, por haberlo calificado de “golpeador de esposas”. Y el otro en Estados Unidos, contra su propia exesposa, quien en 2018 publicó una columna en el diario Washington Post donde había dicho de sí misma: “Hace dos años, me convertí en una figura pública representando el abuso doméstico”.
En 2020, Depp perdió el primero de esos juicios, en el que el juez consideró que la evidencia contra Depp era “sustancialmente cierta”.
¿Es decir, un juez británico aceptó que Depp podía ser llamado “golpeador de esposas” porque había evidencia que lo sustentaba?
Sí. En ese momento se estaba filmando la tercera de Animales fantásticos, Depp había incluso llegado a rodar una escena, pero finalmente el estudio Warner Bros. decidió intervenir y removerlo del elenco con la derrota judicial como excusa.
Hay que decir que ya desde antes la carrera de Depp venía en franca decadencia. La revista Business Insider reportó en 2017 que el actor había llegado tarde y borracho en numerosas ocasiones al set de la quinta película de Piratas del Caribe, y que tuvieron que ponerle un auricular para pasarle sus diálogos porque no los recordaba.
Sin embargo, fue a partir de su remoción de Animales fantásticos, con la controversia que se generó, que cobra fuerza el segundo juicio, contra Amber Heard.
La diferencia principal con el primero, es que el juicio contra su ex esposa fue televisado.
JUICIO
Contemos ahora del juicio en sí, que tuvo tanta difusión en redes sociales. Quizás más en redes sociales que en medios tradicionales…
La denuncia contra su ex esposa por difamación por la columna publicada en el Washington Post podía haberse radicado en cualquier lugar de Estados Unidos. Johnny Depp y su equipo eligieron el estado de Virginia porque allí estaba la posibilidad de transmitir en vivo las audiencias, cuando hay otros sitios donde las cámaras no pueden entrar y las únicas crónicas son escritas.
A pesar de aquella “evidencia sustancialmente cierta” a favor de Amber Heard, una mujer mucho menos famosa que su ex marido, lo que se viralizó a más no poder fue toda imagen que la dejara mal parada.
Una horda de creadores de contenido en internet aceptaron la hipótesis de la defensa de Depp: que su ex mujer mintió para impulsar su propia carrera.
Particularmente hubo un fragmento que se reprodujo mucho fue una grabación en la que ella admite haberle pegado a él. Cosa que es cierta.
Pero otros videos o memes eran directamente trucados, burlándose de sus caras de llanto o como un video que supuestamente la mostraba consumiendo cocaína mientras estaba en el banquillo en pleno juicio, en cámara.
Muchos analistas de lenguaje corporal aparecieron por las redes sociales y YouTube analizando sus movimientos y gestos faciales que supuestamente muestran cómo está mintiendo, ¿verdad?
Siguen apareciendo: uno publicado hace dos días tiene ya más de 200.000 reproducciones en YouTube.
La facilidad para compartir estos cortes de video inclinó la balanza a favor de Depp. Se ve por ejemplo en los comentarios en videos de YouTube.
Muy poco se difundió un video que ella filmó en secreto de él borracho por la mañana, golpeando puertas y rompiendo copas en la cocina mientras se sirve vino.
Y cuando sí se difundieron pruebas de violencia, como las fotos de ella con machucones, rápidamente las redes sociales trataron de mostrar que ella se había maquillado las heridas, que no eran ciertas.
Por ejemplo la abogada de Heard mostró en el juicio una base, un maquillaje, que la actriz supuestamente usaba para taparse los moretones. Enseguida la marca fabricante de ese producto, Milani, publicó un video en TikTok donde decía que eso era mentira porque ese modelo en específico era más reciente.
Ni siquiera se permitió la duda de que quizás la abogada había llevado esa marca porque era la primera que había visto y no quería decir exactamente que Heard usara esa misma base, sino que de inmediato se asumió que era una mentira más.
Ese video de Milani en TikTok tiene más de 5 millones de reproducciones y los comentarios celebran el gesto. La propia marca comenta “estamos aquí para proveer los hechos del caso”, y suman un emoji llorando de risa.
Hasta la abogada de Depp, Camille Vasquez, se volvió una estrella online. Cuando salió el veredicto del juicio, el fiscal uruguayo Carlos Negro publicó en Twitter “ganó Camille”. Agregó luego: “Camille es una brillante abogada, por eso provocó un veredicto justo para los intereses de su cliente”.
EVIDENCIA
Comentemos algunas de las piezas de evidencia a favor de Amber Heard.
Recordemos que Johnny Depp perdió un juicio igual en Inglaterra, donde el juez consideró que más de una decena de ocasiones probaban violencia de su parte contra su ex mujer.
Los primeros mensajes privados en que Heard habla de violencia doméstica contra ella son de 2013, años antes del divorcio.
Hay mensajes de Depp con ella en los que él reconoce haberse propasado y le pide disculpas. Hay fotos de él desmayado en habitaciones de hotel por haber consumido demasiado alcohol. Hay fotos de ella con golpes en el rostro, incluso en una ocasión en una alfombra roja se le notan los moretones.
