Foto: Freepik
¿Cuántas selfies se sacan por día, por semana?
Puede ser para una foto grupal al terminar un asado, puede ser para inmortalizar un paseo o un viaje en primer plano, hasta puede ser para mandarle a un amigo y contarle “acá voy en el ómnibus”. Y por supuesto puede ser para subir a las redes sociales buscando “me gustas”.
No solo eso es facilísimo sacar un número prácticamente ilimitado de selfies con buena calidad: también es cada vez más fácil editar las imágenes. No hay necesidad de manejar herramientas de edición profesional, ni siquiera se precisa bajar una aplicación diferente de las más habituales.
Utilizando los llamados “filtros”, uno puede retocar artificialmente las fotos. Hasta puede aplicarse maquillaje a posteriori. Y la tecnología ha avanzado lo suficiente como para utilizar estos filtros de belleza en videos además de en fotos.
Ahora, ¿qué pasa cuando una se ve en el espejo sin filtros? ¿O qué pasa cuando desactiva el filtro en la aplicación y ve el contraste en la cámara? ¿Cómo impacta eso en la autoestima?
Eso investigó Detrás de la selfie, un estudio acerca de la distorsión digital en niñas y adolescentes uruguayas impulsado por Dove. Según esta medición, a los 13 años, ocho de cada diez niñas ya ha utilizado estos filtros, y 51% declaró que pasaron a ser parte de su vida cotidiana.
Solo el 30% dijo tener una autoestima fuerte.
Conversamos y profundizamos sobre esto con la psicóloga Carla Lorenzo.
***
Enlaces relacionados
Fomentar la autoestima en la era de las redes sociales: Guía para padres
Web de la campaña de Dove con más materiales
