Desde hace algunos años, las obras de José Gallino pueden observarse en muros y paredes de Montevideo y de algunas ciudades del interior del país, así como también de Argentina, Francia, España o Brasil.
Allí aparecen figuras históricas de nuestra cultura como Juana de Ibarbourou, China Zorrilla, Eduardo Mateo o Mario Benedetti; deportistas nacionales y extranjeros entre los que se destacan Edinson Cavani, Chris Namús y Rafael Nadal; y hasta personajes populares como el payaso Pildorita o Walter White, el protagonista de la serie Breaking Bad.
Gallino y sus retratos en gran escala han cosechado elogios dentro y fuera de fronteras, pero también han generado críticas por la forma en que interactúan con la arquitectura de la ciudad
Un ejemplo de ello fue la polémica que se generó días atrás a raíz del mural en homenaje a Antonio Grompone, pintado por Gallino en la fachada lateral del Instituto de Profesores Artigas, lo que fue cuestionado por el Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de la República.
En un comunicado, el Instituto señaló que el hecho de que la ANEP haya permitido esa obra de Gallino "instala la idea de que la arquitectura es un soporte artístico en potencia, una suerte de esqueleto en espera de vestimenta. Una hipótesis que reduce lo edilicio a un nivel elemental y desconoce su dimensión plástica o estética".
Conversamos con el propio José Gallino sobre su trayectoria, sus proyectos y sobre las discusiones en torno al arte callejero que se estuvieron dando en estos días.
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