Enrique Herrera, gerente de gestión humana de TATA S.A; Virginia Maruri, gerente de gestión humana de SAMAN; Maria José Poey, Legal Counsel de Guyer & Regules; y Gerardo Cedrola, Doctor en Derecho y Ciencias Sociales, moderador de la sesión. (Foto: Sofia Puvill Balcells)
No hace aún tres meses que entró en vigor la ley de teletrabajo en Uruguay, reglamentada por decreto, el 17 de marzo de 2022. Tanto desde la óptica legal como desde la visión de los departamentos de recursos humanos, diferentes actores compartieron ideas y los desafíos que emanan de su implementación, en el auditorio del campus Pocitos de la Universidad ORT.
La conferencia, organizada por la Organización Internacional de Directivos de Capital Humano (DCH) y por la Escuela de Posgrados de Negocios de la Universidad ORT Uruguay, tuvo lugar el jueves 12 de mayo, en modalidad híbrida, combinando las ponencias en modo presencial y telemático.
Los cuatro participantes Virginia Maruri –postgraduada en comunicación organizacional, directiva de DCH, gerente de gestión humana y seguridad y salud ocupacional de SAMAN—, Enrique Herrera —postgraduado en recursos humanos, gerente de gestión humana de TATA S.A—, Carmen Sanguinetti —Master of Public Administration, senadora por el Partido Colorado— y María José Poey —Doctora en Derecho y Ciencias Sociales, Legal Counsel de
Guyer & Regules-, plantearon a qué retos se enfrenta este nuevo modus vivendi y conversaron sobre la creación del decreto del teletrabajo y en qué se traduce.
Una ley ya regulada
La senadora, Carmen Sanguinetti, apuntó que “el teletrabajo es un aliado indispensable, una modalidad muy valiosa para un país como el nuestro”. Además de ser una herramienta potente –y necesaria- en tiempos cambiantes como los de ahora, señaló que es una apuesta idónea para trazar puentes con los centros poblados. Quiso destacar la relevancia de una ley que, definió de “prefectible”, pero como “un paso en la dirección correcta”.
Nuevos esquemas
“En nuestro caso, en Grupo TATA, unos 500 colaboradores pasaron a modalidad de teletrabajo desde el 13 de marzo de 2020, cuando llegaron a Uruguay los primeros cuatros casos de coronavirus”, explicó Enrique Herrera, gerente de gestión humana de TATA SA. Ya en 2018 usaban Google Meet, pero entre 2018 y 2022, Herrera destacó que hubo un “cambio total de paradigma”. Hasta el momento, no se cuestionaban si trabajando online se obtendrían también buenos resultados. “Tuvimos que aprender y trabajar mucho con los líderes sobre la autolimitación de la jornada”, concretó.
En cuanto al marco legal
María José Poey, Doctora en Derecho y Ciencias Sociales, se preguntó si era necesaria la aprobación de una norma específica, que consideró como no
necesaria pero “deseable”. Poey dio detalles de qué es lo que prevé exactamente la ley: debe existir una desconexión mínima de ocho horas continuas entre una jornada y la siguiente; el empleador es el responsable de la salud y seguridad de los trabajadores sigue vigente y se continúa aplicando expresamente en el teletrabajo; y el trabajador va a poder distribuir libremente la jornada en los horarios que mejor se adapten a sus necesidades, siempre y cuando respete el límite semanal.
La flexibilidad forjada con la confianza
Virginia Maruri, gerente de gestión humana y seguridad y salud ocupacional de SAMAN, afirmó que en marzo de 2020 en la planta tuvieron que hacer frente a lo que denominó como “la gestión del miedo”. “Tuvimos que reivindicar la importancia del trabajo”, aseguró. La experta enfatizó la importancia de que los líderes confíen en sus colaboradores. En caso de que estos prefieran teletrabajar, por cuestiones personales, es positivo brindarles esta posibilidad. “Antes que trabajadores, somos personas”.
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