Ella denuncia que en un vuelo privado él se enfureció acusándola de haberlo engañado y la golpeó y cacheteó. Y hay un mensaje del asistente personal de Depp a ella, en el que el asistente dice que Depp no se acordaba de haberle pegado pero cuando él se lo contó, el actor se puso a llorar.
Y después están los mensajes de texto que él le envía a amigos de alto perfil, como el músico Elton John o el actor inglés Paul Bettany, en los que describe su relación con ella en los peores términos.
En 2013, le mandó un mensaje a Bettany en el que dice “prendamos fuego a Amber, ahoguémosla antes de quemarla”, y después dice que tendría sexo con su cuerpo quemado para asegurarse de que está muerta. Él dice que esos mensajes son en chiste.
Este tipo de evidencia no generó la misma trascendencia.
¿La evidencia que hay contra Heard? ¿Para sustentar que esté mintiendo?
Como decíamos, hay una grabación donde se la oye admitir que ella lo ha golpeado a él.
Un terapeuta que los trató a ambos consideró que tenían una relación mutuamente abusiva.
Y luego están todos los análisis que consideran que ella mintió siempre, se maquilló las heridas y demás durante años, para lograr engañar a la opinión pública.
Más allá de qué ocurrió, hubo una campaña muy fuerte de los fanáticos de Depp, que ya han anunciado que se preparan para hacer lo mismo con el próximo juicio que tiene el actor, que será contra un técnico que lo acusa de haberlo golpeado en el rodaje de una película en 2018.
O sea que las batallas legales de Depp no han terminado. Y ya se sabe que Camille Vasquez volverá a ser su abogada.
EL DESPUÉS
Entonces, el veredicto del juicio, que a diferencia del juicio en Inglaterra, fue efectuado por un jurado de doce personas y no por un juez único, y que señaló que Amber Heard difamó a Johnny Depp al publicar en una columna que ella se había convertido en un símbolo del abuso doméstico.
Es un caso en particular, pero la ola de reacciones y la atención que se le prestó a nivel mundial le dan otra entidad. Esto tuvo mucho que ver con los videos y las redes sociales.
Un informe de la AFP habla con Michele Dauber, profesora de Derecho en la Universidad de Stanford y activista contra la agresión sexual en el campus, que calificó a la decisión de la jueza de permitir que el juicio se transmitiera en vivo como "la peor decisión para los sobrevivientes de un tribunal en décadas". Agregó que mostró "una profunda falta de comprensión por parte de la jueza de violencia sexual".
Heard se vio obligada a "describir su supuesta violación con detalles gráficos en la televisión. Eso conmociona la conciencia y debería ofender a todas las mujeres y sobrevivientes, independientemente de si están de acuerdo con el veredicto o no", resaltó.
La última vez que pudo recordar que una sobreviviente de violación fue obligada a testificar públicamente fue en 1983, explicó.
"No hay forma de justificar la decisión del juez de permitir cámaras en este caso… No hay interés público en este caso que pueda compensar el daño causado", opinó.
En cambio, argumentó, "todas las víctimas lo pensarán dos veces antes de presentarse y buscar una orden de restricción o contarle a alguien sobre cualquier abuso que estén experimentando después de esto".
"Las mujeres pueden resultar heridas o incluso muertas como resultado de no buscar ayuda. Este caso ha sido un completo desastre.", sostuvo.
En una entrevista de estos días con la cadena NBC, Amber Heard dijo que el juicio fue "lo más humillante y horrible" que ha sufrido.
"Nunca me había sentido más alejada de mi propia humanidad", agregó, evocando la multitud de seguidores de Depp que debía atravesar para llegar a la corte.
Heard también dijo a NBC que no instigó la violencia durante su matrimonio, como argumentó el equipo de su exmarido.
"Nunca tuve que instigarla. Respondía a ella. Cuando (la violencia) se vuelve normal, como testifiqué, tienes que adaptarte", afirmó.
No obstante, dijo lamentar su propio comportamiento durante su relación con Depp: "Me comporté de manera horrible, de forma casi irreconocible para mí misma", señaló, agregando: "Me arrepiento mucho".
Por otro lado, el músico Marilyn Manson, que es amigo de Johnny Depp y que fue el año pasado acusado por varias mujeres de abuso sexual y de un tipo de violencia más mental, de “lavarle el cerebro” a sus parejas para tenerlas bajo su control, ya está siguiendo una estrategia judicial similar contra su ex pareja, la también actriz Evan Rachel Wood (de la serie Westworld, entre otras): ya la denunció por difamación.
Varios voceros del feminismo y desde los medios han planteado la pregunta de si el juicio Johnny Depp vs Amber Heard es una señal del fin del Me Too.
Tarana Burke, la creadora del hashtag Me Too, afirmó al día siguiente de conocida la sentencia que el movimiento está vivo por más que lo quieran matar. Pero la pregunta queda sembrada.
¿PUNTO DE QUIEBRE?
Entonces, ¿puede este caso ser muestra de algo más grande? ¿De un punto de quiebre en la ola reciente del feminismo? ¿Por qué tiene que importar lo que ocurra entre dos actores multimillonarios desde Uruguay?
