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Referéndum sobre la LUC: ¿Cómo abordarlo En Perspectiva?

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Por Emiliano Cotelo

¿Cómo vamos a tratar En Perspectiva la campaña rumbo al referéndum sobre la Ley de Urgente Consideración (LUC)?

¿De qué manera estará en nuestro programa este hecho político tan importante?

La consulta nos ha llegado de varios oyentes en estos días. Y viene bien para contarles algo de lo que hemos estado pensando y discutiendo con el equipo de producción.

Empiezo con una aclaración. El abordaje periodístico de una consulta popular como esta que se viene implica un desafío grande y sin precedentes.

¿Por qué?

Primero, por lo básico de este caso: lo que se quiere derogar o mantener es un conjunto de 135 artículos, que abarcan temas muy variados y algunos de ellos complicados desde el punto de vista técnico.

Y segundo por cómo se ha perfilado últimamente la discusión pública:

  • Las simplificaciones están a la orden del día. Por ejemplo, desde la oposición se plantea que “la LUC no es Uruguay” o no voy a dejar que privaticen la escuela pública a donde van mis hijos”; y desde el oficialismo se sostiene que lo que está en juego es la libertad o se advierte que este referéndum es similar al plebiscito de 1980.
  • Y, al mismo tiempo, se cruzan acusaciones tremendas: desde el oficialismo denuncian que la oposición miente o exagera sobre lo que implican varias normas de la LUC; y desde la oposición se alerta que el gobierno esconde el verdadero objetivo de ciertas disposiciones o que los voceros de la coalición multicolor tergiversan el alcance de sus críticas a la ley.

Teniendo en cuenta estas condiciones, nosotros nos hemos preguntado: ¿Es posible hacer entrevistas sobre la LUC y los artículos impugnados? ¿O todas las notas deberán tener intercambio entre representantes de las dos posiciones?

Ya nos ocurrió: cualquier intento por realizar una entrevista a un portavoz de una de las dos posturas coloca al periodista en un lugar demasiado exigente: el periodista tiene que convertirse en una especie de antagonista del invitado, obligado a ser el corrector hiper-atento capaz de marcar los desvíos en los que seguramente incurre el entrevistado, lo que, a su vez, le requiere un conocimiento fino y preciso de todos y cada uno de los subtemas de la ley que pueden aparecer imprevistamente a lo largo del reportaje (con el telón de fondo de los oyentes más politizados que no le perdonan el menor descuido y enseguida atribuyen favoritismo para  acá o para allá).

Pero además, claro, incluso si el periodista supera con dignidad la entrevista con la parte A, le quedará pendiente la entrevista espejo con la parte B. Y eso implicará el doble de días o de tiempo.

Por ahora, entonces, creo que lo mejor es que en cada instancia estén representadas las dos visiones; o sea, que cada nota sea un debate: que cada parte sea juez de la otra, cara a cara, y le replique si es que miente, exagera y/o oculta, y que el periodista -habiéndose informado bien- modere ese ida y vuelta y, llegado el caso, reclame puntualizaciones que hayan quedado pendientes, sobre todo tratando de representar a los oyentes.

Así que, por lo menos inicialmente, organizaremos solo debates. Y algo más. Para ganar en orden y claridad, evitaremos los debates generales sobre la LUC o que pretendan abordar varios temas de la ley. En una primera etapa de trabajo la regla será cada debate, un tema, eligiendo, además, a los dos polemistas de modo que dominen de manera especial ese tema. Así iremos recorriendo, entre otros capítulos: seguridad pública, educación, alquileres, combustibles, portabilidad numérica, etc.

De esa manera ayudaremos a que la población se informe bien sobre esta ley, que es muy importante, variada y compleja.

De eso no tengo dudas.

Lo que no sé es si contribuiremos a que los indecisos resuelvan su voto.

Las encuestas lo indican: hoy existen dos grupos de la población de tamaños similares, uno a favor de la derogación y otro por el mantenimiento de los artículos cuestionados. Y en el medio están los indecisos, que serán quienes definan el resultado de la consulta popular.

Ojalá a los indecisos más interesados en informarse les sirvan estos debates temáticos que vamos a organizar. Podrán escucharlos todos y después sentarse a pensar. Por ejemplo, sacarán cuentas de cuáles artículos les parecen bien, cuáles les parecen mal y según les dé el balance optarán por una papeleta o la otra. O, por ejemplo, después de seguir todas las discusiones llegarán a la conclusión de que hay un capítulo especialmente peligroso y por eso se vuelcan al SI o hay capítulo especialmente virtuoso y entonces optan por el NO.

Pero ese es un camino demasiado racional y trabajoso, que requiere tiempo, concentración y análisis. Solo me imagino a una minoría yendo por ahí.

Los demás indecisos, ¿cómo harán para decantarse, sobre todo teniendo en cuenta el texto tan largo, variado y complicado que está en juego?

En principio me cuesta imaginar productos periodísticos que nosotros podamos preparar para ayudar a esos otros indefinidos. Pero seguiremos pensando. Tal vez ustedes tengan sugerencias para hacernos. Hay tiempo. Falta mucho todavía para la votación. Por lo menos tenemos cinco meses por delante. Aún falta la fecha del referéndum. La Corte Electoral todavía no se completó la verificación de las firmas.