Foto: AFP
Miles de sudafricanos están despidiendo esta semana al arzobispo Desmond Tutu, una figura clave en la lucha contra el Apartheid y un activista por la paz reconocido en todo el mundo, que falleció el domingo a los 90 años.
Al homenaje se han sumado figuras mundiales como el papa Francisco, su amigo el Dalái Lama o una larga lista de jefes de Estado.
Hasta que los negros no sean libres en Sudáfrica, nadie en este país va a ser libre
La catedral de San Jorge, en Ciudad del Cabo, donde Tutu era clérigo, acoge desde ayer la capilla ardiente ante la cual desfila la gente para expresar su último reconocimiento a uno de sus principales símbolos.
En esa misma ciudad, la icónica Montaña de la Mesa se ilumina de violeta todas las noches en recuerdo del arzobispo, que solía llevar la sotana de ese color. Además el país ha decretado siete días de duelo y todas las banderas ondean a media asta.
En los próximos minutos nos instalamos en Sudáfrica para conocer el impacto de la muerte de Tutu en ese país.
Hoy, En Perspectiva, conversamos con la periodista Mercedes Sayagués, que vive en Johannesburgo.