Bueno, así como el Me Too tuvo repercusiones a menor nivel, podría ocurrir algo similar.
En olas anteriores del movimiento feminista, hubo siempre una “contraola”. Un ejemplo conocido es la reacción al movimiento de liberación de la mujer que comenzó en los años 60 y tuvo su pico en los 70. Pero para la década del 80 la marea había cambiado y se considera paradigmática la película Atracción fatal, donde una mujer más independiente y dedicada a su trabajo encarnada por Glenn Close pierde la cabeza de celos por su amante. Michael Douglas, el protagonista de esa película, criticó abiertamente al feminismo mientras hacía la promoción de Atracción fatal. Para 1991 se había editado el libro Backlash, que significa algo así como “reacción” o “rechazo” y que tenía el subtítulo La guerra no declarada contra las mujeres, en referencia a la cultura de los 80.
La historiadora uruguaya Inés Cuadro, especialista en feminismo en el 900 en Uruguay, explicaba lo siguiente a En Perspectiva…
¿Pero es eso lo que está ocurriendo hoy?
Es difícil saberlo a ciencia cierta. Lo que podemos hacer más bien es dejar planteadas preguntas.
La militante feminista y especialista en género Soledad González decía a En Perspectiva que el juicio de Depp y Heard mostraba cómo la sociedad reacciona ante las “malas víctimas”.
Decía González que las “buenas víctimas” son “buenas madres, no han tenido muchos novios, no son alcohólicas… pero no hay que ser buena mujer para ser víctima”. Además decía que incluso la violencia puede ser cruzada, que la mujer sea también violenta con el hombre, que es algo que se endilga a Heard por aquel audio que mencionábamos. Sin embargo, según González, esto no quiere decir que no haya una desigualdad de poder ni que no se ejerza más violencia desde un lado que del otro.
Sobre si hay una reacción ante el feminismo en Uruguay, González afirmó que ella cree que sí la hay, y mencionó dos ejemplos específicos: uno, el archivo de centenares de causas por parte del nuevo fiscal de Delitos Sexuales Raúl Iglesias (según los últimos datos difundidos por El Observador, lleva más de 400 causas archivadas).
El otro ejemplo de González es la “posición beligerante” contra la “ideología de género” que ha adoptado la Asociación de Abogados Penalistas del Uruguay. Esto en referencia a una carta pública enviada por ese gremio al fiscal de Corte, Juan Gómez.
La misiva era justamente en respuesta a las críticas que estaba recibiendo el fiscal Iglesias.
“Estaremos siempre en contra de acciones, como las que se están ejerciendo contra el Dr. Iglesias y otros operadores del sistema, que pretenden imponer una determinada ideología por fuera de lo que marca la Constitución y la ley, atentando contra esos principios de igualdad y debido proceso que han caracterizado siempre a nuestro sistema de Justicia”.
Según la activista feminista González, es algo nuevo este tipo de postura pública frontalmente contraria al movimiento feminista, porque hacen referencia a una reunión que la Intersocial Feminista tuvo con el fiscal de Corte como una señal de presiones indebidas.
¿Y qué dicen los penalistas?
Juan Fagúndez, presidente de la Asociación de Penalistas, decía ayer en diálogo con la producción de En Perspectiva que ellos no tienen una postura contraria a las políticas de género en general, pero que salen a hablar ahora porque consideran que “en pos de la defensa de derechos o políticas sociales se aplastan derechos consagrados en la Constitución”.
Según Fagúndez, esto sucede a partir de dos sucesos: la reforma del Código del Proceso Penal, que entró a regir en noviembre de 2017, y luego con la ley de violencia de género, que se promulgó en diciembre de ese mismo año.
Sobre todo lo que se viene no percibiendo sino efectivamente comprobando es el ataque a la prueba, la desconsideración de la prueba del imputado, de manera tal de debilitar la posición a través de fórmulas pre establecidas que se generalizan en la consideración del caso concreto.
Y ahora, para el presidente de la Asociación de Penalistas, estamos en una suerte de “cresta de la ola” de esta situación que ellos perciben. Dijo textualmente Fagúndez que lo que se ha empeñado la asociación es en recuperar “un equilibrio justo que creemos que se ha roto”.
Podemos pensar en algunos casos judiciales que primero tuvieron una respuesta social casi unívoca de rechazo y que con el pasar del tiempo se volvieron más complejos. Aparte de casos judiciales, se convirtieron en terrenos de batalla cultural por así decirlo. Por ejemplo la Operación Océano y el caso de violación en el Cordón.
Podría decirse que estamos en un momento entonces donde a nivel global y local, la Justicia está atravesada por casos que podrían marcar la pauta de a dónde se mueve el feminismo.
Sí. Si es un punto de inflexión no es algo que podamos responder ahora. Pero sí estamos en un momento de tensión donde algo que parece tan lejano como un juicio entre dos estrellas de Hollywood puede tener un impacto a pequeña escala, al igual que lo tuvo años atrás la caída en desgracia de Harvey Weinstein.