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¿La legislación laboral de nuestro país está adaptada a los cambios que se han ido produciendo en el mundo del trabajo en los últimos años?
Por ejemplo, ¿cuántas personas que trabajan cumplen, efectivamente, con el límite de ocho horas? ¿Cuánto de ese otro tiempo que teóricamente habría que destinar al ocio se destina, en realidad, a agregar otro trabajo u otros trabajos?
A esas preguntas, que no son nuevas, ahora después de la pandemia se agregaron otras. Por ejemplo: ¿Cómo se hace, con el marco legal actual, si un empleado quiere pactar con su empresa una combinación de trabajo presencial y teletrabajo? ¿Y si quiere agregar horas extra para obtener a cambio días de licencia?
O, para agregar más desafíos: ¿Qué pasa con aquellos que trabajan desde Uruguay para el exterior? ¿O con los extranjeros que, desde sus países, se desempeñan en empresas uruguayas?
En La Tertulia de este lunes Martín Bueno, abogado, planteaba que es urgente dar un debate sobre flexibilización laboral. Pero se mostraba escéptico. Decía: “Dogmáticamente se asume que cualquier flexibilización será en detrimento de los trabajadores, suponiendo que mantener el paradigma de trabajo fabril de principios del siglo XX es beneficioso”. Y agregaba: “Nuestra normativa laboral se ha convertido en una “vaca sagrada” imposible de modificar, aun cuando estos cambios sean en beneficio de los trabajadores”.
Hoy En Perspectiva les proponemos una discusión sobre esta inquietud de Martín. Lo charlamos con él y con otro abogado amigo de la casa, integrante habitual de las tertulias: Daoiz Uriarte, especialista en Derecho Laboral.